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La controvertida boda de Marta Luisa de Noruega con el chamán Durek Verret: entre exclusivas, escándalos y polémicas

La pareja ha cerrado un pacto con la revista ‘¡Hola!’ para cubrir el enlace, pero los reyes Harald y Sonia se niegan a aparecer fotos a las que no tengan acceso otros medios. La unión, que ha levantado ampollas desde el principio en el país escandinavo, también coincide con los problemas de Marius Borg Høibi, hijo de Mette-Marit

Boda de Marta Luisa de Noruega
La princesa Marta Luisa y Durek Verret llegan a los barcos que los transportarán a la celebración de su boda en Geiranger el 30 de agosto de 2024, un día antes de su boda.Heiko Junge (NTB / Cordon Press)
Isabel Ferrer

La princesa Marta Luisa de Noruega (52 años), hija de los reyes Harald y Sonia, se casa este sábado 31 de agosto con Durek Verrett (49), un autodenominado chamán estadounidense al que conoció en 2018. Es la boda del año para los noruegos y está marcada por dos motivos: la controvertida personalidad de la pareja y su decisión de vender la exclusiva del enlace a la revista ¡Hola! ―y su versión en inglés, Hello!― excluyendo así al resto de la prensa nacional o internacional. La plataforma Netflix también ha anunciado un documental sobre la pareja. Los soberanos han advertido de que no aparecerán en las fotos a las que no hayan tenido acceso otros medios de comunicación, y los novios han asegurado que distribuirán alguna imagen de uso general.

El enlace se ha presentado como un acto privado al que han sido invitados varios miembros de las familias reales de Suecia y Países Bajos. La princesa heredera sueca, Victoria, y su marido, Daniel, así como el príncipe Carlos Felipe y su esposa, Sofía, han confirmado su presencia. En Noruega fueron fotografiados ya el jueves el príncipe Constantino, de Países Bajos, y su mujer, Laurentien. Victoria de Suecia es gran amiga de Marta Luisa, y Laurentien es la madrina de Leah Isadora, una de las hijas de la princesa. Irá también la princesa Astrid (92 años), hermana del rey Harald. El príncipe heredero noruego Haakon, y su esposa, Mette-Marit, acudieron a apoyar a la novia desde el principio.

Las celebraciones dieron comienzo este jueves con una fiesta de bienvenida en Alesund, al oeste de Noruega. El código de vestimenta era “sexy y atractivo”, y los novios aparecieron conjuntados de rosa pálido. Sus trajes eran de la marca de ropa Hest, fundada hace cinco años por la princesa con una amiga, con la letra H estaba estampada en la tela. Para el viernes, se había programado un paseo en barco por el fiordo Geiranger y una segunda fiesta, esta vez de temática latina. A la boda de esta sábado acudirán los reyes Harald y Sonia, que han prometido incluir a Durek Verrett en la familia real.

“A la princesa le precede la controversia desde hace dos décadas, cuando decía que hablaba con los ángeles. Con Verrett, la polémica es mayor, porque vendía medallones que según él curaban el coronavirus”, explica, al teléfono, Astrid Meland, comentarista política del rotativo noruego VG. Si bien tanto la princesa ―que no recibe un estipendio del Estado― como el chamán se decidan a sus respectivas carreras y no tienen obligaciones oficiales, “una de las razones de la polémica que rodea a Marta Luisa es el uso del título real para sus negocios”, asegura. “En 2022, llegó a un acuerdo con el rey Harald para no usarlo después de la gira que hizo con Verrett y que se titulaba La princesa y el chamán”, sigue diciendo. Sin embargo, ha seguido habiendo problemas. Poco antes de la boda, la pareja promocionó una ginebra que se serviría en el convite. Tuvo que ser retirada temporalmente del mercado porque la etiqueta decía que había sido creada para “la boda de la princesa Marta Luisa y Durek Verret”. La pareja aseguró que fue un error ajeno a ellos, pero de nuevo aparecía el título en una actividad comercial. “El príncipe heredero, Haakon, que se lleva muy bien con su hermana, ha dicho que volverán a hablar de ello después de la boda”, señala la comentarista.

El enlace ha coincidido con los problemas de Marius Borg Høibi (27 años), el hijo que la princesa Mette-Marit tuvo en una relación anterior. “Lo ocurrido con el joven es una catástrofe porque hay tres mujeres que dicen que fue violento con ellas”, indica la misma comentarista. La prensa alemana ha publicado estos días imágenes comprometidas de Marius, en especial una, en la que porta una pistola y exhibe varios billetes en su cintura. ¿Cómo puede afectar todo esto a la monarquía? “Marius ha admitido los hechos y ha dicho que tratará sus adicciones y problemas mentales. Es un momento delicado y, aunque el rey Harald tiene un gran apoyo entre la población, este ha bajado un poco en los últimos tiempos”.

De izquierda a derecha: la princesa Mette-Marit, el príncipe Sverre Magnus de Noruega, el príncipe heredero Haakon, la princesa Ingrid Alexandra, Marius Borg Høibi, la princesa Astrid, la reina Sonia, el rey Harald, Emma Tallulah Behn, la princesa Marta Luisa, Leah Isadora Behn y Maud Angelica el 23 de junio de 2016 en Trondheim, Noruega.
De izquierda a derecha: la princesa Mette-Marit, el príncipe Sverre Magnus de Noruega, el príncipe heredero Haakon, la princesa Ingrid Alexandra, Marius Borg Høibi, la princesa Astrid, la reina Sonia, el rey Harald, Emma Tallulah Behn, la princesa Marta Luisa, Leah Isadora Behn y Maud Angelica el 23 de junio de 2016 en Trondheim, Noruega. Ragnar Singsaas (Getty Images)

Un sondeo efectuado el pasado 16 de agosto por el diario Dagbladet señalaba que el 73% de los encuestados cree que el rey no debe abdicar. En enero, Nettavisen, otra publicación digital noruega, cifraba en un 63% los ciudadanos que pensaban que el soberano debía seguir en el trono. “Un apoyo del 87% era común antes en este tipo de encuestas y esto ha llevado a los republicanos a pensar que era el momento de abrir un debate sobre un posible cambio de régimen”, asevera Meland. En su opinión, la monarquía sobrevivirá si los miembros que forman parte de la Casa Real se comportan adecuadamente. “El rey Harald, su hijo, Haakon, y la hija de este, la princesa Ingrid Alejandra (20) son muy bien vistos”, señala. “Al final, todo lo de ahora puede quedar en una crisis familiar, porque Marta Luisa y Marius no tienen presencia oficial”.

Marta Luisa de Noruega es la hermana mayor del príncipe Haakon, heredero al trono noruego. La ley sálica fue abolida en 1990 y de ahí que, en un futuro, pueda reinar Ingrid Alexandra. La princesa está interesada en la meditación y en la espiritualidad, y llevó durante una década una escuela que fomentaba la búsqueda de uno mismo a base de ponerse en contacto con los ángeles. Tiene tres hijas de su primer matrimonio con el escritor y artista noruego Ari Behn, del que estaba divorciada y que se suicidó en 2019. Las tres jóvenes, Maud (21), Leah (19) y Emma (16), apoyan su decisión de volver a casarse. “Había decidido no hacerlo de nuevo, pero después de conocer a Durek en 2018 cambié de opinión”, ha declarado la princesa a ¡Hola!.

El aterrizaje de su futuro esposo en Noruega ha sido polémico desde el principio. Además de decir que desciende de un faraón, ha sugerido que la quimioterapia contra el cáncer no funciona y es solo un asunto comercial. También ha dicho que desciende de un linaje de chamanes, hecho que su familia desmiente. En 2023, publicó un vídeo en Instagram donde aconsejaba gritar a los niños con problemas de comportamiento porque podían estar poseídos por espíritus. En la recta final hacia su matrimonio principesco, sus declaraciones han cambiado algo de tono. En la misma entrevista exclusiva asegura que la princesa puede leerle la mente y que ambos estaban “destinados a conocernos antes de nacer”. También anuncia que ha creado su propia sexualidad porque no cree “que los términos gay, bisexual, heterosexual o fluido” encajen con él. Lo llama “sexualidad del alma, basada en la energía de la persona”.

Aparte de estas confidencias y de las mutuas declaraciones de amor, la pareja ha sufrido rechazo por estar juntos. Verrett lo explica porque es negro y entra en una familia real europea. Marta Luisa asegura que nunca había experimentado el racismo de una manera tan cercana. “El amor lo puede todo”, declaran ambos. Esta vez, la princesa ha tomado las riendas de las esponsales. Su boda en 2002 con Ari Behn fue un asunto de Estado, con representantes de la realeza y el Gobierno. Ahora ha organizado una gran fiesta de cuatro días y la lista de invitados es suya. Por eso, “el hecho de que hayan vendido la exclusiva puede interpretarse como una falta de respeto al rey”, indica Astrid Meland. Una vez casados, el lugar de residencia de la pareja está todavía en el aire.

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