Haakon de Noruega cumple 50 años comprometido con el sentido de pertenencia de todos sus compatriotas
El heredero al trono es respaldado por el apoyo popular a la única monarquía del mundo elegida por los ciudadanos
El príncipe Haakon Magnus, heredero al trono de Noruega, cumple este jueves 50 años en un país donde el 78% de la población apoya la monarquía, según una encuesta llevada a cabo en febrero de 2022 por el canal NRK de la televisión pública. En cierto modo, juega con ventaja respecto a otros aspirantes a una corona, e incluso a otros soberanos europeos de su generación. La monarquía noruega es la única del mundo elegida por los ciudadanos en un referéndum efectuado en 1905. Por otro lado, Haakon —así es como lo llaman, sin su segundo nombre— ha abrazado su papel en lugar de dejarse llevar por la ruta para la que estaba predestinado. Se ha propuesto contribuir a que todos los noruegos tengan “sentido de pertenencia” a su nación, y está perfilando el tipo de reinado que desea encabezar cuando falte su padre, el rey Harald, de 86 años.
Comprometido con la preservación del medio ambiente, en particular los océanos, y deportista apasionado del surf y el esquí, el príncipe Haakon ha reconocido que de pequeño prefería ser uno más del grupo. Cuando supo que formaba parte de la familia real y se bromeaba al respecto, no le parecía divertido. Se ponía serio “y mi hermana, [Marta Luisa] era mucho mejor en esto”, ha admitido en un largo reportaje con motivo de su 50 aniversario publicado por el rotativo Aftenposten. En un momento dado, el autor, el periodista noruego Robert Veiåker Johansen, le pregunta si alguna vez ha querido evitar el destino de convertirse en rey y responde que sí. Le pasó en la adolescencia y dice: “Pensé: ‘¿Debo dejar que esto me pase o elegirlo yo mismo?’ Llegué a la conclusión de que lo mejor sería elegirlo”.
A Caroline Vagle, reportera especializada en la Casa Real noruega de la revista Se og Hør, le parece que el príncipe Haakon es una persona “comprometida, preocupada por la preservación del medio ambiente y resuelta a asegurar la inclusión de todos los grupos sociales”. Aunque no ha habido sondeos recientes sobre su figura, “la principal crítica que ha recibido se remonta a finales de los años noventa, cuando conoció a la que hoy es su esposa y princesa real, Mette-Marit”, dice, en conversación telefónica. Hubo mucho recelo sobre el hecho de que una joven que era madre soltera (su primer hijo, Marius, tiene 26 años) y con un pasado que ella misma reconoció que había sido turbulento, pudiera llegar a ser reina consorte. Sin embargo, “en lugar de debilitar a la monarquía, ambos han demostrado que todos estaban equivocados; afortunadamente se impuso el amor”. Los príncipes herederos tienen dos hijos en común, Ingrid Alejandra (19) y Sverre Magnus (17), y en 2022 otro sondeo llevado a cabo también por NRK entre los jóvenes de 16 a 20 años mostró que solo un 8% prefería una república.
Los reyes noruegos se remontan al año 872, pero entre 1387 y 1905 el país estuvo unido a Suecia o Dinamarca por medio de distintas alianzas. La actual monarquía del Reino de Noruega como país soberano e independiente llegó cuando, una vez disuelta la unión con Suecia, el Gobierno noruego le ofreció el trono al príncipe Carlos de Dinamarca. Era nieto de los reyes daneses y estaba casado con la princesa Maud, hija a su vez de los reyes Eduardo VII y Alejandra del Reino Unido. Carlos recibió la propuesta “y el 13 y 14 de octubre de 1905 se convocó un referéndum saldado con un 78,8% de la población a favor del restablecimiento de una monarquía propia”, explica Ole Jørgen, historiador y comentarista noruego sobre la monarquía para el canal comercial televisivo TV2. En conversación telefónica, cuenta que el Parlamento noruego “estuvo de acuerdo en la elección del futuro rey y Carlos de Dinamarca se puso el nombre de Haakon VII”. Era el bisabuelo del actual príncipe heredero. A la ventaja de ser una monarquía elegida por la ciudadanía, este experto añade el hecho de que los tres reyes que han subido al trono desde 1905 (Haakon VII, Olav V y Harald) “han sido gente de su época, además de un símbolo de unidad nacional”.
Cuando el rey Harald, sucedió a su padre, Olav V, admitió estar “aterrorizado”. ¿Por qué? “Pues porque Olav fue un rey legendario, el primero en ser criado y educado en Noruega desde la Edad Media, y con gran autoridad moral. Tanta, que se le llamaba ´el Rey del pueblo”, sigue relatando el historiador. Olav V iba en tranvía con sus esquís, y se ha hecho famosa la respuesta que dio en 1973 cuando le preguntaron cómo se atrevía a salir sin sus guardaespaldas. “Tengo 4 millones de guardaespaldas”, aseguró, refiriéndose a sus compatriotas en ese momento. En 2005, un sondeo de la televisión nacional lo eligió como El noruego del siglo, “y llegó a ser visto como el abuelo el país, como ahora sucede con su hijo, el rey Harald”.
Antes de centrarse en sus labores como príncipe heredero, Haakon se licenció en 1999 en Ciencias Políticas en la Universidad de California, y después estudió Ciencias Sociales en la de Oslo. En 2002, estudió en Londres Economía y Ciencias Políticas. “Él sabe que no puede copiar a su padre, aunque ambos comparten los mismos valores, y su esposa le ha aportado confianza y le ha ayudado a ser más próximo”, indica Caroline Vagle. “Haakon también es un hombre de su tiempo, y en Escandinavia las monarquías tienden a darle menos importancia al aspecto militar. Los soberanos se ponen el uniforme para la apertura del Parlamento y el Discurso de la Corona, y no hay nobleza, que fue abolida en 1821″, recuerda el historiador. Lo que no hacen los monarcas noruegos es abdicar. El rey Harald, con problemas de salud en los últimos años, ha señalado que su lema es el de su antecesor, Haakon VII: “El rey está sano o muerto”. Eso sí, si pierde facultades, espera que se lo digan para ceder mayor parte de su labor a su hijo.
En este ambiente proclive a la monarquía, ha habido al menos una controversia sonada y un momento muy delicado que laminó la popularidad de la Casa Real. La primera se refiere a la remodelación de cinco viviendas incluidas en la finca donde se encuentra el palacio de Skaugum, residencia del príncipe Haakon y su familia. El complejo fue un regalo de bodas, y la pareja puso en alquiler las otras casas. La renta era para ellos, cuando estaban obligados a pedir permiso al municipio para efectuar las obras y que todo fuese legal. En 2016, la prensa danesa destapó la situación, y el heredero se disculpó a través de un comunicado colgado en la página web de la Casa Real. Con los medios de su país indicando que podía haberse embolsado más de un millón de coronas noruegas en un año, él dijo: “No tenía derecho a hacerlo y es mi culpa”.
El episodio espinoso se refiere a la relación de su hermana mayor, Marta Luisa, con su actual novio, el estadounidense Durek Verret. De 51 años, la princesa es fisioterapeuta y su exmarido, el escritor Ari Behn, se suicidó en 2019 después de sufrir una depresión. Durek Verret se presenta como un chamán y terapeuta alternativo y ha llegado a decir que se curó de la covid-19 gracias a un medallón que lleva puesto. El revuelo causado por ello, y el hecho de que la princesa utilizase su título real para publicitar sus propios negocios, provocó una reunión con su padre y hermano en la que se decidió que ella no desempeñe labores oficiales. Desde noviembre de 2022, la situación se ha calmado y la princesa, que sigue siendo miembro de la familia real, ya no forma parte de la Casa Real. “Su hermano, el príncipe Haakon, tiene una relación muy cercana con ella y se preocupa por su bienestar. Ha subrayado que está contento de que haya encontrado de nuevo el amor, y creo que la solución adoptada les conviene a todos. Parecen más cercanos, incluso como familia”, apunta la reportera. “En Noruega no tenemos, como el Reino Unido, un príncipe Enrique. Cuando es criticada, la familia real noruega escucha en lugar de pasar a la ofensiva”, concluye Ole Jørgen.
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