Vanessa Kirby, la carrera poliédrica de la estrella más discreta
Crecida en el teatro, la actriz británica se postula como una de las más destacadas en su generación gracias a sus elecciones interpretativas
Los escenarios han sido la segunda casa de Vanessa Kirby (Wimbledon, 35 años) desde el inicio de su carrera como actriz. La crítica teatral se rindió de inmediato al talento de la británica desde que, en 2010, protagonizó hasta cuatro obras distintas, entre ellas Espectros, de Henrik Ibsen, El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, o Todos eran mis hijos, de Arthur Miller, obra que le valió la distinción de joven promesa en los premios teatrales Manchester Evening News Theatre Awards (MENTA). Con apenas 20 años, lejos de amedrentarse por las exigencias y expectativas detrás de este tipo de obras convertidas en grandes reclamos de la cartelera, se creció y comenzó a encadenar estreno tras estreno. La intimidad del teatro pronto dio paso a la televisión británica y después al cine, donde ha demostrado su maleabilidad interpretativa. Nominada a los grandes premios, en 2024 sigue cosechando éxitos profesionales, pero su discreción se impone a su poliédrica carrera y mantiene a la actriz casi como a una desconocida.
Sin dejarse llevar por los vientos favorables que propulsan su carrera en la actualidad, asegura ser muy consciente de los altibajos que acarrea su profesión. “La industria es muy transitoria, puedes trabajar un año entero o tener éxitos de taquilla, pero la mayor parte de tu carrera es recibir muchos noes. El miedo y la duda siempre van a estar ahí, no importa lo que pase”, sentenció en la edición británica de la revista Harper’s Bazaar en julio. Con miedo o no, lo cierto es que los cimientos de su carrera son cada vez más robustos.
Su capacidad para brillar en el trabajo parece venirle de familia. La intérprete es hija de Roger Kirby, un reputado cirujano de próstata, investigador, escritor y presidente de la Royal Society of Medicine. Su madre, Jane Kirby, fue editora de la revista Country Living durante años. Su hermano Joe es un reconocido docente cofundador del colegio gratuito Michaela Community School, destacado por ser uno de los centros con mejores calificaciones de Inglaterra en las pruebas GCSE (exámenes nacionales que hacen los alumnos a partir de los 14 años). Pero es su hermana Juliet, agente teatral, quien comparte una profesión más cercana a la de la actriz. A pesar de haber nacido en una familia más que acomodada, la infancia de Kirby no fue un camino de rosas. Ella misma relató en una entrevista en The Guardian cómo el teatro se convirtió en su salvavidas durante los años en los que sufrió acoso escolar. “Fue un acoso sistemático, bastante horrible. El último día de colegio, un profesor dijo a mi madre: ‘Ha sobrevivido. Lo ha conseguido’, lo que significa que todos ellos sabían lo que estaba sucediendo”, se sinceró en 2018.
La vida después de Netflix
En 2016, tras varios años curtida en el teatro, llegó The Crown y con ello el estrellato casi instantáneo. El relativo anonimato en el que vivía se esfumó cuando se hizo con el papel de la princesa Margarita en las dos primeras temporadas de la superproducción de Netflix, una de las más exitosas de la plataforma. La historia imposible entre la hermana de la reina Isabel II y el capitán del ejército Peter Townsend, le valió a la intérprete su primera nominación a los Premios Emmy y dos nominaciones a los Bafta de televisión, premio que se llevó a casa en 2018. Durante un tiempo, compaginó la pequeña pantalla con el teatro. Su pasión por las tablas le insufló energía suficiente para ensayar la obra de Chéjov Tío Vania tras las maratonianas jornadas de rodaje de la serie. Ese mismo 2016, Kirby debutó en Broadway con Un tranvía llamado deseo, obra que ya había interpretado en Londres con gran acogida dos años atrás.
The Crown ha sido, por el momento, su último proyecto en televisión, pero no el primero. Igual que muchas jóvenes actrices británicas, Kirby ha participado en numerosas producciones de época para la pequeña pantalla, entre ellas la miniserie Grandes Esperanzas, que la BBC emitió en 2011, o Las crónicas de Frankenstein, una ficción de intriga inspirada en la famosa novela de Mary Shelley estrenada en 2015.
Su trayectoria en cine subraya el carácter polivalente de una actriz que ha demostrado desenvolverse con destreza en todo tipo de géneros. Ya sea un drama de época, un título de ciencia ficción o una película de acción de presupuesto multimillonario. En los últimos años, se la ha visto en pequeños papeles secundarios de taquilleras películas románticas, como Una cuestión de tiempo (Richard Curtis, 2013) o Antes de ti (Thea Sharrock, 2016); transformada en Zelda Fitzgerald, en Genius (Michael Grandage, 2016); convertida en cíborg en la película de ciencia ficción Kill Comand (Steven Gomez, 2016); o como traficante de armas y azote de Tom Cruise en Misión Imposible: Fallout (Christopher McQuarrie, 2018). Con Cruise repitió en la séptima entrega de la franquicia Misión Imposible: sentencia mortal, parte 1, estrenada en 2023. En Variety contó cómo el compromiso del actor con la película (él rueda todas las escenas de acción sin especialistas) le impactó: “Esa forma de confiar en el cine, en ti mismo y en lo que eres capaz resulta muy inspiradora. Él realmente cree que puede hacer lo imposible y lo hace, me encanta formar parte de la franquicia y estoy feliz de volver”. La segunda parte de la película, prevista para 2025, también contará de nuevo con Kirby en el reparto.
No hay reto imposible
Su trabajo en Misión imposible no pasó desapercibido y le brindó una nueva oportunidad laboral de mano de otra de las sagas más taquilleras de los últimos años. En 2019, pasó a formar parte del reparto de Fast&Furious: Hobbs and Shaw, junto a Dwayne Johnson, Jason Statham, Idris Elba o Eiza Gonzalez. Un papel de espía del MI6 que nada tendría que ver con su siguiente personaje, el que terminó de consolidarla como una de las mejores actrices de su generación. En 2020 llegó Fragmentos de una mujer (dirigida por el húngaro Kornél Mundruczó y coproducida por Martin Scorsese), un drama intimista donde el personaje de Kirby afronta la pérdida de su bebé, nacido en casa, y el posterior juicio por negligencia contra la matrona a cargo del parto. La actriz se creció con esta trágica historia en la que pudo desplegar su talento para el drama, el mismo que le proporcionó loas en sus inicios teatrales. Si en Misión imposible se sometió a intensos entrenamientos físicos, para la preparación de esta película tuvo “el absoluto privilegio de ver a alguien dar a luz. Estaba asombrada”, según desveló en Vanity Fair. Con su desgarradora actuación logró nominaciones en casi todos los premios de la temporada, incluidos el Oscar y el Globo de Oro. Finalmente, se alzó con la Copa Volpi a mejor actriz en el Festival de Venecia.
Incluso en plena campaña de premios, se las apañó para tratar de limitar su exposición mediática. Tras el éxito de Fragmentos de una mujer, protagonizó varias películas independientes y consiguió mantenerse discreta antes de iniciarse la intensa campaña de promoción de Napoleón. En el biopic que Ridley Scott ha dirigido sobre el estratega y emperador francés, Kirby ha vuelto a cautivar a la crítica con su actuación de Josefina Bonaparte. Y eso que llegó de rebote al reparto, después de que la actriz Jodie Comer tuviera que rechazar el papel por problemas de agenda. Acostumbrada a encarnar personajes históricos, ella reconoce la responsabilidad extra escondida detrás de este tipo de papeles: “No te estás inventando una historia, sus vidas, su infancia, su pasado o su mente. Tienes que tratar de acercarte a alguien que realmente ha vivido, y vivido una existencia tan extraordinaria, alejada de cualquiera de nosotros o de nada con lo que pudiera sentirme identificada personalmente”, reflexionó durante una charla con Deadline.
En el horizonte no se atisba un año tranquilo para la actriz. Además de lo nuevo de Misión Imposible, la veremos codo con codo con Ana de Armas, Sydney Sweeney y Jude Law en Eden, dirigida por Ron Howard y actualmente en fase de rodaje. Definida por la intérprete como un “thriller de supervivencia”, poco se conoce del argumento, excepto que abordará la vida de un grupo de personas que abandonan la vida en sociedad para irse a las islas Galápagos. En la gran pantalla se acaba de confirmar también su participación en Los 4 Fantásticos, donde interpretará a la mujer invisible.
Está pendiente de confirmación el que sería su primer proyecto televisivo desde The Crown. Ryan Murphy habría sido el responsable de que Kirby regrese a la pequeña pantalla. El influyente creador podría contar con ella en la nueva temporada de Feud, la serie que ahonda en la historia de rivalidad de diferentes personajes célebres. La primera temporada recuperó la sonada enemistad entre las actrices Joan Fontaine y Bette Davis; la segunda se centra en el enfrentamiento entre el escritor Truman Capote y sus amigas de alta sociedad, conocidas como los cisnes; y la tercera entrega abordará el sonado divorcio entre la extravagante Jocelyn Wildenstein y su marido, el empresario y marchante de arte Alec Wildenstein, el más caro de la historia hasta la separación de Jeff Bezos.
Más allá de la actuación, la actriz cofundó en 2021 junto a su hermana Juliet su propia productora, Aluna Entertainment. ¿El objetivo? Apostar por historias de mujeres, contadas por mujeres pero alejadas de arquetipos: “¿Cuál sería el equivalente femenino de Taxi Driver? Creo que lo radical es crear historias de antiheroínas desastrosas y contradictorias que no son salvadoras o dignas solo por el hecho de ser mujeres”, explicó en Indie Wire. Delante o detrás de la pantalla, Vanessa Kirby tiene mucho que decir.
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