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Ana Guerra: “Cantar en el Bernabéu es una de las cosas más frías que he hecho”

Tras sobrevivir al vendaval mediático de ‘Operación Triunfo’ y buscar durante años su verdadera identidad artística, la intérprete canaria aúna su mejor momento profesional y personal con el lanzamiento del EP ‘Érase una vez’ y su próxima boda con el músico y actor Víctor Elías

Ana Guerra
La cantante Ana Guerra, fotografiada en Madrid el 12 de diciembre de 2023.Claudio Álvarez

Querer es poder. Esas son las palabras que Ana Guerra (San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, 29 años) tiene grabadas a tinta en el antebrazo izquierdo. Es un tatuaje compartido con su padre, valedor del mensaje como consigna vital, que se hicieron una víspera de Reyes a modo de locura. “Desde pequeña, siempre que me atascaba con algo me repetía esa frase”, corrobora la cantante, que ha seguido el mantra al pie de la letra. Porque Guerra quiso alzarse como una de las concursantes más inolvidables de Operación Triunfo, apearse del frenesí de una industria discográfica monopolizada por los ritmos urbanos y aspirar a que sus canciones hablaran más alto que cualquier stories de Instagram. Y lo ha conseguido. O, al menos, está disfrutando de cada paso del proceso: “Si pudiera firmar quedarme tal y como estoy ahora, lo haría. Soy feliz”.

No siempre fue así. Desde su entrada en la academia del talent musical televisivo, allá por 2017, Ana Guerra se sumió en una espiral de agitación que hoy rememora con aturdimiento, como una “especie de nebulosa”. “De OT recuerdo mucho menos de lo que la gente se piensa, como un 50% de las cosas. A veces me mandan vídeos y no me reconozco, es como si estuviera pasando por primera vez en mi vida. Incluso me he vuelto a presentar a gente que ya conocía. Sé que lo viví y que lo disfruté, pero pasó todo tan rápido…”, se excusa la joven. Tal era el nivel de trabajo en los meses posteriores a la emisión del formato que ni siquiera tenía tiempo para lavar la ropa interior: “La tenía que ir comprando por cada ciudad. Llegaba, soltaba la maleta y buscaba una tienda para tener algo limpio”, recuerda.

La tinerfeña irradia esa dicha que dice sentir. Reparte abrazos, confidencias y su sonrisa permanece inalterable durante toda la mañana, pese a que un dolor abdominal la ha obligado a colocarse un parche térmico para mitigar el malestar. Corrige la posición de la grabadora para asegurarse de que sus palabras se escuchan con nitidez y cuenta con emoción las horas que faltan para homenajear a su admirada Concha Velasco en los premios Forqué, este sábado, cantando Chica ye ye. “Soy muy fan de ella y siempre lo seré. Abrió paso a otras mujeres con letras que rompían con los estigmas sociales y admiro que hiciera esa oda al feminismo en una época tan difícil”.

La cantante Ana Guerra en Madrid, el 12 de diciembre de 2023.
La cantante Ana Guerra en Madrid, el 12 de diciembre de 2023.Claudio Álvarez

Guerra también incluye un tema feminista en su nuevo EP, Érase una vez, que ve ahora la luz como primera parte de un proyecto que se extenderá en el tiempo. Una apuesta por el formato físico que su autora califica de “romántica” en tiempos de canciones consumidas de manera voraz, con fechas de caducidad incluso más efímeras, pero que encaja con el rumbo profesional elegido por ella. “Me daba mucha rabia cuando sacaba algo y, un mes después, ya me preguntaban cuándo iba a lanzar música nueva. No tengo la capacidad o la habilidad para sacar canciones tan rápido, necesito mi tiempo”, argumenta. Fue durante la pandemia cuando se permitió el lujo de parar, “poner los pies en el suelo y hacerse preguntas”, y descubrir cuál era su esencia como artista. Pese a lo que dijeran las listas o los directivos, su futuro no pasaba por los ritmos latinos ―tenía un disco finalizado que se negó a publicar―, sino por las baladas. “He hipotecado muchas cosas porque obviamente el reguetón hubiera tenido más escuchas y podría haber sido más viral en redes sociales, pero no puedo mentir a mi público. Es lo que me vibra”.

De izquierda a derecha, Amaia, Miriam, Alfred, Aitana y Ana Guerra, los cinco finalistas de 'Operación Triunfo 2017'.
De izquierda a derecha, Amaia, Miriam, Alfred, Aitana y Ana Guerra, los cinco finalistas de 'Operación Triunfo 2017'.

Ana Guerra no oculta los sinsabores de la profesión ni maquilla los obstáculos que ha encontrado en el camino, sometida a la eterna comparación con sus compañeros de generación. Ella misma se ha referido al desarrollo decreciente que tomó su carrera equiparada con la de Aitana, su compañera en la exitosa canción Lo malo y convertida hoy en una estrella internacional. “Me he preguntado muchas veces qué había hecho mal yo”, evoca, “porque me habían metido en la cabeza que el éxito es llenar el WiZink Center, componer en Los Ángeles y sacar 30 canciones al mes. Pero el éxito puede ser algo diferente para cada uno”. En su caso, el triunfo no es otro que poder tocar su música y no la de otros, aunque los aforos sean más reducidos. “Para mí es mucho más bonito tocar para cientos que para miles. Yo he estado en el Santiago Bernabéu cantando y sí, fue histórico y se lo contaré a mis nietos, pero es de las cosas más frías que he hecho. Tú transmites todo lo que puedes, pero no llegas al público con nada, no conectas, no oyes sus reacciones”.

Los 70 conciertos ofrecidos en apenas dos años por toda la geografía española parecen ratificar lo arriesgado de su apuesta inicial pese a que, según explica, las broncas de su equipo por su escasa voluntad de autopromoción son constantes. “Es que me parece innecesario”, replica con franqueza, “porque el que tenga interés en mi música va a escucharla sin que yo le esté diciendo todo el rato: ‘Ven, ven, ven”. Pero en una industria tan ligada al marketing y la exposición digital continua, ¿es más importante hoy saber cantar o saber venderse? Guerra responde sin titubeos: “¿Ahora mismo? Saber venderse. Pero yo me quedo con saber cantar. Mi trabajo es componer canciones, cantarlas y hacer sentir al público. Que me vendan los que me tienen que vender. Punto”.

Su foco ahora está puesto en el lanzamiento de su nuevo trabajo, los preparativos de su gira y su próxima boda con el músico y actor Víctor Elías. Tras anunciar su compromiso en octubre, la pareja todavía sigue buscando la fecha perfecta para el enlace, pero la canaria confirma que será a finales del próximo año. Dice que la noticia ha provocado el regreso de los paparazi a su día a día, pero no le preocupa la expectación mediática que pueda despertar una cita que su novio espera con ilusión. “Yo le propuse que nos casáramos en cualquier iglesia, pero él me dijo que quería tener este momento especial. Acuérdate de lo que te digo: va a ser más el día de Víctor que el mío”, confirma entre carcajadas. Su único deseo es disfrutar de la plenitud vital que atraviesa y extenderla todo lo posible: “En cinco años me veo disfrutando del mismo éxito profesional, viviendo en una casita con Víctor y a puntito de quedarme embarazada”.

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