Los cinco hijos de Berlusconi firman su millonaria herencia y acuerdan el reparto de su imperio

Los cinco hijos de Silvio Berlusconi, el magnate y tres veces primer ministro de Italia fallecido el pasado 12 de junio, han aceptado el reparto de la millonaria herencia de 5.000 millones de euros que les dejó su padre. Los dos mayores, Marina y Pier Silvio, fruto de su primer matrimonio con Carla Elvira Dall’Oglio, serán los encargados de dirigir el imperio. “Marina, Pier Silvio, Bárbara, Eleonora y Luigi Berlusconi anuncian que han aceptado la herencia de su padre, interpretando sus últimos deseos en total armonía para honrar su recuerdo con profunda gratitud”, aseguraban en un comunicado conjunto hecho público el lunes.

Silvio Berlusconi, que falleció a los 86 años a causa de las distintas complicaciones cardíacas que arrastraba, dejó un testamento escrito en el que repartía su imperio multimillonario entre sus cinco hijos, a los que ha legado el control de sus empresas, varios inmuebles, acciones, obras de arte y otros bienes. También les pedía que entregaran cierto dinero a las personas que le fueron más leales en sus últimos años. Entre ellas se encuentran su hermano, Paolo Berlusconi, y su última pareja, la diputada Marta Fascina, de 33 años, con quien se casó solo de manera simbólica, que han recibido 100 millones de euros. El que fue su mano derecha y aliado en la política durante años, Marcello Dell’Utri, condenado en 2014 a siete años de prisión por vínculos con la mafia siciliana Cosa Nostra, ha recibido 30 millones de la herencia.

La mayor parte del legado económico de Silvio Berlusconi está contenido en la sociedad familiar Fininvest, que en Bolsa vale 2.800 millones de euros. Marina Berlusconi es su presidenta y Pier Silvio está al frente del grupo audiovisual Media For Europe, la antigua Mediaset. Juntos poseen el 53% de las acciones del conglomerado familiar. El resto del patrimonio se ha repartido a partes iguales entre los demás hermanos: Barbara, Eleonora y Luigi, fruto del matrimonio de Berlusconi con la actriz Veronica Lario. Los cinco hijos de Silvio Berlusconi se dividieron hace tiempo, y de común acuerdo, las funciones que desempeñan dentro de la dinastía. Marina, de 57 años, y Pier Silvio, de 54, los mayores, tienen cargos ejecutivos, mientras que el resto, aunque trabajan en las empresas del grupo familiar, ocupan puestos mucho más discretos. Los hermanos siempre se han mostrado reservados y han tratado de mantenerse apartados del foco mediático. Aunque en Italia se les conoce muy bien a todos y han acompañado y defendido a su padre en público en numerosas ocasiones. Sin embargo, en los conflictos políticos o judiciales que señalaron al magnate, siempre se mostraron en un discreto segundo plano.

Marina y Pier Silvio nacieron del primer matrimonio de Berlusconi con Carla Elvira Dall’Oglio, que empezó en 1965 y duró 20 años. La pareja, que se conoció en la parada de un tranvía en Milán, siempre mantuvo la discreción sobre su relación. En el país transalpino se publicaron pocas fotos de los dos y apenas se habló de su divorcio. En el funeral de Berlusconi, se despidió de su exesposo con cariño: “Queridísimo Silvio, fuiste un gran hombre y un padre extraordinario para nuestros hijos. Siempre recordaré la belleza de los años que pasamos juntos. Un abrazo infinito”, escribió. Después de su separación, Berlusconi la describió como “una gran señora y una madre perfecta”. El ex primer ministro italiano inició después una relación que fue todo lo contrario a discreta. Su matrimonio con la actriz Veronica Lario, con quien estuvo casado desde 1990 hasta 2015, ocupó miles de páginas en la prensa por sus disputas y, luego, por su millonaria separación. De esta unión nacieron Barbara, que tiene 39 años; Eleonora, de 37 años, y Luigi, el benjamín, de 35.

La revista Forbes estima que tras heredar el patrimonio de su padre, la fortuna de Marina y Pier Silvio ascenderá a 1.900 millones de dólares cada uno (unos 1.700 millones de euros al cambio actual), mientras que Barbara, Eleonora y Luigi tendrán un capital de unos 1.000 millones de dólares cada uno. Marina, la hermana mayor, es considerada la digna sucesora de su padre, tanto en los negocios como en la política. Cuando tenía 29 años entró en Fininvest como vicepresidenta y en 2005 Il Cavaliere la nombró presidenta del grupo familiar. En el testamento confirmó su cargo, lo que consolida su papel dentro de la familia. También preside actualmente la editorial Mondadori y forma parte del consejo de Media For Europe, la antigua Mediaset. Forbes la incluyó en su lista de las mujeres más poderosas del mundo en 2010. Está casada con un antiguo bailarín del ballet de La Scala de Milán, Maurizio Vanadia.

Pier Silvio Berlusconi ha trabajado durante años en las empresas de su padre y es consejero delegado de Media For Europe desde 2015. Empezó su carrera en 1992, con 23 años, en la agencia de marketing Publitalia, antes de pasar a las cadenas de televisión, donde comenzó ideando programas juveniles. También es consejero de Fininvest y Mondadori. Desde hace más de una década mantiene una relación con la presentadora Silvia Toffanin, con la que tiene dos hijos, y tiene otra hija fruto de una relación previa. Se trata de una de las figuras más mediatizadas de la familia, pues ha estado implicado en los casos de fraude y evasión fiscal de su padre.

Barbara Berlusconi forma parte del consejo de Fininvest y también trabajó en el AC Milan, antes de que su padre vendiera el equipo de fútbol a inversores chinos por 630 millones en 2017. Luigi fue miembro del consejo de administración de Mediolanum de 2007 a 2015 y, actualmente, forma parte del consejo de Fininvest, al que se incorporó con 24 años en 2012. Poco se sabe de Eleonora, que no parece tener ningún papel oficial en ninguna de las empresas de su padre. Se ocupa de causas benéficas, vive en Londres y tiene tres hijos con el modelo Guy Binns, de quien está separada.