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El grupo audiovisual de Berlusconi se prepara para absorber Mediaset

La compañía española que preside Borja Prado dejará de existir como sociedad independiente

Rosario G. Gómez
Mediaset España
Sede de Mediaset España, en Madrid. Reuters

Mediaset España abre esta semana una nueva y decisiva fase en su proceso de fusión con Media for Europe (MFE), el grupo audiovisual controlado por el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, propietario del 48% del conglomerado trasalpino a través Fininvest. La junta extraordinaria de accionistas ha sido convocada para el miércoles con un punto clave: la absorción de Mediaset, grupo que explota los canales Telecinco y Cuatro, entre otros.

Nacerá así un gigante paneuropeo de medios de información y entretenimiento desde una perspectiva estratégica, operativa e industrial. MFE, que posee también el 25% de la alemana ProSiebenSat.1 y ha fijado su domicilio social en Ámsterdam, aspira a ganar escala con la vista puesta en fortalecer los recursos financieros y la inversión tecnológica para poder así competir en los circuitos locales desde una mejor posición y, al mismo tiempo, expandirse a otros mercados europeos.

Enmarcado en el denominado Proyecto Común de Fusión Transfronteriza, el proceso por el que MFE engulle a Mediaset ha sido largo y agitado. En enero recibió visto bueno de los consejos de administración de ambas entidades, un año después de que fracasara el primer intento de fusión al no prosperar la OPA que la empresa matriz lanzó sobre el paquete del 44,3% de Mediaset España que todavía no controlaba. Aquella oferta se planteó como “una gran oportunidad” para los accionistas, pero resultó fallida al no alcanzar el objetivo de sumar al menos el 90% del capital (se quedó en el 82,92%). En la junta de accionistas de esta semana, MFE aspira a hacerse con el control total de la compañía que preside Borja Prado, que dejará de existir como sociedad independiente.

El holding italiano se propone, según una comunicación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), revisar el modelo organizativo y operativo con el fin de “capturar nuevas oportunidades de crecimiento, permitir una toma de decisiones ágil y una mayor responsabilidad”, pero mantiene que la fusión no contempla ningún traslado de empleados y directivos y se compromete a que las operaciones y actividades de producción se mantengan en los respectivos países.

Esta será la primera junta de accionistas en más de dos décadas en la que no estará Paolo Vasile, consejero delegado durante los últimos 23 años y uno de los baluartes de los beneficios económicos amasados por Mediaset en ese tiempo, que superan los 3.700 millones de euros. Esta nueva etapa coincide con una notable pérdida de audiencia de Telecinco, el principal canal del grupo, una situación a la que el equipo pilotado por el consejero delegado Alessandro Salem, que asumió parte de las funciones que estaban en manos de Vasile, pretende darle la vuelta con una remodelada estrategia de programación. Su objetivo es hacer una televisión “familiar, respetuosa y alegre”, donde el entretenimiento marque el paso. La combinación de los negocios italianos y españoles impulsará las sinergias, recortará los costes y favorecerá el intercambio tecnológico y la coproducción de contenidos.

La ecuación de canje acordada en el proceso de fusión supone siete acciones A de MFE, de las mismas características y con los mismos derechos que las acciones A de Mediaset España existentes en el momento de su emisión por cada acción de la filial. Según han comunicado ambas entidades, el canje ha sido calculado sobre la base de varias metodologías de valoración y referencias para las acciones de MFE y Mediaset España, como el flujo de caja libre descontado, junto con el múltiplo de pares, los precios del mercado de valores y las calificaciones de los analistas. Los accionistas que voten en contra de la fusión podrán ejercitar sus derechos de separación. El precio de reembolso pagadero será de 3,26 euros por acción, que se corresponde con el precio medio de cotización de las acciones durante los meses anteriores a la suscripción del plan de fusión y el anuncio de la misma.

Para Berlusconi, la fusión le abrirá el camino a una estrategia operativa integrada y a una toma de decisiones centralizada. MFE destaca que su perfil paneuropeo contribuirá a expandir las opciones de negocio y aprovechar así las ventajas de ser el primer agente en dar este paso en el entorno de los medios de comunicación. La empresa estima que “la internacionalización, las economías de escala y la capacidad de ofrecer productos adaptados a la tecnología y contenido de calidad”, son factores clave para competir en el actual ecosistema de medios, marcado por un retroceso de la televisión lineal y un fuerte avance de las plataformas de vídeo en Internet como Netflix, HBO o Amazon Prime.

En España, el nuevo gigante transnacional tiene siete canales de televisión en abierto (Telecinco, Cuatro, Energy, FDF, Be Mad, Divinity y Boing), que el año pasado sumaron el 26,2% de la audiencia, lo que supone un punto menos que Atresmedia, su principal competidor, que además cuenta con un canal menos. Junto a los canales en abierto, Mediaset tiene participación en productoras de televisión, edita el diario digital Nius, gestiona una agencia de noticias, explota el negocio publicitario y cuenta con una división cinematográfica. Cerró el ejercicio pasado con un beneficio de 178 millones de euros.

Tras la fusión, el consejo de administración de MFE no experimentará cambios. Su presidente seguirá siendo Fedele Confalonieri y Pier Silvio Berlusconi ejercerá de consejero delegado. La sociedad controlada por la familia Berlusconi, que cotiza en la Bolsa de Milán, aumentará su capital social en 22 millones de euros tras la puesta en circulación de las nuevas acciones. El capital social actual emitido asciende a 800 millones (dividido en 2.707.506.599 acciones, de las cuales 1.526.279.035 son acciones A y el resto, B), mientras que el de Mediaset España es de 156 millones.

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