Brooklyn Beckham y Nicola Peltz sellan la paz con las organizadoras de su lujosa boda

El litigio entre la familia de Nicola Peltz y las organizadoras encargadas de organizar su lujosa boda con Brooklyn Beckham ha llegado a su fin. Después de meses de idas y venidas, con denuncia incluida, Plan Design Events, la empresa organizadora, hará una cuantiosa donación en nombre de los novios al Fondo de Crisis de Ucrania CARE. Además, la empresa ha dedicado en su comunicado unas palabras de disculpa a la familia de los recién casados: “PDE les desea a Nicola Peltz y Brooklyn Beckham felicidad y una vida fructífera juntos”. Estos dos puntos son los términos de un acuerdo del que poco más ha trascendido, pero en el que claramente ellas salen perdiendo.

Fue el 9 de abril de 2022 cuando la pareja contraía matrimonio en la mansión Montsorrel, un palacete frente a Palm Beach, en Florida. La velada parecía perfecta: 500 invitados, entre los que figuraban celebridades de todos los ámbitos, como las tenistas Venus y Serena Williams o la actriz Eva Longoria; un vestido de Valentino diseñado a medida por Pierpaolo Piccioli para Peltz —algo que, como señalaron múltiples publicaciones, causó disputa entre las familias por no elegir un vestido de la marca de su suegra, Victoria Beckham—; y una exclusiva millonaria en la edición británica de Vogue. Según se ha publicado, el enlace de ensueño llegó a costar más de tres millones de euros. Sin embargo, detrás de los focos, los problemas se acumulaban. Nelson Peltz, el padre de la actriz y modelo que contrajo matrimonio con el primogénito de los Beckham, demandó a Nicole Braghin y Arianna Grijalba, dos de las cuatro wedding planners a las que recurrieron los novios para los preparativos del enlace. Ambas fueron despedidas nueve días después de haber sido contratadas ―a un mes y medio del evento― por “no cumplir con su trabajo”. La demanda, presentada el pasado diciembre, reclamaba a la compañía que organiza enlaces matrimoniales un reembolso del depósito de 159.000 dólares (148.500 euros) que se les entregó en mano a las dos organizadoras despedidas, y que formaban parte de los honorarios acordados (307.400 euros). Cantidad que en un primer momento se negaron a devolver, y que ya han tornado en forma de acuerdo para la ONG ucrania.

El padre de la novia ―con una fortuna estimada a los 1.300 millones de euros―, y su esposa, Claudia Heffner, contactaron con Plan Design Events, la firma de Braghin y Grijalba, el 1 de marzo del año pasado; después de hubieran apartado de la boda a Preston Bailey, conocido por haber organizado, entre otras, el enlace Ivanka Trump con Jared Kushner, en 2009. La familia se deshizo del primer wedding planner, aunque en ese caso no fueron publicados los motivos por los que prescindieron de sus servicios. A seis semanas de la boda, los padres de la novia esperaban que la nueva firma contratada fuera capaz de asumir aspectos pendientes de organizar. Y no fue así.

En la demanda se argumenta el despido porque a pesar de que habían prometido solucionar la situación no pudieron finalizar ningún acuerdo con los proveedores que habían sido seleccionados previamente por ellos, ni asistir a las reuniones ya programadas. La novia, incluso, les mandó en más de una ocasión algún mensaje en el que aseguraba estar “harta de cazarles errores”, según ha trascendido durante el litigio. El padre de Nicola Peltz, además, incluyó en la denuncia que ambas wedding planners abusaban del alcohol en sus jornadas de trabajo. Un hecho que quiso demostrar aportando a la demanda los mensajes que la novia compartía con ellas: “Voy a tomarme un tequila antes de que me explote la cabeza. Pero estoy aquí si me necesitas”; a lo que la mujer de Brooklyn Beckham responde: “¡Sí, reina!”.

Braghim y Grijalba no tardaron en contraatacar. Las organizadoras acusaron a los Peltz de haber roto el contrato que firmaron y exigían ser compensadas por ello. Pusieron también una demanda en la que señalaban directamente a la novia, su madre y al diseñador contratado para decorar el evento, Rishi Patel, a los que solicitaban 48.000 euros por daños y prejuicios, más las costas del juicio. Demandas y contrademandas, que tal como informa la revista People, fueron “desestimadas”.

Después del despido, y con la boda cada vez más cerca, los Peltz contrataron a Michelle Rago, quien se encargó finalmente de los preparativos. Esta última decisión, según se explica en la demanda, también supuso un mayor desembolso económico para la familia Peltz, que tuvo que pagar al nuevo organizador una tarifa “sustancialmente más alta” de lo que habría cobrado “en circunstancias normales”, según se lee en la denuncia, dado el poco margen de preparación hasta el día del enlace.