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La vida bajo los focos de Sadie Sink: una infancia en Broadway y una adolescencia en ‘Stranger Things’

A sus 20 años, la actriz tejana experimenta el éxito del ‘efecto Netflix’ y disfruta de su gran salto al cine en una de las películas más esperadas de final de año, ‘The Whale’, pero su carrera comenzó hace más de una década sobre los escenarios

Sadie Sink asiste a la 13ª edición de los Governors Awards, el 19 de noviembre de 2022 en Los Ángeles (California).Foto: EMMA MCINTYRE (WIREIMAGE)
Elena Muñoz

La piel nívea y la larga melena rojiza de Sadie Sink (Brenham, 20 años) podrían haber hecho de ella una musa prerrafaelita de haber vivido en el Londres de finales del siglo XIX. Sin embargo, nació en una pequeña ciudad de Texas y sus tempranas inquietudes artísticas han conseguido posicionarla como una de las actrices más prometedoras de su generación. Prueba de ello es que la revista Forbes la acaba de incluir en su lista 30 Forbes Under 30, con los 30 jóvenes menores de 30 años más influyentes del mundo. Su éxito internacional responde al fenómeno Stranger Things, pero antes de aterrizar en Netflix la actriz llevaba años de profesión a sus espaldas. En 2022 ha logrado su primer gran papel en el cine con The Whale, el esperado drama psicológico dirigido por Darren Aronofsky donde comparte pantalla con el actor Brendan Fraser, que regresa a la industria después de años de ausencia. La película llegará a los cines de Estados Unidos el 9 de diciembre y unas semanas más tarde a España (se prevé que el 4 de enero de 2023), y para ella podría ser el proyecto con el que distanciarse de Stranger Things y demostrar su talento en otros registros.

“Creo que nunca había participado en un proyecto que tuviera tanto trabajo de personaje. Darren Aronofsky es brillante, trabajar con él ha sido una experiencia formativa, y Brendan está increíble, y también es posiblemente mi ser humano favorito en el planeta”, aseguró Sink el pasado junio en una entrevista concedida a Vanity Fair. En septiembre, la intérprete debutó en el Festival de Venecia y fue testigo de la buena acogida de la película, ovacionada durante varios minutos.

En plena adolescencia, Sink experimentó en primera persona el efecto Netflix gracias a un papel secundario en la segunda temporada de Stranger Things, serie en la que da vida a Max Mayfield. Tuvo que convencer a los hermanos Duffer, creadores y directores del show, para hacer una prueba, ya que consideraban que era demasiado mayor para el personaje. Con 14 años logró el papel que le cambiaría la vida. Era 2017 y de la noche a la mañana su visibilidad se multiplicó, algo que se reflejó en sus seguidores en Instagram, barómetro extraoficial para medir la popularidad de las estrellas emergentes y donde ahora cuenta con más de 25 millones de seguidores. “Las cosas a mi alrededor empezaron a cambiar, pero yo nunca cambié. Podía volar a Los Ángeles para ir a los Globos de Oro un día y después volver a casa con mi madre, que me pedía que sacara la basura”, explicó a la revista Glamour en su edición británica en una entrevista reciente.

En la última temporada de la serie, emitida a finales del mes de mayo, Sink acaparó mayor protagonismo. La trama de su personaje tuvo un peso relevante e hizo sufrir a los seguidores de la ficción. Además, su capacidad para el drama acrecentó la angustia de algunos episodios clave. Su personaje fue igualmente responsable del éxito de la canción Running Up That Hill, un tema de Kate Bush lanzado en 1985 que escucha sin parar en la serie: “No conocía a Kate Bush antes de grabar, pero enseguida eché un vistazo a su obra y me obsesioné cada vez más, y luego la escuchaba todo el tiempo. No sé decir cuántas veces he escuchado la canción, muchas, pero todavía no me he cansado de ella”, contó en Vanity Fair en alusión al éxito mundial del tema tras el estreno de la serie.

Broadway y una adolescencia bajo los focos

Stranger Things la convirtió en una celebridad planetaria: la primera parte de la cuarta temporada logró ser la serie en inglés más vista en el fin de semana de su estreno, según datos de Netflix. Sin embargo, su carrera como actriz llevaba años tomando forma. Con un padre entrenador de rugby y una madre profesora de Matemáticas, la docencia podría haber sido un camino a seguir, pero las películas de High School Musical se cruzaron en su vida y encendieron la chispa de su amor por la interpretación. Se apuntó a clases de teatro y a los 12 años logró un papel protagonista en Broadway con la obra Annie, un papel que Sarah Jessica Parker también interpretó en su infancia sobre el escenario neoyorquino.

Cuando su carrera empezó a despegar, toda la familia se mudó a Nueva York. No tuvieron que lamentar la decisión porque en los años sucesivos, Sink se codeó con actrices como Helen Mirren, junto a quien trabajó en 2015 en la obra teatral The Audience, dando vida a la reina Isabel II de pequeña. En la película El castillo de cristal tuvo un papel secundario en un reparto con Woody Harrelson, Brie Larson y Naomi Watts, con quien volvió a coincidir en 2017 en The Bleeder, un drama basado en la vida del boxeador que inspiró el personaje de Rocky Balboa. Durante esos años, se adentró en el medio televisivo con papeles puntuales y secundarios en series como The Americans o Blue Bloods. Más recientemente, ha formado parte de la saga La calle del terror, protagonizando la segunda película de la franquicia en 2021. Y hace unas semanas estrenaba en Estados Unidos Dear Zoe, un drama independiente con ella como gran reclamo.

Teatro, cine y televisión y, si quedaba algún territorio por explorar, Sink lo transitó en noviembre de 2021, cuando colaboró con Taylor Swift. La cantante se puso en contacto con la actriz para proponerle protagonizar el videoclip-cortometraje de su canción All Too Well, lanzada por primera vez en 2012 e inspirada en la ruptura de la artista con el también actor Jake Gyllenhaal. “Fue genial poder salir del papel de Max durante un rato, sobre todo después de haber estado metida en su piel durante dos años para la cuarta temporada, hacer algo que era completamente opuesto a lo que hacía”, explicó en Vanity Fair. El videoclip, de 15 minutos de duración, recibió cinco nominaciones en los MTV Video Music Awards de este año y se alzó, entre otros, con el premio en la categoría de Vídeo del Año. En el horizonte, a Sink le esperan nuevos proyectos en el cine, sin olvidar la quinta y última temporada de Stranger Things, cuya fecha de estreno se desconoce todavía.

El engranaje de las estrellas del cine y la televisión no funcionaría de manera tan fluida si no fuera por su estrecho vínculo con otro poderoso sector: el de la moda. Atraídos por la visibilidad de Sink, numerosas firmas han contado con ella en los últimos meses, potenciando a su vez la exposición mediática de la intérprete. Stella McCartney la ha elegido como protagonista de su campaña de invierno, Chanel y Miu Miu cuentan con ella en sus desfiles y en sus redes sociales los posts patrocinados se intercalan con los de sus proyectos profesionales. A sus 20 años es muy consciente de haber vivido una adolescencia atípica, algo que para ella es “una situación rara”. “Todo el mundo conoce a nuestros personajes [de Stranger Things], pero nosotros estamos tratando de averiguar quiénes somos como personas. Estar en la industria te acelera y te hace madurar más rápido”, reflexionó en una declaración recogida por la revista canadiense Fashion Magazine. La adolescencia bajo los focos ha dado paso a una nueva etapa y parece que, por el momento, el mundo seguirá siendo testigo de ella desde el otro lado de la pantalla.

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