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La justicia italiana archiva el caso por la muerte de Mario Biondo pero sugiere que pudo tratarse de un asesinato

El juez de Palermo cuestiona las investigaciones realizadas en España sobre el fallecimiento del que era marido de la presentadora Raquel Sánchez Silva y desliza que por el tiempo pasado resultaría muy difícil dar con los culpables de un posible crimen

Raquel Sanchez Silva y Mario Biondo
Raquel Sanchez Silva y Mario Biondo, en un evento en Madrid en noviembre de 2012.Fotonoticias (WireImage)

La familia del cámara italiano Mario Biondo, quien era el marido de la presentadora española Raquel Sánchez Silva cuando fue hallado muerto en su domicilio en 2013, a los 36 años, siempre ha mantenido que fue asesinado. Aunque el primer informe de los investigadores españoles consideró que Biondo se había quitado la vida involuntariamente y después las autopsias lo calificaron como un caso de suicidio y se dio por cerrado el asunto, los Biondo nunca han aceptado esta hipótesis y llevan todos estos años combatiéndola en los tribunales italianos y españoles. Ahora, un juez de la ciudad italiana de Palermo ha archivado el caso por supuesto homicidio, pero, por primera vez, ha cuestionado la teoría del suicidio y ha sugerido que, efectivamente, pudo tratarse de un asesinato. Según han dado a conocer los familiares del cámara y su equipo legal, en opinión del magistrado, en el sumario que maneja el Ministerio Fiscal hay elementos que podrían desbaratar la tesis del suicidio y que “sugieren que Mario Biondo fue asesinado a manos de un autor desconocido y sucesivamente colocado en una posición determinada para simular un suicidio”.

A pesar de ello, el juez ha decidido no continuar con el caso, “por limitaciones procesales”, es decir, por la imposibilidad de realizar nuevas investigaciones después de tanto tiempo que pudieran ayudar a identificar a los posibles culpables del supuesto homicidio del que el año que viene se cumple una década.

Los Biondo han emitido un largo comunicado en el que detallan pasajes del auto de archivo del juez y en el que se congratulan de que la justicia haya “acogido” por primera vez la tesis que ellos llevan años defendiendo. De hecho, el juez avala las quejas de la familia sobre cómo se gestionó el caso en España y se muestra particularmente crítico con la labor que los investigadores españoles llevaron a cabo sobre el terreno en su día. “En el momento del hallazgo del cadáver, en la inmediatez de los hechos, deberían haberse realizado actividades de investigación (interceptaciones ambientales y telefónicas) que no se llevaron a cabo y que, dado el tiempo transcurrido, no podrían ser realizadas por las autoridades judiciales italianas”, escribe el magistrado Nicola Aiello.

El juez resalta en su escrito algunas de las incoherencias que, según él, presenta el caso. Como las “innumerables contradicciones de las declaraciones de la viuda de Biondo”. Y señala que, en su opinión, “deberían hacer inducido a los investigadores españoles a establecer de inmediato escuchas telefónicas y ambientales para obtener todos los elementos posibles útiles para averiguar la verdad de los hechos”. En su estudio del caso, Aiello se detiene también en una de las pruebas más cuestionadas por las numerosas investigaciones y autopsias de Biondo que se han llevado a cabo: un hematoma en el cráneo que presentaba el cadáver y que, en opinión del magistrado, resulta “incompatible con la dinámica suicida”.

A lo largo de la larga batalla judicial, los investigadores italianos incluso se han trasladado a España para tomar declaración a algunos testigos. También se han realizado al menos tres autopsias al cuerpo, una en España y dos en Italia, con el objetivo de esclarecer las causas de la muerte. Todas han apuntado al suicidio. La segunda, realizada por un forense de Palermo siete meses después del fallecimiento, señaló “deficiencias particulares en la inspección judicial realizada por la policía española, en la inspección del cadáver y en la autopsia realizada por el médico forense español”. La última se realizó en 2018 en Palermo, cuando la Fiscalía de Sicilia autorizó la exhumación del cuerpo de Biondo. El escrito actual del juez no menciona este tercer estudio, pero señala en relación al segundo que no puede considerarse “fiable”, a pesar de la “buena fe de la valoración”, puesto que los resultados se han podido ver comprometidos por el excesivo tiempo transcurrido.

La familia Biondo ha agradecido la labor de la justicia italiana. Y, aunque se haya archivado el caso, ha celebrado “un triunfo tras años de durísimas batallas judiciales” al obtener, por primera vez, una decisión de la magistratura que sostiene que “la muerte de su familiar no debe atribuirse como ahora se sostenía a una hipótesis de suicidio, sino a una hipótesis de homicidio”. También ha pedido al Estado italiano que apoye e impulse “cualquier iniciativa procesal útil, por la vía diplomática, que pueda conducir finalmente a la apertura de un expediente por homicidio en España”. Además, reclaman que se investiguen “en profundidad” las “gravísimas omisiones de las autoridades españolas”.

En el momento de su muerte, Mario Biondo estaba casado con la presentadora española Raquel Sánchez Silva. La pareja se conoció en las grabaciones del reality La isla de los famosos, en 2011, donde él era cámara y ella estaba al frente del programa desde Honduras. En 2012 se dieron el “sí quiero” y, poco más de un año después, en mayo de 2013, el italiano apareció muerto en el domicilio conyugal.

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