Clara Lago, la reina verde de la gran pantalla
La actriz, embajadora del proyecto sostenible de Levi’s, continúa su labor solidaria en la fundación que creó con Dani Rovira: “Es como tener un hijo, siempre vamos a seguir juntos”
Vestida con un diseño realizado en base a la reutilización de prendas denim de Levi’s y con el pelo teñido de rubio platino, Clara Lago (Madrid, 31 años) llega ilusionada a la presentación de la nueva colaboración entre la firma vaquera y Back to Eco, donde la actriz es embajadora del proyecto de upcycling y reciclaje para dar una segunda vida a las prendas de la firma. El cambio de su cabello son exigencias del guion de una serie que la ha llevado a rodar en Argentina durante los últimos cinco meses, y el vestuario es su guiño particular a la campaña que intenta demostrar que el diseño no está reñido con la sostenibilidad. “Es muy necesario que las grandes empresas se unan a estas iniciativas porque tienen mayor impacto. Si la producción empieza a cambiar, también lo hace el mensaje que llega a la población y nuestra manera de consumir”, explica a EL PAÍS a través de una videollamada.
Lago es una férrea defensora del medio ambiente, apuesta por la sostenibilidad tanto en los proyectos en los que se involucra como en su vida diaria y tiene un discurso preparado en el que no esconde indirectas para los políticos. “La etiqueta ecofriendly es cada vez más común pero todavía queda un recorrido importante para que el consumidor se dirija a aquellos productos que van en esa línea y que no hacerlo sea mal visto. Y esto debería ir de la mano de los gobiernos, por supuesto, que apoyen unas medidas y penalicen otras”, dice mostrando su lado más reivindicativo.
El que fue su pareja durante cinco años, el actor Dani Rovira, la introdujo en el mundo del veganismo y dice que es una forma de vida que ha cambiado su visión en muchos aspectos. Siempre que puede hace un consumo ético y responsable, está concienciada con el uso excesivo del plástico que acaba perjudicando los océanos y, aunque confiesa que no le obsesiona la ropa, evita utilizar materiales como el cuero o la piel. “Intento no adquirir prendas que contengan estos tejidos y mucho menos lucirlo en eventos o alfombras rojas. Cuando me compro ropa me fijo en la calidad, en los materiales y en la historia de la marca. Si esta va en el camino de la sostenibilidad es un plus muy elevado para mí. Y si me tengo que gastar más dinero, lo hago”, dice en apoyo al lema de la firma de vaqueros Buy better, wear longer (Compra mejor, úsalo más tiempo), que nace con la intención de crear conciencia sobre el impacto ambiental de la producción y el consumo de ropa.
La marca va a presentar su nueva acción en algunas de las tiendas donde los consumidores podrán donar sus pantalones vaqueros, cazadoras o cualquier otro producto denim que ya no utilicen para que Back to Eco recicle, reutilice y transforme ese tejido en nuevas prendas y accesorios. Lago, además, va a donar la recaudación de su colaboración al proyecto Arrels Marines, que trabaja por la conservación del ecosistema marino en las Islas Baleares, a través de la Fundación Ochotumbao, la organización que la actriz fundó hace un lustro junto a Dani Rovira. La expareja, que se conoció en Ocho apellidos vascos, puso fin a su noviazgo en 2019, pero su relación ha continuado unidos por ese espíritu solidario que comparten. “Fundación Ochotumbao es como tener un hijo, así que siempre vamos a seguir juntos”, dice la nominada al Goya por El viaje de Carol (2002).
Hace un año Rovira hizo público que los médicos le habían diagnosticado un linfoma de Hodgkin y en su comunicado le dedicó un bonito mensaje a Lago, a quien se refirió como su compañera. Un gesto que, sumado a unos viajes que los actores habían realizado juntos meses atrás a Roma y Oporto, hizo saltar las alarmas sobre una posible reconciliación amorosa. Ella no se separó de su lado durante la rápida recuperación del actor y, un año después, rompe mínimamente su habitual discreción para hablar de la relación que hoy les une. “Poder transformar el amor en una amistad es lo más natural. Y en mi caso, con Dani, ha sido así”, revela. Admite que le ha ocurrido con otras parejas: “Si hay amor y quieres a una persona, el hecho de que cambie el formato de la relación no significa que esto desaparezca. Siempre desde el respeto y amor absoluto y con el conocimiento por ambas partes de cuál es el lugar de cada uno”. Y explica que para lograr esta buena sintonía han necesitado tiempo para recolocarse “de manera individual y como pareja”.
Asegura que se encuentra en una etapa muy feliz de su vida aunque prefiere no hacer mención a su nueva situación sentimental. Desde hace unos meses sale con el artista y empresario cordobés José Lucena, con quien ha sido vista por las calles de Madrid o compartiendo los mismos posts en sus redes sociales. Ser el foco de atención por su vida personal es algo que no le preocupa, pues se considerada afortunada de que el interés por ella aún sea por su trabajo más que por sus parejas.
La intérprete hizo sus primeros pinitos en televisión con apenas nueve años en la serie Compañeros y su participación en El juego del ahorcado, Primos, Tengo ganas de ti u Ocho apellidos vascos —y su secuela, Ocho apellidos catalanes—, entre otros títulos, la han convertido en una de las actrices mejor valoradas del panorama nacional y también internacional. Tras cinco meses rodando una serie en Argentina, de la que solo puede adelantar que es un proyecto de muchas mujeres y que se estrenará el próximo año en una plataforma que aún no puede desvelar, ahora promociona Crónica de una tormenta, un drama de Mariana Barassi donde comparte protagonismo con Ernesto Alterio que rodó antes de la pandemia y llegó a la cartelera el pasado viernes.
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