El despegue definitivo de Clara Lago en 2019
A la actriz le esperan tres estrenos, continúa sus actos solidarios junto a Dani Rovira y mira con ilusión un futuro en Hollywood
Deporte, alfombras rojas y Dani Rovira. Son los tres temas más recurrentes en las redes sociales de Clara Lago. Y los que forman el triángulo sobre el que la actriz equilibra su gran momento. Arrancará 2019 con fuerza con tres estrenos, pero antes apura 2018 en la Costa del Sol disfrutando de las fiestas navideñas junto a la familia de su pareja. Desde que Ocho apellidos vascos (2014) se cruzara en sus vidas, Lago y Rovira mantienen una relación en la que comparten intereses, aficiones, proyectos y hábitos saludables. Llevan la solidaridad por bandera hasta el punto de que es protagonista de su descanso en tierras andaluzas. Ambos participan en las galas solidarias Improviciados que Rovira organiza en Málaga desde 2011 y a las que ella se sumó hace cinco ediciones. Una maratón de seis espectáculos en tres días que a la actriz no le pesa. “Qué ganas de estar de nuevo en mi querida Málaga”, subrayaba Lago esta semana en Instagram.
No hay duda de que la imagen de la madrileña, de 28 años, vende. Es una de las intérpretes más taquilleras del cine español y los valores que representa son codiciados tanto por las marcas como por la gran pantalla. Además de solidaria, se declara feminista y muy comprometida con el medio ambiente. Es imagen de Braun —antes lo fue de los cosméticos Maybelline NY— y a mediados de este año fue nombrada embajadora de la firma deportiva Joma, para fomentar el deporte entre las mujeres. También es activa en redes sociales, aunque ha subrayado en más de una ocasión que apenas ojea los comentarios del 1,2 millón de seguidores que suma entre Instagram y Twitter. Quizás considera que es mejor obviarlos después del linchamiento virtual que recibió Rovira tras su debut como presentador de la gala de los Goya, en 2016. “Existen muchos tipos de violencia y la que se sufre por las redes sociales es una de ellas”, escribía entonces Lago en EL PAÍS. También cuida lo que dice acerca de su fans, a los que tuvo que pedir perdón por sus palabras en El Hormiguero que, según ella, “se malinterpretaron” cuando dijo que era incómodo que la pararan constantemente por la calle.
Entre rodajes, eventos publicitarios y posados en alfombras rojas, la actriz no deja de lado el deporte, otra de sus pasiones. La bicicleta en el gimnasio, el running por el campo, paddle surf en la playa o pilates en el estudio que su hermano posee en el madrileño barrio de Malasaña son algunos de sus preferidos. Un esfuerzo físico que combina con la dieta vegana que sigue desde principios de 2017 por motivos éticos.
La intérprete mira con ilusión al 2019. El 18 de enero se estrena la película Gente que viene y bah, dirigida por Patricia Font —basada en el bestseller de Laura Norton— donde comparte protagonismo con Carmen Maura y Alexandra Jiménez. Entre enero y febrero Orange TV emitirá Atlánticas, una miniserie documental en la que tres actrices —ella, Leticia Dolera e Irene Escolar— se desplazan a tres destinos distintos. Lago viaja hasta la isla de El Hierro, un lugar salvaje donde encuentra una sociedad con valores tradicionales “donde el dinero no es lo más importante”, como comentó durante la presentación.
En primavera llegará a la cartelera Regreso triunfal, una versión actualizada del clásico argentino Los muchachos de antes no usaban arsénico. Es la nueva película del oscarizado Juan José Campanella, rodada el pasado verano en Argentina (país donde Lago ya participó en Al final del túnel en 2016). El estreno allí está previsto para mayo y después llegará a salas españolas. La madrileña también tiene entre manos un proyecto para televisión del que aún no ha desvelado detalles.
A pesar de su juventud, su carrera profesional se acerca a las dos décadas tras debutar con solo nueve años en el papel de Desirée en Compañeros y, dos años después, estar nominada al Goya por El Viaje de Carol. El juego del ahorcado, Primos o Tengo ganas de ti, son otras de sus muchas cintas en las que ha conquistado al público español. La actriz quiere continuar creciendo y, por ello, mira de reojo a Hollywood.
En tierras americanas se estrenó hace dos años con su papel de vampiresa en la tercera temporada de The Librarians y, más tarde, continuó con The Commuter, película que protagoniza Liam Neeson. Su gran oportunidad llegó en primavera con su papel protagonista en la serie Playing Dead, aunque se vio truncada después de que el capítulo piloto no convenciera a los productores y cancelaran su lanzamiento. Aún así, la puerta sigue abierta y, quizás allí coincida también de nuevo con su pareja, quien realizará su particular sueño americano en Jungle Cruise con la factoría Disney.
Compromiso solidario junto a Dani Rovira
Clara Lago nunca pierde de vista su compromiso social junto a su "compañero de vida, de viajes y de aprendizajes", Dani Rovira. La relación ha sacado a la luz el lado más solidario de la actriz y es también la mejor fórmula para pasar tiempo juntos, porque sus proyectos profesionales se lo impiden con cierta frecuencia. Juntos han creado recientemente la Fundación Ochotumbao, el proyecto personal que más ha marcado a la madrileña y del que se siente más orgullosa. Se ha convertido en una plataforma desde la que gestionan las galas solidarias malagueñas de esta semana, pero también otras muchas iniciativas.
Entre los proyectos más destacados está Todos los caminos, documental que sigue a Rovira mientras recorre en bicicleta los 1.500 kilómetros que separan Barcelona y Roma junto al padre de una niña con Síndrome de Rett con el objetivo de recaudar fondos contra esta enfermedad. La obra, dirigida por la sevillana Paola García, ha obtenido hasta 11 candidaturas a los Goya, entre ellos al Mejor Largometraje Documental.
Hace dos semanas presentaron también el libro Habla de nosotros, una colección de relatos y poemas —participan Anni B. Sweet, Fernando León y Roberto Leal, entre otras muchas caras conocidas— cuyos fondos se destinan a Rainfer, centro de rescate y rehabilitación de primates en Madrid. A todo ello se suma el viaje que realizaron a Bangladesh para conocer en primera persona el drama de los rohingya de la mano de Save the Children.
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