Ella Mills, la chef y empresaria vegana heredera de la cadena de supermercados Sainsbury’s
Tras ser diagnosticada con una rara enfermedad a los 19 años, la británica fundó un blog que ha dado paso a un imperio de comida sana con libros, aplicaciones y restaurantes
Hace justo una década, Ella Mills, heredera de la cadena británica de supermercados Sainsbury’s, estaba mal. Muy mal. Ella es la primera en contarlo abiertamente y en definirse a sí misma como una persona enferma, con la autoestima por los suelos y, además, un “monstruo del azúcar”. Nadie le habría dicho a Mills que, diez años después, se convertiría en una de las mayores representantes de la comida sana (y, encima, bonita) del Reino Unido, en una reconocida cocinera, boyante empresaria con productos propios que se encuentran en más de 7.000 puntos de venta de todo el mundo, propietaria de restaurantes, autora de seis libros que se leen en 15 países —tres publicados en España por Salamandra y el primero de ellos en su tercera edición— y creadora de un podcast con más de dos millones de descargas —según Forbes— y de una de aplicación de bienestar con miles de usuarios y cientos de valoraciones positivas, además de esposa y madre de dos hijas. Tampoco adivinó que perdería hasta en dos ocasiones su apellido para convertirse, simplemente, en Deliciosa Ella y que le cambiaría la vida a mucha gente, lo que asegura es “el mayor honor y la mayor motivación”.
Así, como Deliciosa Ella (o Deliciously Ella, en su original en inglés) es como se conoce a esta joven que a punto de llegar a los 30 años ha cumplido buena parte de los sueños que ni siquiera intuía tener. “El mundo ha cambiado mucho desde entonces y definitivamente fue el momento perfecto”, cuenta ahora a EL PAÍS desde Londres. Todo su pequeño gran imperio empezó tras meses de peregrinaje médico durante el verano de 2011, cuando estaba acabando segundo de carrera en la universidad escocesa de Saint Andrews y le diagnosticaron síndrome de taquicardia ortostática postural, una enfermedad que atacaba a su sistema nervioso y que le hizo quedarse postrada en la cama sin más salida que los libros y su ordenador. Desde allí creó un blog de cocina basada en plantas para, sencillamente, comer y sentirse mejor. Cuenta que en año y medio logró cinco millones de visitas. Y también recuperar gran parte de su salud.
El camino que ha seguido desde entonces ha sido el natural, pero eso no implica que haya sido fácil, pese a que podría haberlo logrado solo con sus contactos. Ella Mills —de nacimiento Woodward— es la hija de Shaun Woodward, exparlamentario laborista y exsecretario de Irlanda del Norte, que cuando se separó de su esposa tras casi tres décadas de matrimonio se declaró homosexual y empezó una relación con un cámara de cine. La madre de la empresaria es Camilla Woodward, nacida Sainsbury, nieta de los creadores y magnates de los supermercados Sainsbury’s, la segunda cadena de tiendas de alimentación más importante del Reino Unido. El marido de Ella es Matthew Mills, hijo de la baronesa Tessa Jowell, política laborista que fue ministra de Cultura con Tony Blair y falleció en 2018. Sin embargo Mills afirma no sentirse un personaje público y vivir “una vida muy tranquila”. “Mi marido es el CEO de nuestro negocio y ambos trabajamos 24 horas al día, siete días a la semana, y cuando no estamos trabajando nos encanta estar en casa con nuestras niñas, viendo una serie o tomando café en la cama”, explica.
Nada de eso se lo ha puesto fácil a Mills, que siempre se ha sacado ella misma las castañas del fuego, buscando financiación independiente para sus negocios y trabajando duro. De hecho, cuando nació su primera hija, Skye, en verano de 2019, solo paró por completo de trabajar durante 48 horas. “Es la vida, nadie lo tiene todo”, reflexiona en conversación con este diario. “Me siento increíblemente agradecida por mi familia (mi marido y mis niñas), tenemos un matrimonio increíblemente sólido pero en los cinco años que llevamos casados hemos lidiado con el muy difícil divorcio de mis padres y el total desmoronamiento de mi familia; el diagnóstico de cáncer de cerebro terminal de mi suegra y su posterior muerte; con intentar manejar un negocio en plena pandemia; con dos nacimientos y los retos de poner en marcha una empresa y todos sus problemas de efectivo. Cada experiencia nos ha modelado y hemos tenido muchísimas cosas buenas en nuestras vidas, pero no siempre ha sido una travesía tranquila”.
Lo que Mills siempre ha buscado es ser “lo más útil posible, asegurándonos de que lo que hacemos tiene un impacto positivo”. Sus libros y sus restaurantes demuestran que la utilidad se ha convertido en pura delicia. Entre sus éxitos están un curry de coco tailandés con garbanzos (la que fue su primera receta para su primer libro), fideos de calabacín con pesto de aguacate, crema para untar de guisantes, habas y albahaca, boniatos con cacahuetes (una de sus favoritas), o magdalenas de jengibre. Tardó medio año en aprender a cocinar, pero no se considera una chef. “Seis meses son un indicador, una guía para sentirse con confianza en la cocina. Ahí alcancé un punto que para mí fue un gran éxito: cuando me di cuenta de que la comida basada en los vegetales puede ser colorida, sabrosa, abundante e increíble”, explica.
“Los últimos nueve años he estado investigando y aprendiendo todo lo que he podido sobre salud y bienestar”, reconoce. “Lo que empezó como un proyecto personal para simplemente comer más fruta y verdura se ha convertido en mi carrera, mi pasión y ha acabado por transformar la manera en que vivía”.
A lo largo de esos años, las redes sociales se han convertido en una plataforma fundamental para Mills. Con más de dos millones de seguidores en Instagram, no siempre le es fácil lograr que se diferencie entre Ella Mills y Deliciosa Ella. Ella misma suele encargarse de gestionar sus redes, y por tanto también de brear con las críticas. “Las redes sociales son algo muy complejo”, afirma. “Creo que tienen su lado bueno para unir a la gente, compartir ideas e inspiración y crear plataformas para negocios pequeños que eliminan barreras previas del mercado. Así empezamos nuestro negocio y nunca habríamos crecido como lo hemos hecho sin ello”, reconoce Mills. “Dicho esto, resulta crítico recordar que solo es un fragmento del mundo real, un lugar de inspiración, no siempre es la foto completa, así que no es sitio para comparaciones. Intento desconectar pero es una parte enorme de lo que hacemos, así que no siempre es fácil”.
Cuando está “agotada en exceso” o se enfrenta a algo que ve más grande que ella, piensa en esos mensajes del tipo “has cambiado mi vida” que le llegan a cientos. “Y me empujan a hacer más. Es el verdadero motivo por el que hacemos lo que hacemos”, afirma.
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