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Ghislaine Maxwell, la ‘madame’ de Epstein, paga 25 millones para volver a casa por Navidad

La considerada mano derecha del pedófilo está en la cárcel desde julio a la espera de juicio, pero su pareja abonará una fianza para reunirse en su mansión de Massachussets

Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell en el estreno de la película 'Batman Forever', en junio de 1995 en Nueva York.
Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell en el estreno de la película 'Batman Forever', en junio de 1995 en Nueva York.
El País

Casi 25 millones de euros para volver a casa por Navidad. Esa es la cantidad que abonará los próximos días la británica Ghislaine Maxwell para poder salir durante unos días de la cárcel de Brooklyn, Nueva York, donde está encerrada desde que fue detenida el pasado 2 de julio. Maxwell, que ha sido considerada la madame de Jeffrey Epstein, el magnate pedófilo que se suicidó en la cárcel en julio de 2019, está en prisión previsional a la espera de juicio, acusada de gestionar la red de menores de las que abusaba Epstein y de reclutar a las jóvenes.

La vista para decidir la libertad o la condena de Maxwell, de 58 años, está fijada para julio de 2021, pero sus abogados y familiares están tratando de que pueda salir a casa durante los próximos días. Por ello su marido, Scott Borgerson, de 44, pretende pagar 30 millones de dólares (24,75 millones de euros). Él aportará 25 de esos millones y los hermanos de Maxwell los otros cinco. Kevin e Ian Maxwell son, como Ghislaine, hijos del fallecido magnate de los medios de comunicación Robert Maxwell, que murió de forma misteriosa en noviembre de 1991 en aguas del Atlántico cercanas a las islas Canarias tras caer al mar.

El encierro de Maxwell parece estar afectando especialmente a su marido, un rico empresario tecnológico, y de ahí que quiera pasar unos días con ella. Además de con la Navidad, la salida de Maxwell coincidiría con su 59º cumpleaños, el 25 de diciembre. La intención de la familia es que sus abogados depositen esos casi 25 millones ante un juez federal en Nueva York los próximos días, según adelanta el Daily Telegraph.

Hasta su detención, se desconocía que Maxwell tuviera pareja, estuviera casada o casi cualquier aspecto de su vida. Al ser detenida, se negó a dar el nombre de su esposo, pero con el pasar de los meses, se ha sabido que él es Scott Borgerson, que es cofundador y ha presidido durante un tiempo la empresa CargoMetrics Technologies, especializada en el análisis de datos sobre envíos globales, según su página de LinkedIn. Según el diario especializado en economía Financial Times, la empresa fue valorada en 100 millones de dólares en 2016. Precisamente en julio, Borgerson decidió dejar su cargo de presidente ejecutivo de la misma. Al parecer, la pareja se conoció durante unas charlas acerca de la conservación oceánica, un tema que ambos siguen con interés, tango que acudieron a una asamblea en el Círculo Polar Ártico celebrada Reykjavik, Islandia, en 2014. Fue entonces cuando Borgerson decidió dejar a su entonces esposa, con quien comparte dos hijos, por Maxwell.

Scott Borgerson y Ghislaine Maxwell, en una imagen de archivo.
Scott Borgerson y Ghislaine Maxwell, en una imagen de archivo.

Cuando Maxwell fue detenida, estaba en la casa que posee en New Hampshire, valorada en más de un millón de dólares. Sin embargo, la pareja comparte otra gran propiedad en la localidad de Manchester by the sea, en Massachusetts, valorada en tres millones. Es allí donde probablemente pasarían las fiestas navideñas ambos. La reclusa, nacida en París, tiene pasaporte francés, y no hay tratado de extradición entre EE UU y Francia. Según el Telegraph, Maxwell tendría que depositar sus pasaportes, tanto el francés como el de Reino Unido y EE UU, para evitar una posible fuga, y además tendría que llevar un dispositivo electrónico de seguimiento y estar en confinamiento domiciliario.

Amigos y familiares de la detenida se han quejado repetidamente de que Maxwell está siendo “demonizada” y tratada de forma injusta, de que está en una celda diminuta y de que ha perdido pelo y peso en gran cantidad; tanto es así que temen un posible suicidio. La detenida está acusada de seis delitos: de incitar a menores a viajar para participar en actos sexuales, de transporte de menores con finalidades de acto sexual, dos delitos de conspiración y otros dos de perjurio. Según el gran jurado, Maxwell habría conseguido a menores de edad para Epstein en al menos tres ocasiones entre 1994 y 1997, y llegó a estar presente mientras el millonario ejecutaba algunos de esos abusos.

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