El marido secreto de la ‘madame’ de Jeffrey Epstein
Tras la detención de Ghislaine Maxwell se ha desvelado que está casada con Scott Borgerson, un experto en tecnología
Ghislaine Maxwell, la madame de Jeffrey Epstein, está secretamente casada pero se ha negado a desvelar el nombre de su esposo, según han informado los fiscales que asistieron esta semana a la audiencia en la que se estudió la libertad bajo fianza de la acusada, que fue denegada.
Aunque la heredera británica, acusada de ayudar al difunto multimillonario Jeffrey Epstein a captar a menores de edad, no dijo el nombre de su misteriosa esposo, los informes del caso indican que es el CEO de la tecnología británica Scott Borgerson. Su estado matrimonial fue divulgado cuando los fiscales de Manhattan la acusaron de ocultar deliberadamente su riqueza.
Borgerson, de 44 años, es miembro del Consejo de Relaciones Exteriores y cofundador y CEO de CargoMetrics Technologies, que se especializa en analizar datos sobre envíos globales, según su página de LinkedIn. Su empresa, según el Financial Times, fue valorada en 100 millones de dólares en 2016.
Su currículum también dice que pasó cuatro años en la Guardia Costera de los Estados Unidos, como oficial al mando y navegante, y trabajó como profesor asistente en la Academia de esta misma rama de las fuerzas armadas del país. Borgerson estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Tufts y ha asesorado a la Casa Blanca en política marítima, según indica en LinkedIn.
Borgerson conoció a Maxwell hace cinco años a través de charlas relacionadas con la preservación del océano, un tema por el que comparten una pasión. Ambos estuvieron en la Asamblea del Círculo Polar Ártico celebrada Reykjavik en 2014. En los últimos días se ha visto al empresario paseando al perro de la amiga de Epstein. La pareja ha estado viviendo, según varios medios británicos, en una mansión aislada frente al mar valorada en 3 millones de dólares y situada cerca de New Hampshire (Estados Unidos) durante los últimos tres años.
Maxwell, de 58 años, estuvo vinculada anteriormente con Ted Waitt, el fundador de Gateway Computers, hasta al menos 2010, según The Sun , que dijo que comenzó a salir con Borgerson en 2013.
Ghislaine Maxwell fue la sombra de Jeffrey Epstein. Su amiga, su socia y su conseguidora. Y, para el tribunal de Nueva York que juzga el caso del pedófilo que se suicidó en la cárcel el pasado agosto, su madame. Según la acusó la Corte en 2016, la británica reclutaba adolescentes y jóvenes para el millonario y sus ricos amigos, que disponían de los servicios sexuales de las chicas por todo el mundo, como se pudo probar en la correspondencia que intercambiaron entre 1999 y 2016. Sin embargo, desde que murió Epstein, Maxwell, de 58 años, hasta su detención estaba en paradero desconocido.
Nacida en París el 25 de diciembre de 1961, Ghislaine Maxwell creció en un ambiente acomodado y estudió en la Universidad en Oxford. Su vida cambió en 1991 con la muerte de su padre, el editor y miembro del parlamento británico Robert Maxwell, propietario del grupo que publica el emblemático diario The Mirror. Perdió la vida durante un paseo con su yate en aguas de las Islas Canarias. El suceso fue clasificado por las autoridades como un ahogamiento, pero medios de comunicación de la época especularon con que pudiera haber sido un suicidio. Y es que tras su muerte se descubrió que el empresario tenía cuantiosas deudas que significaron el fin de su imperio mediático y la ruina familiar.
Fue entonces cuando Ghislaine Maxwell llegó a Nueva York y conoció a Jeffrey Epstein, un financiero adinerado que pronto se convirtió en su pareja. Volaba en su avión privado y vivía en sus mansiones. Pero terminó por tener su propia casa, una vivienda adosada de cinco pisos en el corazón de Manhattan. A Epstein, que había crecido en Coney Island y no terminó la universidad, Maxwell le abrió las puertas de la jet set. Él ponía el dinero, ella los contactos.
El FBI la considera “uno de los villanos” de la trama que durante años permitió al multimillonario Jeffrey Epstein liderar una red piramidal para reclutar y abusar de jóvenes y niñas, según la acusación en su contra que quedó inconclusa por el suicidio del neoyorquino el verano pasado.
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