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Nicoletta Mantovani, la viuda de Pavarotti, vuelve a casarse

A sus 50 años, la heredera del tenor y madre de su hija pequeña ha contraído matrimonio en Bolonia con el consultor financiero Alberto Tinarelli

Nicoletta Mantovani y Alberto Tinarelli en su boda en la iglesia de San Antonio de Padua, en Bolonia.
Nicoletta Mantovani y Alberto Tinarelli en su boda en la iglesia de San Antonio de Padua, en Bolonia.Gianni Schicchi / IPA (GTRES)

Compartió 15 años junto a Luciano Pavarotti y lleva algo más de 13 siendo su viuda, además de su heredera universal. Por ello, y pese a que ha contado que nunca le olvidará, Nicoletta Mantovani ha decidido volver a casarse. Quien fuera la segunda esposa del célebre tenor italiano ha contraído matrimonio con su nueva pareja, un hombre llamado Alberto Tinarelli, con quien sale desde hace algo menos de un año.

La pareja ha contraído matrimonio en la iglesia de San Antonio de Padua de la ciudad italiana de Bolonia y después ha celebrado una pequeña fiesta con amigos en una gran casa del siglo XVIII en el centro de la ciudad. Entre los asistentes estaba el cantante Nek, que durante la ceremonia interpretó con su guitarra el Ave María, y por supuesto Alice, la hija de 17 años que Mantovani tuvo junto a Pavarotti.

Mantovani, de 50 años, llegó a la iglesia con un vestido largo en gris perla, con pedrería, manga larga y un lazo de raso a la cintura, mientras que Tinarelli, consultor financiero de 52, vestía un traje oscuro y le ofreció a la novia un ramo de flores blancas a su llegada. Según contó ella a la revista italiana Chi el pasado agosto, lo suyo fue amor a primera vista después de que una amiga en común les presentara. “Alberto es un hombre maravilloso, somos muy felices. No teníamos ninguna razón para casarnos, excepto nuestro loco deseo de pasar por el altar. Y decidimos hacerlo por la iglesia, porque para mí, como creyente, era importante declarar nuestro amor ante el Señor”.

Nicoletta Mantovani y Alberto Tinarelli, en su boda en Bolonia.
Nicoletta Mantovani y Alberto Tinarelli, en su boda en Bolonia.Gianni Schicchi / IPA (GTRES)

El pasado agosto Mantovani concedió una entrevista en la que explicaba los motivos de su nuevo matrimonio y la importancia que tiene y siempre tendrá para ella Luciano Pavarotti, a quien conoció siendo muy joven. “Luciano seguirá siendo siempre una persona importante en mi vida y yo seguiré guardando su memoria, como se merece un gran artista como él”, explicó entonces, contando cómo fue su relación durante tres lustros, y la importancia que la alegría tenía para su primer marido y para ella, que ha tratado de seguir sus enseñanzas. “Como Luciano me recordaba siempre, la vida debe ser vivida al máximo en cada momento, siempre tratando de tener una sonrisa, y Alberto me hace revivir una gran alegría. El nuestro es un amor profundo, una verdadera magia”.

Pavarotti conoció a Mantovani en la década de los noventa, cuando ella era una joven estudiante que asistía a la Universidad de Bolonia. Después de más de tres décadas casado con su primera esposa, Adua Veroni, y tres hijas en común, el tenor se enamoró perdidamente de ella, 35 años menor que él, y lo dejó todo para casarse. “Él me advirtió de que todos pensarían que yo iba detrás de su dinero”, contó su viuda en una entrevista en 2018 en The Sunday Times. “Me preguntó si estaba preparada para ser vista como una mala persona”, revelaba.

Sin embargo, pronto se vio que la relación iba muy en serio. En 2003 Nicoletta dio a luz a mellizos: Riccardo y Alice. Sin embargo, el niño tuvo un nacimiento prematuro y murió al poco tiempo. Ellos se casaron a los tres meses. Los problemas de salud siempre les marcaron: él pasó un cáncer de páncreas en 2006, mientras que ella fue diagnosticada de esclerosis en 2007. “Tratábamos de mantenernos positivos porque Alice era aún muy pequeña. Lidiamos con su enfermedad como con la mía. Él siempre se mantuvo fuerte por el bien de todos los demás”, contó entonces.

Pavarotti falleció en 2007, pero su viuda nunca le olvidó. De hecho, hace un año lanzó un documental sobre él donde contaba las alegrías —y también algunos sinsabores— de su vida en común. “Nos enamoramos con esa clase de amor tan fuerte que pasas horas y horas juntos hablando de la nada, mirando las nubes, disfrutando del hecho de estar juntos”, contó Mantovani sobre su enamoramiento. Ahora la vida le ha dado una segunda oportunidad para disfrutar de esa sensación.


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