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Alejandro Sanz, cuarentena en Madrid componiendo y presente en las redes

El artista, que logró regresar a España justo antes del confinamiento, pasa sus días trabajando y lejos de sus cuatro hijos

El cantante Alejandro Sanz.
El cantante Alejandro Sanz.Samuel de Roman (Getty Images)
El País

La cuarentena, el confinamiento y la crisis del coronavirus también están afectando a las estrellas de talla mundial. Es el caso del cantante Alejandro Sanz que, pese a tener decenas de conciertos programados y de compromisos vinculados a su carrera, se encuentra recluido estos días en Madrid a la espera de que pase la pandemia. Pero el intérprete de Corazón partío no permanece en su domicilio de forma pasiva, sino que se ha tomado a pecho su condición de figura pública y hace lo que esté en su mano para ayudar.

A través de sus perfiles sociales, Sanz no para de animar a la población y de dar apoyo al personal sanitario. Suele escribir uno o dos tuits diarios para sus casi 20 millones de seguidores, cargados de aplausos y corazones y con mensajes sencillos y positivos como “Todo pasa, todo llega” o “Cambiaremos a mejor”.

En Instagram publica mensajes más personales. Allí lee poesías, hace bromas o da ánimos a los sanitarios, a quienes alaba su labor. También cocina, una de sus pasiones. De hecho, el pasado miércoles 8 de abril hizo una conexión con el chef Quique Dacosta para hacer tres platos juntos, de los que dio previamente los ingredientes a sus seguidores. Juntos prepararon un menú vegano compuesto por una sobrasada de boniato, zanahoria y calabaza; un cuscús de quinoa y hierbas frescas; y unos nuggets de patata con salsa barbacoa.

La llegada de la pandemia del coronavirus le pilló a Alejandro Sanz de gira. Febrero y marzo eran fechas para América Latina; había llenado estadios en Chile, Argentina y Ecuador cuando llegó la enfermedad. Por eso, rápidamente tomó la decisión de cancelar las siguientes fechas, todas en Colombia: Bogotá y Cali en marzo y Barranquilla en mayo. Queda por resolver qué pasará con sus próximos conciertos en España, 13 citas entre junio y julio que le llevarían por Valladolid, A Coruña, Fuengirola, Cádiz, Murcia o Tenerife, y de la que aún no hay cancelaciones anunciadas. En noviembre, previsiblemente, volverá a América Latina.

Aún así, no ha abandonado la música. El 21 de marzo lanzó El mundo fuera, una canción compuesta expresamente para la pandemia. Además, en sus redes sube versiones de otros artistas de sus propios temas, o charla animadamente con quienes han sido sus compañeros en el programa La Voz y ahora son buenos amigos, como Laura Pausini, Pablo López y Antonio Orozco.

Sanz vive estos días en Madrid, la ciudad que le vio nacer, aunque se desconoce dónde. Él es astuto y siempre que aparece en imágenes, vídeos o conexiones en directo tiende a cerrar cortinas y tapar cualquier indicio que dé pistas de dónde está. El pasado mes de agosto vendió su casa de una lujosa urbanización a las afueras de Madrid al futbolista Eden Hazard, en una transacción por la que se embolsó 10 millones de euros, como reflejan sus cuentas. Por ello, no tendría un sitio fijo donde quedarse. No lo ha especificado, como tampoco ha dado a conocer si está con su nueva pareja, la artista cubana Rachel Valdés.

Con quien no está es con sus hijos. Manuela vive en México con su madre, la modelo y primera esposa del cantante, Jaydy Mitchell. Tampoco Alexander está en Madrid. Ni los pequeños, Dylan y Alma, fruto de su unión con Raquel Perera, de quien se separó el pasado verano. Ellos pasan estos días de confinamiento en Miami con su madre.

“Estuve con ellos”, explicaba hace unos días el cantante en El Hormiguero. “Me pilló todo esto fuera, de gira, y de vuelta para Madrid pasé por Miami para estar con ellos, pero ya estoy en Madrid, ya llevo una semana aquí”, explicaba el 23 de marzo, “encerrado como todo el mundo y pasándolo, intentando entretener un poco a la gente”.

Como contó en El Hormiguero, la música es fundamental estos días. “Parece que vivimos todos con mucha más intensidad, tenemos tanto tiempo para apreciar las cosas que le prestamos más atención a todo lo que hacemos. Los actos de solidaridad, de la gente aplaudiendo... Nos hemos dado cuenta de cómo nos necesitamos unos a otros. Más que la carcajada es el mensaje de optimismo lo que estamos sacando de bueno en medio de la crisis. No hay que ser jocosos, sino optimistas”. Él mismo afirmaba que echaba de menos los placeres simples, y que empezaba a apreciar otros: “El color del cielo es increíble, nunca había visto el azul tan azul, es una sensación... También que no hay aviones sobrevolando, no hay polución. Esa cañita con los amigos, fíjate que cosa tan sencilla, ahora tiene un valor increíble”.

Ahora, esos placeres sencillos y ese “entretener a la gente” pasan por un concierto en directo con Juanes (algo que hizo el 15 de marzo y en Miami, para volar inmediatamente después a la capital española), vídeos en directo o charlas con sus fans. Todo lo necesario para superar el aburrimiento que azota, igual que el virus, a anónimos y estrellas.

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