‘Manolitos’, los cruasanes solidarios que los futbolistas donan a los hospitales

La dura crisis del coronavirus que afecta a todo el mundo está demostrando a su vez la solidaridad de particulares, empresas y organismos. En concreto, son muchos quienes se están volcando con el personal sanitario, superado por una situación sobre la que las autoridades anuncian que lo peor está por llegar. Por ello, diversas marcas de restauración han creado la iniciativa Food4Heroes, comida para héroes, que distribuye todo tipo de alimentos de forma gratuita a médicos, enfermeros, celadores y resto del personal de los centros hospitalarios.

La iniciativa partió de la empresa de pizzerías Grosso Napoletano y ahora han entrado en ella otras marcas como Tierra Burrito, Honest Greens, Tasty Poke Bar, Malvón o Pic&Nic. La última en unirse ha sido Manolo Bakes, la conocida marca de cruasanes que nació en la sierra de Madrid y que en un par de años se ha expandido por toda España. Detrás de ellas hay nombres conocidos: influencers, hijos de personajes mediáticos o futbolistas.

Grosso Napoletano, quien ha arrancado la iniciativa, es una cadena de pizzas cocinadas en horno de leña que fue fundada en 2016 por dos jóvenes empresarios, Jorge de Blas y Hugo Rodríguez de Prada. Este último es el marido de Icíar Aragón, de 34 años, hija del músico, actor y empresario audiovisual Emilio Aragón. A su vez, Icíar tiene una agencia de comunicación que cuenta entre sus clientes precisamente con Grosso Napoletano. Además, también es empresaria y trabaja de la mano de la influencer María Pombo, a quien ha ayudado a lanzar su nueva marca de moda, Name the Brand.

Otra influencer es quien está también detrás de una de las marcas que forman parte de la iniciativa de esa “comida para héroes”. Se trata de Grace Villarreal, que acumula 600.000 seguidores en Instagram, y es socia del restaurante Pic&Nic, que también suministra sus sándwiches a los hospitales.

Pero quienes están detrás de todo ello como inversores son muchos futbolistas. Los famosos cruasanes de Manolo Bakes, los conocidos como manolitos, son una de las apuestas económicas de un puñado de jugadores que invirtieron su dinero en la idea y ganaron. Los dulces tienen decenas de tiendas en Madrid, ya han abierto en A Coruña, Zaragoza, Cáceres o Barcelona, donde llegaron a la Diagonal a principios de enero. Además, pretenden arrancar una expansión internacional que les lleve por Italia o Portugal. Cada día fabrican alrededor de 1.000 kilos de producto.

Los comienzos de estos dulces son sencillos: nacieron en Colmenar Viejo, en la sierra de Madrid, hace tres décadas. Pero cuando comenzaron a expandirse buscaron socios capitalistas que les ayudara en el empujón definitivo hacia el éxito. Para ello contaron con Álvaro Morata, ahora jugador del Atlético de Madrid.

Los cruasanes de Manolo existían con un gran éxito local que les llevó a abrir cuatro pastelerías en la localidad en la que nacieron y a que la familia que los creó los registrara como marca en 2012. Su éxito fue tal que un joven emprendedor llamado Pablo Nuño decidió aliarse con ellos... pero no les interesó. Por eso, Nuño se juntó con Álvaro Morata y con su padre, Alfonso, y crearon una copia de los manolitos que iba abriendo tiendas allá donde estaba la original. “Les hice una propuesta, como ha hecho mucha gente estos años, para montar una franquicia o una tienda. Me dijeron que no estaban interesados. Decidí abrir una marca que se llamaba Crosantino de la mano de Álvaro Morata. Le intentamos hacer la competencia. Abiertamente lo digo. Ya que no puedo abrir con ellos, pues intento hacerlo yo”, explicó Nuño en una entrevista a El Confidencial.

Tanto los manolitos como los crosantinos empezaron a funcionar... y finalmente llegó la inevitable unión de las dos marcas. La familia de la idea original se quedó con el 50%, mientras que Nuño y Morata se hicieron con el otro 50%. Para su expansión nacional, siguieron contando con futbolistas: en Alcalá de Henares se asociaron con Nacho Fernández, jugador del Real Madrid y con su hermano Álex, que forma parte de la plantilla del Cádiz; mientras que en Barcelona abrieron gracias a la inversión de Sergio Busquets, del F. C. Barcelona, y del centrocampista Thiago Alcántara.