La tasca más antigua del centro de Santiago de Compostela sobrevive
Ribeiro en taza y barra de mármol, O Gato Negro no es solo una taberna centenaria, es una forma de entender el mundo
Una taza de vino blanco y una nécora fresca de la ría. Eso es lo que muchos parroquianos de O Gato Negro, la tasca más antigua del centro histórico de Santiago de Compostela, piden apoyados sobre su centenaria barra de mármol. Detrás de ella, lleva toda su vida Xoan Costoya (39 años, Santiago de Compostela). “Tuve claro que quería trabajar aquí desde que era niño y no llegaba por altura a la barra, los clientes me ayudaban a servir las tazas”, recuerda en su bar. “Esto siempre ha sido mi pasión. Estuve aquí con mi bisabuela a finales de los ochenta y, el año pasado, me hice yo con el negocio oficialmente”, cuenta. Antes de él estuvieron sus tíos, su abuela, su bisabuela y su tatarabuelo Marcelino García, quien fundó este lugar en 1922 para vender vinos de Ribeiro.
Costoya explica que pusieron el nombre de O Gato Negro porque, según le contaron, había siempre un gato negro entrando y saliendo, esperando cualquier tesoro en forma de raspa. Y con esa misma entrega vienen a diario los vecinos que forman familia entre sus paredes y los que acuden por vez primera seducidos por su autenticidad.
Además de la barra, han conservado a lo largo de los años sus banquetas y el cartel del escaparate, que Costoya no sabe exactamente desde cuándo está ahí, pero es a lo que más cariño tiene del local. Lo que también guarda como un tesoro son las recetas de su bisabuela. “Las conservamos por escrito y son las que continuamos haciendo a diario”. Así, de la cocina de O Gato Negro salen empanadas rellenas de aquello que haya encontrado Costoya en el mercado: congrio, sardinas, pulpo, etc. “Tenemos proveedores cuyas familias ya trabajaban con mi abuela. Esto es cocina de mercado de verdad, porque cada día voy al de Abastos”, añade. También son típicas sus raciones de pulpo de roca de la ría de Noia, y mariscos como las nécoras. “Hay vecinos que vienen, se toman una con una taza de vino blanco de barril por 70 céntimos y una nécora por seis euros y se van tan contentos”.
Hay dos cosas que se suelen repetir en O Gato Negro: la cola en la puerta para entrar y que a última hora no queda un 20% de la carta. “Los incondicionales entienden por qué sucede lo segundo. Saben que compramos las cantidades justas para tener todo fresco”, apunta. “Aquí que nadie busque innovación”, añade. “Soy muy conservador de la tradición, aunque es cierto que cuando tengo un poquito de inspiración, me gusta meter algún marisco distinto, según lo que haya encontrado en el mercado, para poder ofrecérselo a la clientela más habitual”.
Se refiere a esa que hace que saque pecho cualquier hostelero. “Hay quien viene desde hace más de 50 años, porque ya lo hacía de la mano de sus abuelos. Y hasta hace tres años, a finales de mayo, los clientes se despedían de nosotros para dejar paso a los peregrinos. Nos decían que regresaban en septiembre, cosa que siempre cumplían, pero en los últimos tiempos ha cambiado todo mucho. Ahora hay turismo en cualquier época del año y se juntan todos aquí”, dice orgulloso. “Es un honor ser el bar más antiguo del centro de Santiago. Pero da pena que sea porque hayan ido cerrando todos y se pueda llegar a perder el taberneo”.
Entre bandejas de pulpo, lacón, pimientos de Padrón, chocos o mejillones, carteles antiguos de la ciudad y sin más música que el bullicio de las conversaciones, O Gato Negro es una reivindicación de nuestra cultura de bares y tascas, de esas en las que (inexplicablemente) aún se tiran las servilletas al suelo y se sale con la moral alta.
O Gato Negro
- Dirección: Rúa da Raíña, s/n, Santiago de Compostela, A Coruña.
- Horario: de martes a sábado de 12 a 15 horas y de 19.30 a 23 horas.
- Precio medio: 20 euros.