Big Mac Tacos: ¿está bueno el híbrido de taco y hamburguesa que triunfa en las redes?

Si has dedicado algún tiempo en las últimas semanas a procrastinar en Instagram o TikTok es muy difícil que no te hayas encontrado con algún vídeo en el que preparan una de las últimas comidas virales, los Big Mac Tacos. Se trata de una especie de smash burgers en las que la carne se aplasta sobre una tortilla de trigo, se pasa por la plancha y, una vez cocinada, se gira y se cubre con ese horror llamado “queso americano” -ultraprocesados que imitan al queso cheddar- y los acompañamientos habituales de esta hamburguesa: pepinillos, cebolla cortada en daditos, lechuga y la ya-no-tan-secreta salsa especial. Sin ser fans de nada que lleve el logo de la M redondeada, esta combinación -no tan diferente de los tacos árabes o el araye- nos llamó la atención y la probamos. Primera decisión: cambiar el queso de mentira por cheddar auténtico, por favor y gracias.

Para la segunda tocó navegar un rato y hacer trabajar el coco: Internet está llena de salsas Big Mac, y la receta que hemos escogido no es la más purista, sino la que lleva menos ingredientes difíciles de encontrar por aquí, y la adaptamos cambiando el relish de pepino por pepinillos picados, su vinagre y un poco de azúcar. También hemos añadido kétchup porque se acerca al sabor del sirope de fructosa del original, y porque también suele llevar entre sus ingredientes algo de cebolla en polvo, así que si no la tenéis a mano no sufráis.

Respecto a la carne, un corte de ternera con un poco de grasa, como los que indicamos en los ingredientes, ya será buen plan; si queréis añadirle un 20% de cabecero de lomo de cerdo o un 10% de panceta, también quedará bien. Es importante que haya grasita: hoy, de manera excepcional, estamos guarreando (por si alguien no se había dado cuenta aún). Puedes sazonar tu tacoburger simplemente con sal y pimienta -la salsa ya le dará bastante candela- o añadirle un poco de Perrins o tu mostaza favorita. Escoger las mejores tortillas de harina que podamos también es crucial; aunque tengan menos sabor que las de maíz, lo tienen, y se nota.

¿El resultado? No está nada mal, aunque para mi gusto hay que cocinar la hamburguesa menos de lo que se hacen habitualmente las smash para que conserve la jugosidad, ya que aquí no hay un bollo blando que acompañe. También ser generoso con la lechuga para que aporte crujiente, justo con el pepinillo y la cebolla y sobre todo no pasarse con la salsa porque se puede comer el sabor de todo (no recomiendo para nada imitar esos vídeos en los que usan el taco como cuchara para comer salsorra).

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