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Crema de lentejas con cebolla caramelizada y avellanas

Apuramos la temporada del cuchareo con una crema que combina a la perfección el dulzor de la cebolla caramelizada y la acidez que le aporta el punto de crema agria o 'crème fraîche'.

Cremita preprimavera
Cremita preprimaveraCLAUDIA POLO

Va terminando febrero y algunas nos aferramos a los platos de cuchara apurando los últimos coletazos de la temporada del puchero, porque qué confort da. El guiso sabe a estar en casa. La tripa llena y las manos calientes de agarrar el plato deben activar algún instinto animal que te dice “no tienes que preocuparte por seguir buscando comida, estás a salvo”. Así me imagino yo en invierno, como un oso abrazando una olla de verdinas o garbanzos con bacalao.

Pero todo tiene su tiempo y también hay que dejar ir. La sucesión de los platos que ponemos sobre la mesa es el reflejo de las estaciones y de los productos disponibles en el momento: como abonada a mi cesta de verduras semanal de temporada, no me queda otra que aceptarlo y cocinar lo que toca; como consuelo, siempre tendremos la certeza de que volverán. De todas formas, no vamos a adelantarnos, que todavía nos da para un poco de chup chup a fuego lento: después de meses de guisos de legumbre, un poco de renovación no está de más. En el caso de hoy la renovación consiste en triturar nuestro guiso hasta conseguir una crema de lentejas estupenda.

Convertir un guiso de legumbres en una crema tiene dos cosas buenas. Conserva todo el sabor del guiso y tiene la cremosidad y la elegancia de una crema bien hecha. Aunque podrías coger el potaje de garbanzos y pasarlo por el turmix, esta receta está hecha para que el resultado final tenga el equilibro perfecto de dulzor -la cebolla caramelizada en grandes cantidades cumple aquí su función- y acidez, gracias al punto de crema agria o crème fraîche (un ingrediente muy poco amortizado en nuestras cocinas). Las especias y las avellanas tostadas en mantequilla terminan dando el toque final de sabor y crujiente.

Al cocer las lentejas, vamos a pasarnos un poco: queremos mucha cremosidad, así que la lenteja debe quedar muy blanda, casi deshecha. De esta manera, al triturar no nos encontraremos con trozos duros o pieles sueltas. Otro truco: cuando trituramos la crema, podemos acabar añadiendo un chorro de aceite de oliva virgen extra mientras sigues triturando, ayudará a emulsionar dejando nuestra receta al nivel del terciopelo. Y un atajo: con prisas o pocas ganas de esperar, puedes usar lentejas de bote y cocerlas durante unos diez minutos con el sofrito y el agua antes de triturar. Si lo dejas reposar de un día para otro en la nevera, apenas se notará la diferencia.

Dificultad: Ninguna. Si eso, paciencia para esperar a que se hagan las lentejas y la cebolla.

Ingredientes

  • 4 cebollas grandes
  • 1 zanahoria
  • 200 g de lentejas pardinas
  • ½ cucharada rasa de comino molido
  • Pimienta negra
  • 1 cucharada de vinagre de Módena
  • Avellanas
  • Una cucharada de mantequilla
  • Unos 150 g de crema agria o crème fraîche
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

Instrucciones

1.
Cortar las cebollas en juliana fina -en tiritas- y la zanahoria en dados pequeños.
2.
En una olla grande verter un buen chorro de aceite, la cebolla, la zanahoria y sal. Cocinar a fuego medio removiendo para que no se pegue durante unos 30 minutos hasta que la cebolla esté casi caramelizada.
3.
Añadir el vinagre y cocinar durante 10 minutos más. Reservar un poco de cebolla caramelizada para decorar.
4.
Cubrir de agua hasta cuatro dedos por encima de las lentejas.
5.
Incorporar el comino, pimienta negra molida y sal al gusto y remover bien.
6.
Cocer durante una hora y media (30 minutos en olla exprés) o hasta que las lentejas estén blandas.
7.
Triturar y añadir más agua si es necesario. Añadir aceite de oliva al final en forma de hilo mientras se sigue triturando.
8.
Ajustar de sal.
9.
Fundir la mantequilla en una sartén y tostar las avellanas picadas. Servir la crema caliente con una cucharada de crema agria fría y las avellanas tostadas con mantequilla.

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