Bizcocho de manzana y canela
La manzana y la canela son una combinación ganadora. La primera da jugosidad a este bizcocho, y la segunda, aroma. Las nueces ponen el punto crocante.
Si algo bueno tienen el otoño y el invierno es que son las temporadas en las que brilla una enorme cantidad de magnífico producto hortícola y frutícola, como las manzanas. Y pocas cosas huelen más a otoño que un buen bizcocho de manzana con canela: eso es así, no me discutáis.
En casa tengo un arbolito que año sí, año no, decide inundarnos de manzanas completamente ecológicas y asalvajadas (solemos hacerle caso omiso a la pobre criatura, pero más naturales que nuestras manzanas no hay nada). Así que me veo obligada a preparar muchas recetas con manzana a lo largo del otoño: no todo en mi vida es glamour y limusinas, también sufro cocinando y horneando.
Este bizcocho de manzana es relativamente sencillo y muy vistoso, gracias a esos hermosos pedazos de manzana a la vista. La manzana le aporta jugosidad, aroma y sabor, que completamos con un puñado de nueces que hacen buen papel casi en cualquier bizcocho. Para que los gajos de manzana queden razonablemente bonitos uso dos trucos:
- Una vez pelada la manzana, bien entera o partida por la mitad y antes de cortar los gajos, le paso un estropajo de fibra verde nuevo y limpio para lijarla y quitarle las aristas que dejan los cortes. Quedan suaves y redonditas, si la manzana va a quedar visible en el dulce el resultado es fetén. Podéis obviarlo si os parece muy loco.
- El volumen de la manzana, y de cualquier otra fruta, se reduce en el horneado porque en el proceso de cocción pierde mucho líquido por evaporación. Si antes de añadir manzanas a un dulce las precocinamos ligeramente en el microondas, tapaditas, solo hasta que empiecen a estar tiernas, conseguiremos que pierdan una parte del volumen antes de añadirlas al bizcocho, por lo que no se reducen tanto una vez dentro de la masa y no quedará tanto hueco entre esta y las manzanas. Este truquete es muy útil, por ejemplo, en tartas de manzana al estilo americano, con una tapa de masa tipo empanada.
El levado de este bizcocho se genera en parte gracias a que batimos la mantequilla con el azúcar para incorporar burbujitas de aire, y en parte por la levadura química, el Royal de toda la vida. Para batir bien la mantequilla, esta debe estar blanda -¡no derretida!-, que mantenga su forma pero que ceda al apretarla con un dedo (la mantequilla pomada es otra cosa, precisamente con la consistencia de una pomada). Otro consejo: si se te ha olvidado dejar la mantequilla a temperatura ambiente y quieres usarla ablandada, córtala en trozos en un bol y métela en el microondas de tres en tres segundos a máxima potencia, comprobando cada vez cómo va ablandándose. Si lo haces con tiento tendrás mantequilla ablandada en un plis, lista para cualquier dulce que la necesite.
Para que el bizcocho suba como es debido conviene que tanto la mantequilla, como ya he dicho, como el huevo, estén a temperatura ambiente. Si tienes más dudas sobre bizcochos, tienes una buena colección de ellas contestadas en nuestro artículo sobre cómo no convertir tu bizcocho en un ladrillo.
Dificultad: Solo la de montar debidamente el azúcar con la mantequilla, para lo que conviene usar un robot con pala o una batidora de varillas.
Ingredientes
- 85 g de mantequilla ablandada
- 150 g de azúcar
- 1 huevo a temperatura ambiente
- 225 g de harina
- 2 cucharaditas de impulsor químico (Royal)
- 1 pizca de sal
- ½ cdta. de nuez moscada molida
- ½ cdta. de canela molida
- 160 ml de leche
- 50 g de nueces picadas
- 2-3 manzanas reineta (o Granny Smith)
- 1 limón
- Azúcar glas para espolvorear
Instrucciones
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