Menú de El Comidista (3 a 9 de julio)

La patata tiene la capacidad de combinar bien con todo, y su delicioso sabor brilla con especial intensidad cuando se embadurna con un buen aliño.

El dulzor y la acidez de las nectarinas resultan idóneas para acompañar el gorrino. Con la picada de almendras, tomate y albaricoque secos, el éxtasis.

El melón es tu amigo durante el verano y se supone que, si huele, pesa y la base cede un poco al apretarla, estará bueno. Pero no es una ciencia exacta.

Para preparar esta fresquísima, ultraveraniega y más fácil imposible receta de pescado, no hay que saber ni encender la cocina.

Fresca, cremosa, crujiente y bien aliñada: esta ensalada de legumbres, que se puede convertir en bocata es una apuesta segura para los meses de calor.

Los pasteles sin horno son el sueño de los que practican los dos pecadillos capitales más perdonables: la pereza y la gula. ¡Aprovecha las últimas fresas!

Una suerte de ensalada cuya estrella son las brevas o higos de la primera cosecha, que se llevan muy bien con los quesos frescos como la mozzarella.

Aprovecha los últimos días de espárrago verde en temporada y júntalo con la caballa a la plancha, el huevo cocido y el punto agrio de las alcaparras.

Esta fruta 100% veraniega en sus mejores versiones es una explosión de jugo, sabor y dulzura, y además se puede comer perfectamente con piel.

Los champiñones crudos cortados finamente son perfectos para absorber una vinagreta con un toque alegre de mostaza. Un buen tomate refresca el conjunto.

Las sardinas son una de las bendiciones del verano. Primero porque están en temporada, y segundo, porque la estación permite hacerlas al aire libre.

Esta maravilla te hará conocer la poliorgasmia y a cada bocado necesitarás más. El secreto para alcanzar una textura increíble está en la temperatura.

Dueños y señores de la meriendacena y la excursión familiar con fiambrera, los huevos rellenos salen del armario de la cocina viejuna para reconquistarnos.

Un poco italiano, algo francés y 100% lujurioso, este bocata es un plan perfecto para cualquier picnic o cena sabrosos, frescos y vegetarianos.

La buena ciruela tiene que estar madura, pero firme: ni rebotante cual pelota de ping pong ni blanda como un globo lleno de agua.

Una base crujiente, un relleno cremoso y un tuneo adaptado al gusto del cocinero son los únicos secretos para que la quiche se convierta en un manjar.

El éxito de este postrazo se basa en el equilibro entre la acidez de las fresas, la cremosidad de la nata y el crujiente del merengue, y su absoluta facilidad.

Ni remilgos y complejos: los macarrones con tomate y chorizo son uno de los inventos españoles más grandiosos y no tienen nada de lo que avergonzarse.

Ya es tarde para la operación bikini, y no creemos en ella. Este postre rinde culto al chocolate, la galleta y el plátano. No hace falta comerse medio kilo.

Hay vermuts y vermuts. Sea o no una moda, hay elaboradores que llevan años poniendo en este aperitivo el mismo cuidado que dedican a sus mejores tintos.