Calabaza de tres maneras: frita, cocida y asada
La calabaza es una hortaliza que admite diferentes cocciones y, por tanto, infinitas recetas y combinaciones. Aquí tienes tres para prepararla frita, cocida y asada.
La calabaza es una hortaliza que admite diferentes cocciones y, por tanto, infinitas recetas y combinaciones. Aquí tienes tres para prepararla frita, cocida y asada.
Una oda a la temporalidad otoñal que llena el plato de color y sabor: el boniato se viene arriba con las especias del Ras el Hanout, el shiitake le sube la potencia y cebolla dorada con panceta remata la jugada.
Este estofado lleva la tira de años siendo uno de los platos más emblemáticos de la cocina tradicional catalana. Carne jugosa, una sabrosa salsa y patatas o arroz como acompañantes: lo tiene todo para triunfar.
Calamares con níscalos y judías blancas.
bentomonada
Los champiñones crudos funcionan perfectamente para hacer una versión del clásico steak tartar. El secreto: picarlos bien y dar en el clavo con el aliño.
tunea-tu-mantequilla
Grandes piezas para compartir, recetas basadas en la cocina tradicional francesa y una puesta en escena que quita el hipo. El cocinero Jordi Vilà dirige la oferta de este restaurante de altísimo nivel.
Boniato asado con mantequilla de miso, teleras mexicanas, salmonetes al horno, ensalada de persimon y champiñones rellenos: el menú de esta semana celebra el otoño por todo lo alto.
¿Te toca preparar una cena y no sabes qué hacer ni cómo? Con la ayuda de un robot de cocina, algunos trucos para sacarle todo el partido y unas recetas sencillas pero resultonas triunfarás sin dedicarle horas.
El último libro del chef René Redzepi está lleno recetas tan sencillas o complicadas como quieras para mejorar tus platos por obra y gracia de la fermentación. Hoy te ofrecemos cuatro de ellas.
Engordamos un fondo vegetal triturando setas, verduras y un fruto seco con resultados erótico festivos y una textura muy parecida al tradicional caldo de ramen (pero sin ningún cerdo de por medio).
Convertir una pieza de carne en una salsa perfecta para servir con pasta, polenta o arroz es una de las virtudes del ragú italiano. Si quieres hacer una versión sencillísima, prueba esta con costilla de cerdo.
Dos platos sencillísimos y llenos de sabor que combinan unas patatas crujientes y bien aliñadas con una crema que podría servir también como salsa para pasta. Mejor, imposible.
No es una receta fácil ni rápida, pero es una buena forma de reconciliar a muchos con la coliflor. Lo importante es que la salsa esté trabada, sea gordita y tenga mucho sabor.