Ocho maneras frescas de tomar café y té en verano
Estas bebidas no tienen por qué tomarse siempre a la temperatura del sol. Ahora que el calor aprieta, existen muchas versiones refrescantes con las que no sufrir el riesgo de que te dé un patatús.
Nadie te impide tomarte un café con leche a la temperatura del mismísimo infierno durante los meses de calor, ni abrazarte a la tetera hirviendo como si no hubiera un mañana, pero es posible -por no decir probable- que el cuerpo te pida algo más fresquito cuando aprieta la canícula. No tienes que renunciar a tus rituales mañaneros o de después de comer, ni a ese toquecito de cafeína que hace la mañana más llevadera, pero sí puedes hacerlos más refrescantes bajando unos cuantos grados la forma en la que los tomas. A continuación te ofrecemos ocho ideas para tomar té y café en forma de refresco casero, cóctel, agua mexicana e incluso postre cremoso.
Café Dalgona
Es una de las bebidas de moda esta temporada, se prepara en unos tres minutos, queda cremosísima y te puede servir para sacarle partido a ese bote de café soluble que compraste un día que venía tu tía, que no toma otro. El sabor a caramelo y la textura cremosa se consiguen removiendo y añadiendo aire a la mezcla; si tienes una batidora de vaso potente o un robot con un accesorio para montar claras -como la mariposa de la Thermomix-, úsala y tu Dalgona parecerá la almohada en la que duermen los angelitos.
Para preparar la crema de dos cafés necesitarás 60 ml de agua caliente, tres o cuatro cucharaditas de café soluble, azúcar al gusto y, si quieres, un poco de cacao en polvo o unas lascas de chocolate. Además, unos 300 ml de leche entera, desnatada o semi o bebida vegetal, fría y dos o tres cubitos de hielo. Mezcla a velocidad media el agua con el café y el azúcar hasta conseguir una crema de color caramelo, muy espumosa, con la textura de una mousse. Servir en un vaso la leche con hielo y poner la mousse encima; si se quiere, rematar con cacao o chocolate.
Té marroquí con menta
El té moruno o al estilo de Marruecos se caracteriza por añadir al sabor de la infusión seca la frescura característica de las hojas de menta (o hierbabuena, si tenemos un acceso más fácil a esta). Para preparar 1,5 l de té, calentar 1,5 l de agua en un cazo y poner una cucharada de té negro y un puñado generoso de hojas de menta troceadas (reservar algunas para la tetera y el vaso). Llevar a ebullición a fuego suave durante un minuto, removiendo y añadiendo azúcar al gusto. Cuando hierva, reposar un minuto y pasar a una tetera con las hojas de menta fresca restantes.
Para preparar la versión fría podemos hacer dos cosas: hacerlo con la mitad de agua y, todavía caliente, añadirle el mismo volumen en cubitos de hielo o prepararlo tal cual y llevar a la nevera cuando esté templado. En ambos casos añadiremos unos cubitos más en el vaso o la jarra al servir, y unas hojas de menta.
Cold brew con cubitos de leche
Si quieres tomar el café frío, ¿para qué quieres calentarlo antes? Apúntate al cold brew, una infusión en frío durante un largo periodo de tiempo.Para prepararlo solo necesitas una cafetera-tetera de émbolo -que puedes sustituir por un filtro de café- y una nevera. Jordi Mestre, al frente del tostadero/cafetería/tienda/asesoría Nomad Coffee, nos contó cómo hacerlo: “Pon un buen café molido grueso y agua –también buena– en lo que en el resto del mundo se conoce como ‘cafetera de émbolo’ y aquí como ‘tetera’ y déjalo en la nevera 12, 13 o 15 horas. Lo filtras y listo”.
El tipo de café debería escogerse en base a lo que queramos hacer con él, como se hace con el té: un tueste normal de expreso será fantástico para tomar con leche, mientras un café más ácido irá mucho mejor para tomar solo. Si quieres añadirle leche o bebida vegetal y de paso que esté todavía más helado, puedes tenerla en el congelador en forma de cubitos.
Té helado con lima, cúrcuma y jengibre
Una bebida sabrosa y saludable que podemos preparar en cantidad y tener siempre a mano en la nevera. Podemos usar como base té verde, blanco o rojo -los más fuertes pueden enmascarar el toque cítrico- e incluso rooibos, si no queremos añadir teína para que pueda tomarlo toda la familia.
Para preparar una buena jarra, llevar a ebullición 1,5 l de agua con una cucharada de jengibre fresco rallado y una cucharadita de cúrcuma fresca, también rallada (cuidado porque mancha; si no encontramos cúrcuma podemos hacerlo sin). Hervir a fuego suave durante cinco minutos y añadir una cucharada y media de té -o al gusto-, azúcar si se quiere, infusionar según instrucciones, colar y enfriar una vez atemperado. Servir con hielo y zumo de lima al gusto (y rodajas de lima y jengibre fresco para decorar).
Expresso-martini
¿Te regalaron una coctelera y no sabes qué hacer con ella? Prepara un cóctel sencillísimo para esas visitas veraniegas que alegran estos días rarunos. Prepara un sirope casero de vainilla hirviendo una vaina -abierta por la mitad, a lo largo y con las semillas rascadas con un cuchillo- en un cazo con 100 ml de agua y 100 g de azúcar, a fuego muy suave durante dos minutos. Deja enfriar, pasa a un tarro y guarda en la nevera (con la vaina dentro, no la tires).
Pon en la coctelera 100 ml de café expresso helado, 10 ml del sirope de vainilla, 30 ml de licor de café y 60 ml de vodka. Llena de hielo, agita durante unos 20 segundos y sirve en copa de martini o vaso corto, si quieres decorado con un par de granos de café. Si tu problema es que no tienes coctelera, usa un tarro grande y un colador pequeño de malla fina.
Agua fresca de melón y frambuesa con té blanco
Las aguas frescas son unas bebidas típicas de México, frescas y menos empapuzantes y calóricas que los zumos, ya que la fruta se tritura con agua y posteriormente se pasa por un colador. La pulpa sobrante puede tomarse mezclada con yogur en el desayuno (aquí no se tira nada). Si en lugar de agua usamos un té ligero, conseguiremos una bebida igual de refrescante y con más sabor.
Partimos de un litro de té blanco no muy fuerte, ya frío. Lo trituramos bien con unos 250 g de melón sin pepitas ni corteza y 100 g de frambuesas; el melón ya es bastante dulce y no haría falta añadir ningún endulzante, pero si se quiere, hacerlo en forma de sirope simple -la misma cantidad de agua que de azúcar y calentar hasta que se funda- para que se integre bien. Colar o pasar por un chino y servir en una jarra con más hielo, además de trocitos de melón y alguna frambuesa para decorar.
Café frozen con helado y Baileys
Si tu postre favorito para los días especiales es el carajillo de Baileys, y en verano lo pides con hielo, esta versión cremosa y golosa -gracias al helado de vainilla- te conquistará. Si en lugar de en trago corto queremos tomarlo largo, podemos añadir un poco de agua, leche o bebida vegetal. Para preparar dos cócteles, pondremos en el vaso de la batidora 120 ml de café no muy cargado ya frío, 80 ml de Baileys (o cualquier otro licor de crema de whisky), una bola de helado (unos 100 g) y seis cubitos de hielo. Triturar un par de minutos hasta que el hielo esté bien integrado y servir en copa o vaso, si se quiere con un poco de cacao en polvo por encima.
Granizado de masala chai
Tritura en un molinillo para café una cucharadita colmada de semillas de hinojo, tres vainas de cardamomo, cuatro clavos, medio palo de canela, un centímetro de raíz de jengibre pelada, ½ cucharadita de pimienta negra en grano y una hoja de laurel pequeña. Esta cantidad es para aproximadamente 1,5 l de infusión, pero puedes preparar cuatro o cinco veces más: se conserva muy bien en un bote de cristal, en un sitio fresco y seco.
Poner las especias molidas en 1 l de agua y calentarla; cuando hierva apagar el fuego y dejar que infusione durante 10 minutos. Añadir una cucharada colmada de té Darjeeling, calentar hasta que vuelva a hervir y preparar según aconseje el fabricante. Colar y añadir 500 ml de leche o bebida vegetal, y endulzar al gusto. Una vez frío, pasar al congelador en un táper cerrado. Triturar cada 30 minutos y, cuando alcance la consistencia de un granizado, servir con una pajita reutilizable.
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