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Contra la publicidad de productos insanos en las cabalgatas

La publicidad de comida basura y ultraprocesados es habitual en muchas cabalgatas de Reyes, pese a que la obesidad infantil es grave problema de salud pública. Una nutricionista explica por qué no debería existir.

Cabalgatas de ultraprocesados
Cabalgatas de ultraprocesadosFLICKR

Ver a muchos niños -y algunos mayores- peleándose por los puñados de caramelos que lanzan desde los camiones se ha convertido en una imagen habitual de las cabalgatas de los Reyes Magos. Tirar caramelos desde las carrozas es una tradición instaurada desde hace muchísimos años, pero entre coger un puñadito y que los padres los vayan regulando -o haciendo desaparecer- y presentarse en la cabalgata con bolsas gigantes y paraguas para pescarlos por kilos sin prestar atención a las carrozas, los reyes o el espectáculo, va todo un mundo.

Pero hay algo que me parece mucho más preocupante que las chucherías de las cabalgatas: la cantidad creciente de publicidad de comida basura que podemos encontrar en ellas. Porque los padres somos los responsables de poner límites a la recogida de caramelos y a su consumo, pero la publicidad disfrazada de felicidad es mucho más difícil de regular. Cuando en un acto infantil hay dinero e intereses -comerciales o no- de por medio, las cosas se ponen serias.

Hace tiempo que las cabalgatas se politizan y se militarizan, pero también se incluye en ellas publicidad que hace un flaco favor a la salud de los niños. Pero, ¿prestamos la misma atención a que se publicite un partido político, que se militarice la cabalgata, o que se publicite comida basura? Ya contesto yo: no. Hay muchas críticas a los primeros, pero de lo segundo es posible que no te des ni cuenta.

A no ser, claro, que seas dietista-nutricionista: Juan Revenga ya denunciaba en Twitter la presencia de Coca Cola en la cabalgata de Zaragoza de 2018. En ese mismo hilo se hace referencia a la cabalgata de Cáceres, en la que también se publicita Burguer King. Desde el Centro Aleris animaban a la "sustitución de los típicos caramelos por las saludables y sostenibles mandarinas valencianas". En la cabalgata de Toledo de 2016, la concejal de festejos también agradecía el "apoyo" de marcas como Coca Cola o McDonald’s. Solo tenemos que poner en Google "cabalgata – publicidad" y podremos ver como su gran mayoría están pagadas y negociadas. ¿Por qué no nos quejamos? Seguramente lo tenemos normalizado, ya que Coca Cola y Pepsi se publicitan en las carrozas desde 1967. ¿Sabemos el impacto que crea esta publicidad vestida de falsa felicidad a nuestros hijos?

Voy a ser clara, la salud de los más pequeños está vendida; la prevención no existe. Nos bombardean con publicidad engañosa e insana, los profesionales con conflictos de interés nos dirán que la industria de la comida basura -que, casualmente, les paga- "es saludable dentro de una dieta equilibrada y con moderación". Ahora ya sabemos que la moderación no existe y que la dieta no debe ser equilibrada, si no saludable. Otra de las excusas preferidas por la industria es que "no nos movemos suficiente". Ojalá ese fuera el único problema.

Porque la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más importantes del siglo XXI: según un estudio publicado en la revista especializada en nutrición The Lancet, el número de niños con obesidad se ha multiplicado por cuatro en los últimos años (y el futuro no tiene pinta de revertir). Si creen que eso nos queda muy lejos, el estudio ALADINO -hecho en España- asevera que el 43% de los niños tienen exceso de peso. Para rematar, el 70% de los padres no es consciente del sobrepeso de sus hijos. Si no somos conscientes del problema, ¿cómo vamos a solucionarlo? Estas cifras deberían hacernos reflexionar y no dejarnos indiferentes.

Coca Cola en la cabalgata de Zaragoza
Coca Cola en la cabalgata de ZaragozaJUAN REVENGA

¿Qué tienen que ver estos datos con la publicidad?, os preguntaréis algunos, pensando que la culpa la tiene el sedentarismo que provoca ver la televisión, tabletas, móviles, etc, en lugar de estar corriendo y jugando en la calle. La exposición a la publicidad engañosa y agresiva que reciben nuestros pequeños a través de estos dispositivos está íntimamente relacionada con el exceso de peso. Los anuncios de alimentación dirigidos a niños -y no precisamente los de productos saludables- se han duplicado en los últimos años. Reciben 7.500 impactos al año de mensajes que les incitan a comer chocolatinas, galletas, quesos industriales -que no son quesos- y cereales de desayuno. Están sobreexpuestos.

A lo mejor lo que os preguntáis ahora es por qué no se cumple la ley sobre publicidad infantil. Fácil: porque está autorregulada. El famoso e inútil código PAOS fue creado y regulado por la propia industria, sin consecuencias legales: lo dicho, estamos vendidos.

Me gustaría resaltar los puntos 7 y 14 del código, dicen así:

Podríamos extrapolarlo a las cabalgatas de reyes, ¿verdad? Seguimos.

Evidentemente tanto Reyes Magos como el resto de personajes de las cabalgatas son personajes conocidos y admirados por todos los niños. ¿Un poco más?

¿Hay alguien más famoso que sus majestades los Reyes Magos entre el público infantil?

Nuestros hijos están sometidos a miles de impactos publicitarios específicamente dirigidos al público infantil, y la mayoría son de productos ultraprocesados e insanos. Prácticamente en su totalidad están adornados con regalos, dibujos de actualidad y están publicitados por sus personajes favoritos, hecho que les impulsa a pedirlos con la fuerza de los mares (y que sus padres los compren). Se ha calculado que hasta un tercio de los niños con sobrepeso y obesidad no lo serían si no estuvieran expuestos a la publicidad alimentaria. ¿Veis alguna similitud entre lo que os acabo de contar y la publicidad de comida basura en las carrozas de la cabalgata? No es "solo un día". Seamos críticos, es diario y por todos los frentes posibles.

Debemos proteger a los niños de una mala alimentación, igual que los protegemos del alcohol y el tabaco, porque son vulnerables ante la publicidad que anima a un consumo irracional. No tienen el conocimiento suficiente para darse cuenta, así que debemos proporcionarles una buena información y educación nutricional para que sean conscientes desde pequeños y, sobre todo, darles ejemplo.

¿Qué efectos puede tener la publicidad de comida basura en un momento de máxima felicidad para nuestros hijos? Algo muy peligroso es que asocien comida basura con felicidad, provocando una relación viciada con la comida. Es usual que las marcas lo hagan: "La felicidad tiene sabor a chocolate", de Dunkin Donuts; "hoy vas a sonreír", de McDonald’s; "destapa la felicidad" o "la felicidad tiene un color", de CocaCola: "bocadillos de felicidad", "felicidad de la buena", de Nocilla; "más felices y menos culpables", de Campofrío y un largo etcétera.

La cabalgata es un momento feliz, los reyes, pajes y demás personajes son bondadosos y siempre querrían lo mejor para los niños, nunca podrían recomendarnos algo malo para su salud... (nótese la ronía). Las marcas usan la publicidad para camuflar el producto detrás de un mensaje, experiencia o emoción para ganar ventas, y esta publicidad puede determinar las preferencias alimentarias del niño desde los primeros años de vida. Las malas costumbres que adopten en este momento se mantendrán en el adulto del mañana, haciendo que el problema sea crónico, y la mala alimentación continuada vendrá acompañada de sobrepeso, obesidad, hipertensión, diabetes tipo 2 y caries.

Solo nos queda luchar. Quejémonos, hagamos un buen uso de las redes sociales para presionar y denunciar públicamente lo que se está haciendo y con lo que no estamos de acuerdo, promoviendo también las actuaciones favorables y positivas. La salud y el futuro de nuestros hijos está en juego y, ahora mismo, el futuro que les espera es muy negro.

Para terminar, una reflexión del pediatra Carlos González: "No podemos dejar los valores de nuestra sociedad en manos de aquellos que solo buscan aumentar las ventas. No podemos permitir que nuestros hijos crezcan pensando que la amistad es una bebida carbonatada, el amor fraternal un yogur, o la solidaridad, una compañía eléctrica".

Si se quiere, se puede

El año pasado la cabalgata de Sevilla repartió mandarinas. En Valencia también sustituyeron caramelos por mandarinas valencianas. Con las piezas de la campaña #HortAttack desfilando en carroza y 400 kilos de mandarinas a repartir.

Hospitales San Roque participó el año pasado por primera vez en la Cabalgata de Reyes de Las Palmas de Gran Canaria para concienciar a los más pequeños de la casa sobre la necesidad de cuidar la alimentación y elegir una nutrición responsable. Engalanó un camión clásico lleno de productos frescos, naturales y muy saludables.

Sílvia Romero Canales es Dietista-Nutricionista especializada en nutrición infantil, sobrepeso y obesidad y alimentación vegetariana/vegana.

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