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Cinco consejos para disfrutar más de la cerveza

Hay vida más allá de las cervezas rubias y ligeras. Te contamos cuál es el siguiente paso adecuado para descubrirla, y cómo disfrutar de una cerveza con más carácter.

Importante: hay que inclinar la copa
Importante: hay que inclinar la copaALHAMBRA

Enfriar. Abrir. Servir. Beber.

Siguiendo estos cuatro pasos puedes disfrutar de la mayoría de cervezas del supermercado. Por lo menos de la mayoría de cervezas de estilo lager, rubias y ligeras, sin demasiado carácer y fáciles de tomar en cualquier momento. Cuidado, no queremos desmerecer a este tipo de cerveza. Cumple de maravilla con su función, que consiste en refrescar y dar un puntito extra a cualquier situación.

Sin embargo, a veces, apetece algo más. Y entonces es cuando surge la duda porque, ¿sabemos elegir la cerveza adecuada y exprimir al máximo sus posibilidades? Si andas un poco perdido con los cientos de variedades, sigue leyendo. Quizá te ayudemos a orientarte.

Elige el tipo adecuado

Hay dos grandes famílias de cerveza: ales y lagers. Las ales, también conocidas como cervezas de alta fermentación, son menos populares en España que las lagers, o cervezas de baja fermentación, y la gran diferencia es el tipo de levadura que se emplea para elaborar unas y otras, lo que se materializa en cervezas más aromáticas y afrutadas, en el caso de las ales, y en cervezas más ligeras y de sabor más limpio, las lagers.

Alguien que quiera profundizar en el mundo de la cerveza quizá tenga que empezar a transitar por el camino de la lager, familia a la que pertenecen esos líquidos ligeros, rubios y refrescantes que mencionábamos antes y que conocemos como pilsen.

Las pilsen son el primer escalón cervecil en nuestra cultura, solemos empezar por ahí, pero no el único. Una vez superadas, se puede optar por probar las munich, viena, dortmunder, doppelbock o bock. Y quizá sea este último el paso más lógico. Las cervezas bock, como Alhambra Reserva Roja, se caracterizan por su sabor a cereales malteados, que se traduce en aromas a caramelo y a tostado que le aportan un carácter medio, sin llegar a la potencia de otros estilos más potentes.

Usa el vaso correcto

Una cerveza de este estilo no se sirve en un vaso cualquiera. Bruno Martínez Falagan, sumiller de cervezas y Jefe de Cultura Cervecera del grupo Mahou San Miguel, afirma que “una cerveza de tipo bock se disfruta mejor en una copa de tulipa. En primer lugar porque así la espuma se puede ver bien, algo que la hace muy atractiva, y en segundo lugar porque los aromas se concentran más y pueden apreciarse mejor”. Martínez Falagan también afirma que de esta manera, “después del característico aroma tostado que proporciona la malta, llegan notas afrutadas bastante intenso y un empuje alcohólico bien integrado”. Se nota que domina el tema.

Aprende a servirla

Una bock se vierte en la copa como el resto de cervezas. Primero con el vaso en un ángulo de unos cuarenta y cinco grados con respecto a la botella, para que el líquido forme espuma al romper contra el cristal. Poco a poco el vaso se irá incorporando, hasta llegar a la vertical, con la intención de conseguir unos dos dedos de espuma. “Se busca una crema densa, con poros pequeños, para proteger a la cerveza de la oxidación y evitar el escape del carbónico”, sostiene Martínez Falagan.

La temperatura es crucial, es ideal servirla entre seis y ocho grados, para que la cerveza se exprese bien y pueda apreciarse el trabajo que conlleva. “En el caso de Alhambra Reserva Roja”, dice Martínez Falagan, “la fermentación es larga y reposada, parecida a la de las bocks antiguas, lo que le aporta aromas más limpios y limita las características afrutadas”. Sería una pena perder todos estos matices por servirla demasiado fría o demasiado caliente.

Tómate tu tiempo

No estamos hablando de una cerveza pesada, pero sí se trata de una cerveza con más personalidad que la mayoría. No es la cerveza ideal para ir de cañas o para llevarse a la playa como si fuera, casi, un refresco. Es adecuada consumirla de noche, tranquilamente, y también acompañar con ella parte de la comida. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta… ¿con qué va bien una bock?

Acompáñala como es debido

Para Martínez Falagan, “una bock de estas características casa muy bien con quesos curados con un punto ahumado –un Idiazabal o un San Simón–, embutidos curados como el fuet y también con platos de caza,estofados y patés de perdiz o jabalí”.

Es decir, que hay vida más allá de las bravas. Afortunadamente.

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