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Cuando la cocina te salva la vida

En Fundación Mescladís forman a personas en riesgo de exclusión social en cocina y sala. Dicen que cocinan oportunidades, y a juzgar por la experiencia, lo hacen al punto.

Están cocinando su vida
Están cocinando su vidaMESCLADÍS

En el barrio del Born de Barcelona se mezclan personas de culturas muy distintas. Los turistas, cada vez más, se confunden con vecinos de toda la vida, cada vez menos, y con ciudadanos que han migrado de sus países de origen y que han encontrado en algunas áreas de este barrio un lugar donde establecerse.

A pesar de su imagen moderna y cosmopolita, en esta madeja de callejuelas medievales la convivencia no siempre es fácil. Precisamente por eso, ahí en medio se encuentra la Fundació Mescladís.

LA ODISEA DE SOLY

Soly Malamine es de Senegal, tiene 31 años y lleva diez en España. Llegó a Gran Canaria a bordo de una patera, después de una larga estancia en Mauritania en la que desarrolló su afición por la cocina. “Ahí nos juntábamos cincuenta personas en un piso y cuando me tocaba cocinar era feliz”.

No conserva amigos de aquella etapa. Ignora si tuvieron tan buena suerte como él. “Mi viaje en patera fue un lujo: las 40 personas que viajábamos llegamos vivas y la Guardia Costera nos encontró 10 horas después de quedarnos sin gasolina ni comida”.

De Canarias lo trasladaron a Madrid, luego a Granada y finalmente encontró trabajo en Almería, en el sector de la construcción. Pero cuando el ladrillo se vino abajo, perdió el empleo.

En 2008 llegó a Barcelona donde, a través de Caritas, entró en contacto con Mescladís.

Parece un bar pero es mucho más
Parece un bar pero es mucho másMESCLADÍS

COCINAR OPORTUNIDADES PARA GENTE QUE NO LAS TIENE

Madalena Marinho cordina el programa Cuinant Oportunitats –Cocinando Oportunidades– de esta fundación. “Mescladís nace hace 12 años, cuando España estaba en su auge económico y hubo mucha inmigración, con la idea de aproximar las personas con la cocina como herramienta de diálogo”, cuenta Madalena.

Soly participó en este programa formativo: 200 horas de formación y 200 horas de prácticas. Fue duro, pero estaba motivado para "progresar y superar objetivos”: salió de allí preparado para cocinar o para trabajar en la sala de un restaurante.

“En Cuinant Oportunitats, como el nombre indica, cocinamos oportunidades para personas en riesgo de exclusión social, no es necesario que sean migrantes", dice Madalena Marinho. "Les formamos y ponen en práctica lo que aprenden en el Espai Mescladís, nuestro bar restaurante. Cuando completan su formación les enviamos a hacer prácticas en hoteles como los Tryp Melià y el Hotel Catalunya o en restaurantes pequeños como Doble Zero”.

Soly Malamine y sus compañeros en acción
Soly Malamine y sus compañeros en acciónMESCLADÍS

Después de la formación, Soly hizo múltiples entrevistas de trabajo. “Sentía rabia cuando iban a cogerme pero me rechazaban porque no tenía papeles. Lo tenía todo, pero me faltaba una cosa”.

Pero como dice Madalena Marinho, “si dejas un buen recuerdo, tarde o temprano alguien te ayudará, eso también se lo enseñamos en la formación”. A Soly le funcionó. Al cabo de un tiempo, le contrataron como empleado doméstico y pudo legalizar su situación: “Después trabajé en el Hotel Catalunya y en el bar La Pepa. Y en 2011 me ofrecieron trabajar en Mescladís”.

Ahora, Soly es uno de los formadores del programa que le dio su oportunidad.

LA COCINA COMO HERRAMIENTA DE DIÁLOGO

Cocinando Oportunidades es sólo uno de los tres ejes de trabajo de Mescladís. También dan a conocer temas que no suelen salir a la luz interviniendo espacios con arte urbano y organizan talleres de cocina para vecinos del Borne, cuya realidad no se corresponde con la gentrificada imagen del barrio –a pocos metros de Mescladís está el Agujero de la Vergüenza, ejemplo de lucha vecinal contra la especulación urbanística–.

“Organizamos talleres como si fuéramos un centro cívico: cocina de Senegal, cocina de Siria, cocina de Marruecos… Intentamos que participe gente del barrio y utilizamos la cocina como punto de encuentro”, dice Madalena Marinho.

“Cuando comemos juntos descubrimos otra cara de las personas", añade Soly. "Doy a conocer cómo soy y cómo es mi país a través de la leche de coco, del jengibre, de la salsa de cacahuete…”.

¿ES LA INMIGRACIÓN UN PROBLEMA QUE DEBA RESOLVER LA HOSTELERÍA?

La inmigración y los problemas de las personas en riesgo de exclusión social precisan soluciones políticas y administrativas, pero iniciativas como Mescladís invitan a reflexionar. El sector de la restauración y la hostelería no tiene la obligación de contribuir al bien social, al fin y al cabo vivimos en un sistema de capitalismo salvaje, pero sí tiene la oportunidad de hacerlo.

Intervenciones artísticas de Mescladís
Intervenciones artísticas de MescladísMESCLADÍS

¿Qué es la cocina sino una construcción hecha a base de estratos culturales, de influencias de aquí y de allí? Para Soly, “la cocina tiene el poder de romper la barrera del miedo y ha mí me ha cocinado la vida”.

Sería bonito entonar su lema, el lema de Soly: “De los inmigrantes sólo sabemos lo malo. Pero no se ve cómo evolucionamos y nos integramos. Recibimos oportunidades, pero tenemos mucho que dar”. Y es que al fin y al cabo, hasta un pequeño bar de barrio puede romper barreras y dar una oportunidad contratando a alguien que sabe hacer su trabajo y, además, lo necesita.

Más muestras de solidaridad gastronómica

Cocina Conciencia: con este programa, la Fundación Raíces busca empleo en restaurantes de alta cocina a jóvenes de 16 a 25 años que están en riesgo de exclusión. Treinta restaurantes de toda España ya han dado trabajo a cincuenta y tres personas.

La Tapa Solidaria: desde 2011, los restaurantes asociados donan cincuenta céntimos de euro de la venta de una tapa a Casal dels Infants. Puedes consultar la lista de restaurantes que participan en este enlace.

La Fábrica de Cocina Solidaria: showcookings y teatro se combinan en esta iniciativa abanderada por Ferran Adrià en la que participan Joan Roca, Carme Ruscalleda y Christian Escribà, entre otros. El importe de las entradas se destina, también, a Casal dels Infants.

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