El supermercado con conciencia social
Unir los conceptos "supermercado" y "conciencia social" suena tan difícil como maridar una morcilla con un té de jazmín: más allá de vender unos pocos productos de comercio justo, estos establecimientos no se suelen caracterizar por sus grandes esfuerzos en responsabilidad corporativa, al menos en nuestro país. Sin embargo, la idea de vender toda clase de alimentos con la de hacer el bien a la comunidad no es forzosamente incompatible, como demuestra el caso de Coopmercat.
Los empleados de esta tienda de Barcelona, que aspira a convertirse en cadena de supermercados, son discapacitados intelectuales. El establecimiento apoya el tejido de pequeños productores de la zona porque sólo vende productos de proximidad elaborados por cooperativas y entidades de economía social, a las que compra directamente sin intermediarios. El consumidor también gana, porque los aceites, arroces, frutos secos, mermeladas y demás delicias de alta calidad se venden a precios más que razonables. Piensa en un delicatessen en absoluto pijo para público de cualquier poder adquisitivo, y te harás una idea de lo que Coopmercat ofrece, y que ellos llaman "gourmet de compra cotidiana".
Detrás de esta fantástica idea está el grupo TEB (Taller Escola Barcelona), que trabaja por la integración social y laboral de personas con discapacidad intelectual. "La idea de la cooperativa nació a la vez que el hijo de nuestra presidenta", explica Albert Forcades, asesor de comercialización del proyecto y cooperativista. "El médico le dijo que tenía dos noticias que darle, una mala y una buena: la mala era que el niño no había nacido bien, y tendría problemas de crecimiento y de todo tipo; y la buena era que se moriría pronto. Por suerte se equivocó: ahora tiene más de 60 años, y ha trabajado toda la vida. Para esto se creo la cooperativa, para crear puestos de trabajo para gente con el mismo perfil".
El 96% de sus proveedores son cooperativas, y la mayoría de ellos trabajan con economía social y con valor añadido: sus yogures Delicies del Berguedà dan trabajo a personas con patologías duales, sus mermeladas Can Senzill han creado puestos de trabajo en pueblos donde no lo había y uno de los arroces que comercializan, Riet Vell, trabaja para repoblar de aves autóctonas en peligro de extinción las zonas en las que plantan. También priman lo ecológico y el producto de proximidad. "Tenemos algunos productos sin valor añadido, pero pocos y solo porque no hemos encontrado ninguna opción y no podemos dejar de ofrecer ese producto. Cuando encontremos otros más idóneos, los iremos sustituyendo", afirma Forcades, que apuesta por la economía social como punto diferencial de su idea.
En total cuentan con más de 600 productos de unos 60 productores, entre los que se cuentan pastas, dulces o conservas. Otros, más singulares, incluyen una serie de sifones antiguos, recuperados y almacenados en cajas de más de 150 años, o bebidas tradicionales como el Suau de Reus, a base de café y gaseosa.
Además de vender alimentos envasados de larga duración de primera calidad –no trabajan con producto fresco de nevera–, en Coopmercat ofrecen servicios de envíos de mercancías a domicilio, ayudas en la movilidad, conserjería, recogida de mercancías y cestas ecológicas o servicios de jardinería y limpieza, todas ellas tareas que "su gente", como llaman a sus empleados, puede hacer perfectamente. Dan trabajo a más de 500 personas de este perfil, entre sus 600 trabajadores en total, número que se ampliará con el proyecto de apertura de 13 nuevas tiendas entre este año y el que viene.
Sus asequibles precios –un litro de aceite ecológico cuesta 5 euros, y uno de crema de verduras de Casa Carriot 3 y medio; 5 litros de aceite de oliva virgen del Berguedà de primera prensada Creixement, calidad extra, 21– se deben a su trato directo con los fabricantes, que apuestan por este modelo de negocio, pensado para crecer juntos. "Nosotros no discutimos los precios con nuestros proveedores, ellos ponen el precio al que nos venden a nosotros y el de venta. Nos ahorramos el 15% correspondiente a los intermediarios, lo que nos beneficia tanto a nosotros como a los productores y a los clientes, porque los márgenes son mejores para todos", cuenta Forcades.
Ninguna de las referencias que ofrecen están en depósito, sino que todas han sido previamente compradas "porque eso es lo justo". Los formatos familiares, el vino y el aceite en garrafas, los paquetes de arroz de tres kilos y los de frutos secos de uno, permiten ajustar los precios todavía más, además de reducir los residuos y envoltorios. Y una última bondad, sobre todo para el usuario: un horario casi de jornada completa adaptado por igual a los madrugadores y a los que trabajan hasta las tantas.
Coopmercat está en Passeig de Sant Joan, 186 (Barcelona). Abre de lunes a sábado de 7:30 a 23:00. Teléfono: 93 458 89 36.
Documentación: Mònica Escudero.
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