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Receta invitada: almejas a la bahiana

El suqueteo en su máxima expresión
El suqueteo en su máxima expresión

Recordad que vosotros también podéis mandar vuestras recetas a recetascomidista(arroba)gmail.com, y nosotros las prepararemos, fotografiaremos y publicaremos para que podáis presumir de talento cocinillas delante de vuestros amigos (y todavía más, de vuestros enemigos).

Su cocina está claramente influenciada por los chiquicientos viajes alrededor del mundo que ha hecho y –teniendo en cuenta lo que se ha visto de ella en el programa– el plato que nos propone es bastante moderado con uno de sus aderezos favoritos: las especias. Su facilidad para añadirlas aquí y allá, mezclarlas sin miedo y pronunciar con total naturalidad nombres que a veces suenan a klingon ya son marca de la casa. Igual que su política de "aquí hemos venido a jugar", que ya ha generado algún que otro momento televisivo de esos que polarizan a la audiencia -que le odia o le ama, sin medias tintas-, y promete más.

Su perfil es de lo más completito y variopinto: fue diseñador gráfico y director de arte durante 22 años y, harto del mundanal ruido, decidió cambiar los plazos draconianos y los logos por la docencia de bikram yoga en Dubai. Precisamente cuando disfrutaba de ese nuevo estilo de vida nos envió la receta de estas almejas a la bahiana, cuya base puede parecer una versión oriental y calentorra del gazpacho (más que nada porque la base es parecida) que en realidad va mucho más allá. Su propuesta se sirve caliente pero casi cruda, algo que suena raro hasta que lo pruebas y descubres que funciona como una sopa ligerísima, en la que se notan todos los componentes por separado pero que reconforta como el caldo de la abuela.

Además de con almejas, Gonzalo nos cuenta que la receta también puede hacerse con chirlas, berberechos y, en la versión más económica –y también con más chicha y más sabor, así que en este caso lo barato no funciona como premio de consolación, sino como opción ganadora– con mejillones. Pensando en el emplatado, recordé unos moluscos en salsa que probé en uno de los The Supper Club organizados por Picnic Restaurant-servido dentro de un pan un poco durito que hacía las veces de contenedor y de guarnición– y pensé que funcionaría bien con este sopicaldo. Los voluntarios que lo probaron no solo no se quejaron, sino que rebañaron la miga al máximo, confirmando que este entrante se puede convertir en un primer plato contundente –y con una presentación muy apañada– con un añadido sencillísimo.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 1 kilo de almejas
  • 1 manojo de cilantro fresco
  • 1 cebolleta pequeña
  • 2 tomates maduros
  • 2 cebollas moradas pequeñas
  • 2 dientes de ajo
  • 2 limas
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta
  • Chile (opcional)
  • 4 panecillos de víspera redondos para emplatar (opcional)

Instrucciones

1.
Colocar las almejas en agua para que suelten la arena, cambiando el agua de vez en cuando.
2.
Limpiar y cortar la cebolleta, las cebollas, los ajos y los tomates en trozos grandes. Colocar en una cacerola todos los ingredientes, con el agua justa para cubrirlos y sal. Llevar a ebullición durante unos tres minutos, triturar el caldo y pasarlo por un chino o un colador de malla, para obtener sustancia y sabores.
3.
Volver a llevar el caldo al fuego, hacerlo hervir y añadir las almejas: cuando se abran, está listo.
4.
Quitar la parte de arriba a los panecillos de víspera, llenar con las almejas, rociar con el caldo, el cilantro picado y pimienta recién molida (y, si se quiere, un poco de chile en polvo). Servir inmediatamente, con media lima para que cada uno se ponga lo que quiera.

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