José Manuel Sánchez: “Nadie quiere ser pastor. Los jóvenes prefieren irse de fiesta y cobrar las ayudas”
Es el único ganadero extremeño que este año ha hecho la trashumancia hasta León, donde permanecerá junto a sus 1.550 ovejas hasta mediados de octubre
Es el segundo año que José Manuel Sánchez recorre con su rebaño de 1.550 ovejas, y la ayuda de su padre y sus dos tíos (los tres septuagenarios), los más de 600 kilómetros que separan Huertas de Ánimas (Cáceres), donde nació hace 44 años, de Valverde de la Sierra, en León. Allí, en el parque regional de los Picos de Europa, permanecerá con el ganado hasta el 15 de octubre, viviendo en una cabaña con lo mínimo. Su única compañía, salvo algunos días que recibirá la visita de su mujer y sus dos hijos, es la de las ovejas. Asegura que si se las mezclan con otro hato las identifica a todas.
Pregunta. Es de los pocos ganaderos que hace la trashumancia a pie, ¿le gusta cumplir con esta tradición?
Respuesta. En España hay cuatro o cinco que yo conozca, que lo hacen. Es duro, hay que ir andando y siempre pendiente del ganado, durmiendo a la intemperie, en tienda de campaña o al aire libre. Llevamos un remolque para llevar la comida o transportar a alguna oveja, y también un burro. Este año he sido el único que la ha hecho desde Extremadura. Nadie lo quiere hacer. La gente joven no quiere trabajar en el campo. Prefieren irse de fiesta, porque este trabajo es muy sacrificado, y cobrar las ayudas que dan. El problema es que se le da dinero fácil a la gente. El paro, las ayudas de 400 o 500 euros, y ya nadie quiere hacer un trabajo de este tipo. Tuve a una persona hace poco y 15 días me duró.
P. ¿Cuánto gana un pastor?
R. Eso es relativo. Se puede cobrar entre 1.600 y 1.800 euros limpios, con un rebaño de 1.500 ovejas. También depende de si se tiene finca propia o de alquiler. Yo la tengo de alquiler y estoy solo. Unas veces ganas más y otras menos. Y si tienes a una persona se te van las ganancias. Es muy sacrificado. Hay que estar todos los días, no existen los fines de semana libres porque el ganado come y hay que atenderlo a diario.
P. ¿Esa es la razón por la que no hay más pastores?
R. Hay escuelas de pastores que forman poco en la práctica. Es bueno estudiar y aprender, aunque lo que hay que saber es andar con el ganado. Debería haber más pastores, pero la gente quiere tener los fines de semana libres. A los jóvenes habría que animarlos a ir al campo. Es un trabajo bien pagado, aunque en cuanto oyen que hay que trabajar las fiestas ya no quieren. Nos estamos volviendo muy vagos. Yo he llegado a ofrecer bastante dinero y no he recibido respuesta. Ya se está viendo en otros trabajos. En la hostelería está pasando. A los albañiles y a los camioneros, también.
P. ¿Cómo se organiza, le queda tiempo libre?
R. Cuando estoy en Extremadura tengo más tiempo libre. Me levanto temprano y así puedo desenredarme un poco durante el día, pero si no se puede ir de fiesta no se puede. Yo me he perdido muchas fiestas, porque el ganado es lo primero. Si te paren mil ovejas tienes que estar ahí. Aquí, en Valverde, estoy todo el día con ellas. Vivo en una cabaña, tengo luz para una bombilla, cojo el agua para lavarme de un riachuelo que tengo a 50 metros, me aseo en el campo, duermo en unos tableros tipo litera, tengo una cocina de butano, una chimenea antigua y un foco de placas solares. Puede parecer raro, pero a mí me gusta.
P. ¿Siempre quiso dedicarse a este oficio?
R. Siempre. A mí me enseñó todo mi padre, a saber lo que se debe y lo que no se debe hacer. Cuando llegaba del colegio tiraba la cartera y me iba corriendo detrás de él, con las ovejas. Me encantaba. Todos los días deseaba que llegara ese momento. Seré pastor hasta que me jubile. Me gustaría que se modernizara un poco, que hubiera ayudas, que se pagaran bien los precios, como el de la lana. Que hubiera un equilibrio. Los piensos están muy caros, y debería haber mayor consumo de carne cordero.
P. ¿Usted tiene relevo en casa?
R. A mis hijos, una niña de 15 años y un niño de 12, les gusta esto de las ovejas. Si deciden dedicarse a ello tampoco me disgustaría, pero sí me gustaría que tuvieran a alguien más trabajando con ellos para que estuvieran más libres.
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