Adiós al usar y tirar: un nuevo modelo de consumo se abre paso
A la espera de la nueva regulación sobre la economía circular, cada más empresas y consumidores eligen reparar antes que reemplazar productos

Cuántas veces hemos oído aquello de “cuesta más reparar la cafetera que comprar una nueva”? Durante décadas, la cultura del usar y tirar ha marcado nuestra forma de consumir, dejando tras de sí montañas de residuos. Pero algo está cambiando: cada vez más empresas y consumidores apuestan por reparar en lugar de reemplazar, alargando así la vida de los productos y fomentando un modelo más circular y sostenible.
Según el Estudio de Sostenibilidad y Consumo 2025 de Cetelem, ocho de cada 10 españoles valoran que los productos incluyan índices de reparabilidad y durabilidad, y un 66% incluso pagaría más por esta información. Las compañías saben que sumarse a esta tendencia fideliza clientes, pero, aun así, muchas lo hacen con cautela: “Los costes de mantener un stock de repuestos o de extender la garantía de calidad les frena”, apunta una fuente del sector.
Garantía de hierro
Patagonia es uno de los ejemplos más claros de cómo la reparación puede integrarse en la filosofía y el negocio de una empresa. Fundada en 1973, la marca estadounidense ha conseguido que su centro de Reno (Nevada) sea el mayor taller de ropa de Norteamérica, además de contar con más de 110 en todo el mundo. Solo en 2024 reparó más de 100.000 artículos, 30.000 de ellos en Europa. Bajo su “Garantía Irrompible”, animan a reparar convencidos de que esta tendencia se impondrá. “Es estupendo ver que cada vez más marcas ofrecen estos servicios”, destacan desde la compañía. Los beneficios son claros: prolongar una prenda apenas nueve meses reduce en un 27% las emisiones de CO₂, en un 33% el consumo de agua y en un 22% los residuos.
Decathlon, que tiene en España su segundo mercado por facturación con 178 tiendas, también fue pionera. Su primer centro en Badalona, inaugurado en 1992, ya contaba con un taller. Hoy su red internacional supera los 1.700 en todo el mundo, 143 de ellos en nuestro país. Solo en 2024 reparó más de tres millones de artículos, 439.000 en España. La compañía insiste en que los talleres no son un gasto, sino la clave para desarrollar modelos de negocio circulares. Desde 2002 ha profesionalizado el servicio: arreglos rápidos en tienda, y los más complicados —caso del afilado de esquís— en talleres urbanos o servicios especializados en centros regionales, en León o Barcelona.
A veces, que las cosas duren es seña de identidad. Como explican desde Tous, “la joyería es lo contrario al modelo de usar y tirar: una joya la guardas, la conservas, la reparas y la heredas de generación en generación”. La tradición empezó en 1965, cuando Rosa Oriol, cofundadora, abrió en la trastienda de su tienda en Manresa un pequeño taller donde “remontaba” joyas. Hoy gestionan más de 700.000 servicios al año en 51 talleres de 25 países con 340 joyeros artesanos, y forman a jóvenes en la TOUS School de Manresa, abierta en 2018 para preservar el oficio.
Apuesta por lo local
Un ejemplo más reciente con gran acogida es Zara Pre-Owned, lanzado en 2022 en Reino Unido y extendido en 2023 a 16 mercados europeos —incluido el español—, así como a Estados Unidos el pasado año. Permite vender o donar prendas, y también arreglos de cualquier prenda de Zara —desde botones y cremalleras hasta costuras— con precios entre 2 y 6,5 euros (en España). “Las reparaciones solicitadas a través de nuestras tiendas son realizadas por más de cien talleres locales, que recogen las prendas dos veces por semana y las devuelven en un plazo medio de dos o tres días”, explican desde Inditex.
En el sector del pequeño electrodoméstico, Jata ha hecho de la durabilidad y el uso de materiales locales su seña de identidad. La empresa navarra garantiza repuestos durante 10 años y combina 13 servicios técnicos externos con un centro en Tudela, donde en 2024 gestionó 15.168 reparaciones —menos que otros años pese al aumento de ventas— gracias a procesos más ágiles. Además, fabrica en España productos clave como planchas de asar, barbacoas y paelleros, y trabaja con proveedores locales para piezas esenciales. “Apostar por la producción local nos permite mantener un mayor control de calidad, impulsar el tejido industrial nacional y reforzar el valor de cercanía que caracteriza a nuestra marca”, explican.
Estos ejemplos demuestran que la reparación empieza a consolidarse como tendencia empresarial y cultural, y aunque queda mucho camino por recorrer, el giro hacia un consumo más circular y sostenible no tiene vuelta atrás.
Contra la obsolescencia y los residuos
Hasta hace poco, la reparación de productos era solo una opción; pronto será una obligación. Según la Comisión Europea, desechar bienes aún útiles suponen 261 millones de toneladas de CO2 más en la atmósfera, consume 30 millones de toneladas de recursos, y genera 35 millones de toneladas de residuos al año, además de que los consumidores pierden unos 12.000 millones de euros al reemplazar en lugar de reparar.
La UE está impulsando normas para que los productos sean más duraderos y fáciles de arreglar, como el Reglamento de Ecodiseño —que exige durabilidad, repuestos y facilidad de desmontaje, e incluye un índice de reparabilidad en la etiqueta energética— y la Directiva de Derecho a Reparar. Esta última directiva garantiza el acceso a piezas, manuales y servicios autorizados. España traspondrá estas obligaciones mediante la Ley de Consumo Sostenible, ahora en tramitación y pendiente de aprobación en Consejo de Ministros.
Por el momento, la OCU recuerda que “solo hay directorios parciales” para localizar reparadores autorizados. Por su parte, APPLiA España (Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Aparatos de Línea Blanca) ha propuesto una serie de medidas para fomentar la reparación: bonos al consumidor (como se hace en Austria, mediante fondos NextGeneration); reducción del IVA en reparaciones (Portugal ha pasado del 23% al 6%); formación de técnicos especializados y control de talleres irregulares sin acreditación, garantizando seguridad y calidad en el servicio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.