Tu vaquero será una mesa: cómo una empresa de Ontinyent lucha contra el residuo textil
Aunque ya existen marcas que mediante el ‘upcycling’ crean nuevas prendas con viejos ‘jeans’, ahora la compañía valenciana Creavalo transforma esta materia prima en objetos para el hogar
¿Cuántos vaqueros hay en un armario? ¿Cuántos se usan realmente? ¿Cuántos de ellos se reciclan? Demasiadas preguntas para un negocio en alza. La web especializada en la industria de la moda Modaes vaticina que el denim sube como la espuma, y anuncia que “se prevé que en Alemania crezca un 3% cada año, mientras que el resto de los mercados europeos alcancen una cifra de 4.600 millones de dólares hasta 2026″. En España, existen firmas como Back To Eco, Infinit Denim y Recover preocupadas por reconvertir esos jeans que se venden exponencialmente en nuevas prendas mediante el upcycling, al procesar los retales denim para crear nuevos hilos; y, a través del recycling, creando tejidos con los que confeccionan nuevos productos a medida.
Sin embargo, lo novedoso es que los desperdicios de los vaqueros, aparecidos allá por 1873 gracias a Levi Strauss y Jacob Davis, se conviertan en materia prima para obtener nuevos objetos. Esta es la idea que ha desarrollado la marca emergente Creavalo, con sede social en la avenida del Textil en Ontinyent, localidad valenciana enfocada históricamente a la industria del tejido, el mismo lugar donde abrió en diciembre de 2022 el Museo del Textil de la Comunidad Valenciana.
En la última Feria Hábitat Valencia y en el ámbito de la última edición de Nude, Salón de Jóvenes Talentos en Diseño que recoge desde hace dos décadas las propuestas más experimentales del mundo del diseño y es una plataforma de lanzamiento y creatividad, Creavalo presentó pequeñas mesas, bandejas, alfombras y paneles decorativos fonoabsorbentes fabricados a partir de vaqueros procedentes del postconsumo. Detrás de su nombre, que habla por sí mismo de su propósito, está el joven Joan Gisbert que explica su objetivo: “Crear valor a partir del desperdicio textil, algo que en principio no sabíamos cómo hacer pero que desarrollamos a partir de la idea de querer darle salida y posicionar el producto resultante a un alto nivel”.
El concepto de dar una nueva vida a los vaqueros surge cuando Gisbert realizaba un programa Erasmus en Holanda y, con formación en Ingeniería Industrial y Gestión Empresarial, trabajó para una empresa que producía productos procedentes del reciclaje hecho a partir de cáscaras de naranja. “Empecé a darle vueltas a la cuestión de que en un futuro próximo todas las empresas deberán tener en cuenta la sostenibilidad y el reciclaje de desechos”, recuerda. Sus investigaciones se apoyan en datos de la Unión Europea que indica que, aproximadamente, se generan 17 millones de toneladas de desperdicio textil al año, lo que significa 12 kilos de textil por persona y año en la UE.
En esta línea, hasta una empresa gigante de mobiliario como es Ikea acaba de lanzar la colección Växelbruk, elaborada a partir de uniformes de sus empleados que han reciclado después de recoger 300 toneladas de la plantilla de sus tiendas europeas, entre los años 2020 y 2022. “Este proyecto piloto tiene como objetivo explorar cómo los uniformes usados se pueden convertir en materias primas secundarias y cómo desarrollar y gestionar el proceso de reciclaje dentro de Ikea, desde la recolección de residuos textiles hasta la producción de nuevos productos”, indican en el lanzamiento de la colección. Ya a la venta en tiendas y online, consiste en hasta 12 artículos textiles, entre cortinas, fundas de cojines, mantas y bolsos hechos con esas fibras recicladas mezcladas con materiales como poliéster reciclado, botellas PET usadas y uniformes con alguna tara.
Pero lo que diferencia a Creavalo es la producción de objetos. Para poner en marcha la imagen de la marca y dar forma a la primera colección, compuesta por el momento por piezas de tamaño pequeño y mediano, han contado con el tándem de diseñadores formado por Ana Segovia y Luis Calabuig, al frente de Odosdesign, que comparten el ideario de Creavalo y, según cuentan, vieron interesante la iniciativa de recoger el desperdicio textil para crear un producto a partir de algo que antes iba al vertedero. “Nos contactó porque es una start up de EDEM, la Escuela de Empresarios de Juan Roig, y nos pidió ayuda para crear la imagen de marca, darse a conocer y hacer la primera colección cápsula que está compuesta por alfombras y pequeñas piezas de mobiliario como mesitas y también un panel fonoabsorbente y jarrones”, comenta Segovia.
Gisbert comenta que, por el momento, y siguiendo la idea de circularidad y sostenibilidad, “quieren empezar a trabajar con el desperdicio nacional, no de otros países, para cuidar la huella de carbono”. Y añade: “Queremos que se expanda como una mancha de aceite porque, según National Geographic, la cifra textil de desperdicio es tan grande que corresponde a un camión lleno por segundo y esto es algo a lo que en Europa ya se le está dando mucha importancia”. En esta firma tienen dos formas de conseguir el residuo. “Por un lado, las empresas que generan mucho residuo, que son más fáciles de rastrear porque el desperdicio postindustrial para ellas está más regulado; y, por otra parte, los desechos textiles que nos llegan también a través de gestores de residuos nacionales. Este es el caso, por ejemplo, de los vaqueros”, detalla.
Su primera colección se llama Cápsula 1, y saldrá al mercado este mes de marzo de la mano de Punt Mobles, empresa con fábrica en Valencia que se encargará de editar la serie creada con Odosdesign que se va a lanzar en el Milán, el mejor escaparate para una presentación. “Vamos a incluir esta colección de pequeñas piezas y mobiliario en nuestro catálogo de muebles porque nos encantó el concepto y también el diseño, además, ya habíamos trabajado con Odosdesign así que fue como la cuadratura del círculo, y hemos decidido poner esto en valor y lanzarlo en el Salone del Mobile de Milan”, comenta Pablo Ramiro, de Punt Mobles. Según indica, los mercados de Estados Unidos y Europa son los más abiertos al concepto de circularidad. “Ya lo estamos moviendo en toda nuestra red de distribución que abarca hasta 40 países de todo el mundo”, añade. “La idea es seguir editando productos que produzca Creavalo con distintos creadores para que se unan a nuestras propias creaciones y también, por otro lado, que nosotros mismos desarrollemos a futuro otras piezas para ponerlas en el mercado”.
Para Creavalo, siendo una empresa emergente y con ideas tan renovadoras como el reciclaje y el upcycling textil convertido en objetos para la casa, “la satisfacción es total porque Punt Mobles es una empresa con un importante bagaje detrás y esto es buena señal”, indica Gisbert. “Este tema ha generado mucho interés por parte de las empresas de mobiliario porque tener desechos y gestionarlos les supone un coste de almacenaje y transporte y la industria está pagando para que se lleven los desperdicios. Si no, llegan a países de África que compran esos desechos y esto está generando un problema grave, de modo que esta idea es única en este tipo de reciclados”, añade Calabuig, de Odosdesign.
Además de los vaqueros, también trabajan con otros materiales textiles como son las sábanas, procedentes de grandes cadenas hoteleras, “porque están más controladas y nos dan más confianza para asegurar la higiene”. También transforman esterillas y recubrimientos de maleteros de automóviles. En el caso de los desperdicios textiles de las cadenas hoteleras, “esto significa quitarles un problema de encima y en Creavalo, además, queremos proponerles que contribuyan a la circularidad comprando productos reciclados, pequeñas piezas de mobiliario en lugar de piezas en madera virgen para equipar los alojamientos”, dice Gisbert.
Los vaqueros proceden de postconsumo aunque han hecho pruebas con material de desecho postindustrial (como recortes o restos de fábrica) y el resultado es el mismo. “Queríamos crear algo bonito y atractivo y por eso nos hemos decidido a hacer bandejas, jarrones, taburetes, panelados para revestir paredes”. La clave está en la forma de trabajo que emplean, consistente en procesos de triturado y compactado que después tratan con entre un 10 y un 15% de aglutinante. “Esto depende de las piezas porque lo importante es que, al llevar poco aglutinante, el producto resultante se pueda volver a triturar y compactar para formar nuevas piezas, de esta forma cumplen con la idea de ser productos reciclados y reciclables”, comenta Gisbert.
Para Odosdesign, “es interesante la firma de trabajo que convierte el residuo textil casi en un polvo, sometido a un proceso de moldes que compactan el producto al que aplican temperatura y presión. Ahora, están explorando la resistencia, empleando barnices inocuos, ya que en esa cualidad está también la idea de sostenibilidad porque permite que los productos tengan mayor durabilidad”. “Queremos evitar que nuestro nuevo producto también llegue al vertedero y genere de nuevo desperdicio”, concluye Gisbert.
Mientras, en lo que respecta a los vaqueros quieren colaborar con marcas como Levi’s, que ya cuenta en sus tiendas con puntos de recogida de sus pantalones para hacer nueva ropa. “Aunque esto genera poco reciclaje, con Punt queremos proponer a las marcas que con sus propios reciclajes de pantalones nosotros los convirtamos en complementos decorativos para sus tiendas”, avanza. Con motivo de la presente edición de Madrid Design Festival, Creavalo se ha presentado al Premio MINI de Diseño para poder estar presentes en esta importante cita a la espera del gran lanzamiento de abril en Milán.
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