¿Hace la moda española sus deberes con la sostenibilidad?
Más de la mitad del mundo se está quedando rezagado para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La industria textil, responsable de entre el 2% y el 8% de las emisiones mundiales de carbono, debe dar ejemplo
Estamos en el ecuador para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Con sólo siete años para culminar el proyecto más relevante de nuestra sociedad, el Informe de Avances en los ODS revela una preocupante realidad: más de la mitad del mundo se está quedando rezagado, registrándose un progreso escaso e insuficiente en más del 50% de las metas, mientras, en un 30%, incluso se observa un retroceso. A pesar de ello, la ONU cree que todavía podemos lograrlo, pero hay que actuar ya.
La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, según la ONU, con un enorme impacto social. Es una gran contribuyente a la crisis ecológica, responsable del 2% al 8% de las emisiones mundiales de carbono, del 20% de la contaminación de agua potable, de un 25% de los insecticidas utilizados. Es responsable también del 9% de los microplásticos liberados a los océanos anualmente.
En el ámbito social, este sector emplea a uno de cada 17 trabajadores del mundo, la mayoría en países en desarrollo, donde los sueldos y las condiciones laborales dejan mucho que desear, como refleja la ubicación del sector en el Índice Global de Esclavitud. A menudo, aunque las empresas cumplen con el sueldo mínimo del país, no llegan al llamado sueldo digno, aquel con el cual la remuneración recibida por semana es suficiente para permitir un nivel de vida adecuado para el trabajador y su familia. En promedio, ganan dos veces menos del salario digno necesario para vivir en condiciones decentes.
Los consumidores seguimos alentando este modelo con nuestras compras: el número de prendas producidas en los últimos 15 años se ha doblado, ya son 62 millones de toneladas de ropa anualmente. La cantidad de ropa comprada en la Unión Europea por persona ha aumentado un 40% desde 1996, casi 26 kilos por persona, que a su vez desecha unos 11 kilos de textil cada año. La mayoría se tira en tres años, y de ella sólo un 1% se recicla en nueva ropa, el 85% es enviada al vertedero o incinerada.
Es verdad que se han hecho grandes avances: materiales más sostenibles, moda circular o la reducción del uso de agua. La mayor conciencia de los consumidores sobre las cuestiones de sostenibilidad ha generado una mayor demanda de productos de moda éticos y ecológicos, alentando a las marcas a adoptar prácticas más responsables. La Comisión Europea está elaborando regulación para hacer que los minoristas de ropa paguen por los residuos que producen, argumentando que las empresas de moda rápida animan a comprar impulsivamente e incentivan la compra de mayores cantidades de ropa. El gigante Inditex anunció en su junta general de accionistas de julio que, para finales de la década, alrededor del 40% de las fibras del grupo español procederán del reciclaje convencional y el 25% vendrán de cultivos sostenibles.
Para Gema Gómez, directora de Slow Fashion Next, plataforma de formación y divulgación en moda, “el modelo convencional de moda rápida y ultrarrápida no va bien a nivel global ni nacional en el cumplimiento de los ODS”. Sin embargo, asegura, existe otro modelo de empresas y profesionales cuyos modelos de negocio han nacido ya con este ADN, o que desde ese modelo predominante van entendiendo la necesidad de cambio. Show Fashion Next, junto con el clúster GK Green Fashion de la diputación foral de Gipuzkoa realizaron en el 2019 un análisis exhaustivo para adaptar los ODS y sus 169 objetivos a la industria de la moda. Pretendían así proveer de información honesta, fortalecer el compromiso hacia una industria sostenible y evitar el greenwashing (blanqueo verde). Como resultado, publicaron una guía que concreta cada ODS con sus metas e indicadores adaptados al sector. “Toca empezar a hablar de soluciones concretas”, dice Gema Gómez. “Esta guía sirve como hoja de ruta para la transformación del sector. Ser insostenible tiene un coste y ser sostenible tiene un valor”.
También han creado el directorio modaimpactopositivo.com, donde las marcas pueden comparar estos criterios con su actividad y saber de qué manera directa afecta su trabajo a los ODS. Incluye para cada marca sus certificaciones en materia de sostenibilidad, así como información mapeada de la cadena de suministro de la marca. Toda esta información genera “el informe ODS”, en el que se recoge detalladamente cómo cada marca trabaja los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y la compara con el resto del sector. Sirve, de esta manera, también de herramienta para los consumidores.
Queda mucho que hacer y muy poco tiempo. Consumidores, marcas y proveedores tenemos que remar en la misma dirección. Esta guía es un paso más en este sentido. Y una base para que otros sectores se pongan manos a la obra.
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