José Manuel Sánchez: “Vivimos malos tiempos para la jardinería, un oficio antaño noble pero actualmente en horas bajas”
Este ingeniero agrícola lleva 25 años ampliando su conocimiento sobre plantas cultivadas en parques, jardines y casas. Es también autor de seis libros sobre la flora ornamental española y ha creado una página web en la que se puede consultar y aprender sobre cientos de especies distintas
José Manuel Sánchez de Lorenzo-Cáceres nació para ser jardinero. Este canario de Santa Cruz de Tenerife estudió Ingeniería Técnica Agrícola en La Laguna, en la especialidad de Jardinería y Hortofruticultura. Así pudo dar rienda suelta a su pasión por la botánica. Desde hace más de 25 años vuelca parte de su amplio conocimiento sobre las plantas cultivadas en parques, jardines y casas en su página web Árboles Ornamentales. En ella se puede consultar y aprender sobre cientos de especies distintas, gracias a su generosidad a la hora de compartir, como lo atestiguan las miles de visitas que recibe cada semana.
PREGUNTA. Dejó Tenerife para comenzar una actividad profesional en Murcia. ¿Qué labor ha desempeñado allí?
RESPUESTA. Fijé mi residencia en Murcia en 1980, desarrollando mi actividad profesional en el Servicio de Parques y Jardines de su Ayuntamiento, donde permanecí hasta mi jubilación, en 2015. Durante todos esos años realicé numerosos cometidos, como gestión de los viveros municipales, tareas de mantenimiento integral de zonas verdes, control de plagas o trabajos de corte más administrativo, como informes técnicos o campañas de divulgación.
P. Para alguien que no conozca la Murcia más jardinera, ¿qué rincones verdes murcianos recomienda?
R. Aunque Murcia cuenta con muchísimos parques y plazas ajardinadas distribuidas por toda la ciudad, carece aún de un gran parque de al menos 20 o 30 hectáreas. De los actuales jardines destacaría el Jardín de Floridablanca por su antigüedad, ya que data de mediados del siglo XIX; el Huerto López Ferrer, por ser vestigio de un jardín hispanomusulmán; los jardines del Malecón, por la diversidad de su vegetación, con más de 80 especies arbóreas diferentes; o el pequeño y moderno Jardín de San Antonio, por considerarlo sencillo pero coqueto.
P. Si una persona quisiera dedicarse profesionalmente a la jardinería, ¿qué camino podría recorrer para conseguirlo?
R. Vivimos malos tiempos para la jardinería, un oficio antaño noble y que exigía conocimientos diversos, pero actualmente en horas bajas, al menos con relación a las zonas verdes públicas, en cuyo mantenimiento predominan empresas privadas que, a menudo, contratan personal de baja cualificación. Hoy ya casi no hay escuelas de jardinería en España, y para dedicarse a ello profesionalmente lo aconsejable sería realizar estudios de FPII, como Técnico Superior en Gestión y Organización de los Recursos Naturales y Paisajísticos, o estudios universitarios de Ingeniería Técnica Agrícola. También se imparten estudios y cursos diversos en la Escuela de Paisajismo y Jardinería Castillo de Batres de Madrid, o másteres universitarios como los de las Universidades Politécnicas de Valencia y Madrid.
P. ¿Qué cree que hace falta en España para mejorar en la gestión de las zonas verdes?
R. Sin duda hace falta lo principal: seriedad y congruencia. Continuamente, y a lo largo del tiempo, hemos visto cómo se han elaborado y aprobado planes, agendas, guías, ordenanzas e incluso leyes relacionadas todas ellas con nuestras zonas verdes o con la gestión y protección del arbolado. Pero seguimos viendo, por ejemplo, cómo aún se sigue maltratando al arbolado con podas, terciados y desmoches alarmantes, o cómo se sigue abusando de pavimentos duros que dificultan la infiltración del agua de lluvia. ¿Entonces, dónde está la sensatez y la coherencia? Creo que hay todavía demasiados intereses económicos y una clase política lamentable, que impiden o dificultan esa mejor gestión.
P. Sorprende la generosidad de su página web, en la que ofrece contenido técnico de mucha calidad de forma gratuita. ¿De dónde proviene esa otra pasión que tiene por compartir sus conocimientos?
R. Siempre me gustó la divulgación, siendo prueba de ello todos los artículos y libros escritos hasta la fecha, muchos en coautoría, o mi participación en cursos y congresos. Fue una lástima que la publicación de Flora Ornamental Española se quedara a medias por la crisis económica, publicándose solo seis tomos. Pero como sigo trabajando en la botánica de las plantas ornamentales lo que voy elaborando lo pongo a disposición de todos, en Facebook y también en mi página web, no importándome en absoluto compartir con los demás todo lo que descubro y aprendo.
P. ¿Qué parques públicos le han cautivado en España?
R. Aunque he visitado jardines públicos de muchas ciudades españolas, por mi deformación botánica me fijo más en las plantas de un jardín que en sus trazados y diseño, aunque también sea capaz de apreciarlos. Por ello, el que más me ha cautivado es, sin duda y con diferencia, el parque García Sanabria de Santa Cruz de Tenerife, todo un jardín botánico debido a la abundancia y exotismo de las especies que podemos encontrarnos, seguido a continuación, y por razones similares, del parque de Málaga.
P. Entonces, ¿qué especies vegetales centran más su atención?
R. Sin duda todas aquellas de marcado acento tropical y subtropical. Me cautivan algunos géneros, como Ficus —del que llevo tiempo preparando una publicación—, Peperomia, Euphorbia… Pero, de una forma especial, me interesan todos los árboles.
P. ¿Y considera que hay algún grupo de plantas poco utilizadas en la España más mediterránea y que debiéramos potenciar su uso?
R. Sabido es que en el mundo hay cuatro zonas más con un clima mediterráneo parecido al nuestro, y el mercado lleva tiempo apostando por novedades procedentes de estos lugares con muy buenos resultados. De hecho, en mi web pueden encontrar un PDF que versa sobre el interés y uso de estas plantas en Murcia.
P. ¿Podría describir cómo sería su jardín ideal?
R. Mi jardín ideal trataría, sin duda, de imitar en lo posible a la naturaleza, con masas boscosas sombrías en donde perderte, espacios abiertos con menor densidad de arbolado, praderas naturales donde domina el sol y, por supuesto, la necesaria presencia del agua, ya sea de forma estática en estanques o en movimiento en fuentes y canales.
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