Arranca el juicio por el crimen de Conchi, asesinada en su tienda de Tirso de Molina para robarle 200 euros
En el banquillo, frente a un jurado popular, se sientan un hombre y una mujer españoles, en un caso que Vox usó para criminalizar inmigrantes propagando bulos


Los hechos que se juzgan desde este lunes en la Audiencia Provincial de Madrid con un jurado popular se remontan al 3 de julio de 2023. Hacia las 13.15 horas, Jesús Martínez Sánchez, de 60 años, entró con Estrella García San Román, de 58, en la tienda de Conchi Ortega, de 63, un establecimiento histórico de uniformes de trabajo, que lucía en el número 4 de la Plaza de Tirso de Molina de Madrid bajo el rótulo de “Vistebien”. Los dos supuestos clientes entablaron una breve conversación con la propietaria de la tienda y, según la narración del escrito de la Fiscalía, en cuanto Conchi —como la víctima era conocida en el barrio— se dio la vuelta, el acusado se abalanzó sobre ella empuñando un cuchillo que previamente sacó del bolsillo derecho de su pantalón. Por contra, su acompañante, Estrella García, huyó supuestamente hacia la calle al presenciar la violenta escena.
La Fiscalía entiende que el hombre amenazó a la dueña de la tienda con el arma y la obligó a abrir la caja para darle el dinero, unos 200 euros, además de quitarle su teléfono móvil. Y que fue justo en ese momento cuando se produjo un forcejeo entre ambos que terminó con la muerte de Concha, desangrada por las seis puñaladas que Jesús Martínez le asestó, una primera directa al corazón y las demás en el cuello. Pide la fiscal 30 años de prisión para el acusado, cinco por el robo con violencia con arma y 25 por el asesinato con el agravante de ensañamiento; mientras solicita tres años de cárcel para la mujer por un delito de encubrimiento.
La acusación particular, representada por la abogada Nuria Zapico, entiende que, además de ensañamiento, el crimen se produjo con alevosía, por lo que solicita más de 30 años de cárcel para el presunto autor material del asesinato. Y el máximo establecido en la ley por el delito de encubrimiento para la acusada.
Por su parte, la defensa del acusado, que ha reconocido los hechos, ha alegado que éste tenía afectadas sus capacidades volitivas por encontrarse bajo los efectos de las drogas y el alcohol y padecer trastornos mentales de otro tipo, y pide que se califiquen los hechos de homicidio, con reducción de uno o dos grados en el tipo penal por esas atenuantes.
Y la defensa de la acusada niega que ésta haya incurrido en un delito de “encubrimiento” porque, ha asegurado el abogado, Estrella García desconocía por completo las intenciones de Jesús y, cuando conoció lo sucedido —“al día siguiente”—, se vio presa de un “miedo insuperable” que le impidió denunciar los hechos a la policía. Las versiones de los dos acusados son coincidentes.
Desde su detención, Jesús Martínez se encuentra en prisión provisional, mientras que Estrella García salió de prisión a los pocos días, el 2 de agosto de 2023. Por este juicio con jurado popular, que se prolongará a lo largo de las dos próximas semanas, está previsto que comparezcan los policías que intervinieron en la detención y la investigación posterior a los hechos, testigos que se encontraban en la plaza ese día a esa hora, los familiares de Conchi (sus dos hijos y su cónyuge), forenses, psicólogos y psiquiatras. Además, se visionará el vídeo de las cámaras de seguridad de la tienda que muestra buena parte de la secuencia de los hechos.
Bulos racistas
Varios líderes de Vox y del movimiento de ultraderecha Desokupa se apresuraron en su día a acusar por las redes a “los inmigrantes” de este crimen, pese a que la Policía adelantó que buscaba a dos delincuentes habituales españoles, los ahora acusados, a quienes localizó juntos a las pocas horas en el domicilio de Estrella García, en la habitación número 3 del Hostal Diana, a escasos metros del lugar del crimen, en la calle Relatores de Madrid. Allí guardaban también el teléfono móvil sustraído a la víctima. Y allí fueron detenidos el mismo día 4 de julio de 2023 con 110 euros procedentes del robo cometido el día anterior.
Tras las detenciones, la Fiscalía indagó sobre las posibilidades de acusar de un presunto “delito de odio” a los líderes de ultraderecha que habían propagado por las redes sociales bulos de tinte racista y xenófobo en relación a este asesinato, asegurando que había sido cometido por inmigrantes y contribuyendo a la criminalización de este sector de la población. Sin embargo, las investigaciones policiales fueron inútiles ante la dificultad de seguir el rastro de esos infundios por las redes para llegar a los autores de los mismos.
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