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Montecarmelo no encuentra su fosa común

Terminan sin éxito las prospecciones arqueológicas que buscaban los restos de 451 brigadistas internacionales en una zona aledaña al cementerio de Fuencarral

Montecarmelo Madrid fosas comunes
la escavadora y los arqueólogos de Arqueoantro en la parcela de Montecarmelo durante el primer día de catas, en enero de 2025.Claudio Álvarez

No han encontrado nada. Las excavadoras de la asociación científica Arqueoantro se van de Montecarmelo después de tapar los agujeros que han hecho durante las dos semanas que ha durado la búsqueda de una fosa común. El Ministerio de Memoria Democrática solicitó permiso al Ayuntamiento de Madrid para buscar los restos de 451 brigadistas internacionales enterrados en la parcela que hay detrás del cementerio de Fuencarral. Los arqueólogos están elaborando un informe en este momento y, hasta que no se lo envíen al Ministerio, no se decidirá si solicitar más catas, señala una fuente de la Secretaría de Memoria. Es la segunda vez que se realizan trabajos de búsqueda en esa zona. Los vecinos del barrio esperaban que apareciera la fosa para que el Ayuntamiento de Madrid no pudiera colocar un cantón de limpieza allí.

Existen evidencias documentales de que los brigadistas fueron exhumados y trasladados a la “a la fosa común del cementerio de esta localidad”. Así figura en la trascripción del pleno del 15 de julio de 1945 del Ayuntamiento de Fuencarral, municipio que fue absorbido por Madrid en 1951. El problema ahora es que nadie sabe donde está exactamente esa fosa.

Arqueoantro realizó un estudio con imágenes aéreas de 1956 en las que se ve que el terreno había sido modificado. Años más tarde, toda la parcela trasera del cementerio fue usada durante como escombrera, lo que volvió a modificar el terreno y ahora complica los trabajos de excavación. “De momento, en la cota de 18 metros de profundidad, no han encontrado nada”, señala una fuente de Memoria.

Javier Iglesias, el arqueólogo al frente de los trabajos, cree que habría que buscar en más puntos y a mayor profundidad: “Es mucho terreno a prospectar, casi 90.000 metros cuadrados y con zonas que superan los 20 metros de relleno de escombros”. Sin embargo, los dos puntos en los que se ha buscado solo suman 729 metros cuadrados. El primero de ellos, al que han llamado Zona A, mide 510 metros cuadrados. El otro, la Zona B, tiene 219.

Para encontrar la fosa, hay que quitar toda esa capa de terreno dura y, una vez se llegue al nivel natural del suelo, seguir excavando. Algo que ha sido imposible hacer en las dos semanas de las que disponían. Los trabajos se adjudicaron por un contrato menor de 15.000 euros que ha pagado el Ministerio de Memoria Democrática. Alargar el plazo engordaría la factura.

La principal hipótesis que manejaban los arqueólogos era que se había aprovechado la depresión natural de una vaguada para colocar los cuerpos y luego echar tierra encima. Durante 15 días se han hecho catas en parte del lugar donde estaba la depresión del terreno, pero no en toda. Iglesias no descarta incluso que la fosa pueda estar bajo el suelo del cementerio, ya que en la época en la que se emitió la orden de exhumación era mucho más pequeño y después fue ampliado.

El Ayuntamiento planea construir en esa zona un cantón de limpieza y una base del servicio de limpieza urgente. Los vecinos de Montecarmelo se han movilizado contra el proyecto desde que lo conocieron. La búsqueda de la fosa les daba la esperanza de que, de aparecer, el Gobierno de la Nación declarase el sitio como Lugar de Memoria y obligase al Consistorio a buscar una nueva ubicación. Por el momento, parece que no va a ser así.

Es la segunda vez que el Ministerio busca una fosa común en esa zona. Las primeras prospecciones se hicieron en agosto del año pasado. En ese momento, buscaron en los dos puntos que el Ayuntamiento de Madrid autorizó tras realizar un estudio de georradar y encontrar anomalías en el terreno. Sin embargo, los arqueólogos querían buscar desde el principio en los dos puntos en los que han buscado ahora.

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