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Continúa la pesadilla en los pisos del Plan Vive de Ayuso en Alcorcón: un muro caído, cucarachas y más desniveles en los suelos

Los inquilinos beneficiados del plan de alquiler asequible de la Comunidad de Madrid suman a su lista de dolores de cabeza la caída de un muro por un supuesto “efecto vela”

El muro caído el viernes 2 de agosto en la promoción del Plan Vive de Alcorcón, en una foto cedida por los vecinos.
El muro caído el viernes 2 de agosto en la promoción del Plan Vive de Alcorcón, en una foto cedida por los vecinos.
Ana Puentes

En Alcorcón corrió una racha de viento el viernes en la tarde y comenzó la pesadilla de tres vecinos de la segunda promoción del Plan Vive, el programa “estrella” de alquiler asequible de la Comunidad de Madrid. Por un “efecto vela”, según la Consejería de Vivienda, los paneles de cañizo bambú que habían instalado los residentes de un bajo se vinieron al suelo con todo y muro. La pared se desprendió de cuajo en el suelo y causó grietas en los otros dos bajos de al lado. A la escena en el número cuatro de la calle de África, llegaron Bomberos, Policía Municipal, la gestora y los residentes que, perplejos, sumaban otro daño a la lista de problemas que ha dado la forma en que terminaron las zonas comunes y los pisos entregados.

La caída del muro, por fortuna, no terminó en tragedia. Los bloques, el vallado y el cañizo cayeron sobre el parque infantil pero, a la hora del incidente, no había niños usándolo. El Ayuntamiento de Alcorcón ha recordado que este suceso se agrega a otras denuncias que se han hecho sobre las dos primeras promociones del Plan Vive en el municipio, donde hay dos promociones con 274 viviendas entregadas entre marzo y abril. “Llevamos mucho tiempo denunciando el Plan Vive [...] por los elevados precios de las viviendas en alquiler, la repercusión del IBI y las bajas calidades. Hoy añadimos que son inseguras: se cayeron muros por unas ráfagas de viento que no garantizan la seguridad de los vecinos”, ha criticado la alcaldesa Candelaria Testa (PSOE). El Consistorio ha habilitado dos direcciones de correo electrónico ―fase1planvive@ayto-alcorcon.es y fase2planvive@ayto-alcorcon.es― para que los inquilinos se pongan en contacto y, así, ayudarles a reclamar los arreglos a la empresa constructora. Sin embargo, la competencia no es municipal, sino de la Comunidad de Madrid.

El Plan Vive es una de las grandes banderas de la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que en la campaña de 2019 prometió construir 25.000 viviendas en alquiler asequible. Cinco años después, la promesa se ha rebajado a 8.500. Las promociones se construyen a través de una alianza público privada, en la que la Comunidad de Madrid cede el suelo y las empresas ganadoras de los contratos construyen y explotan los alquileres “asequibles” en concesión durante 50 años. A la fecha, se han entregado 274 de estos pisos en Alcorcón y 209 en Tres Cantos.

Aunque la Consejería de Vivienda señala que la fuerte tormenta de esa tarde fue la que provocó el accidente, al menos tres vecinos consultados por este diario coinciden en que a esa hora no estaba lloviendo y que el viento que pasó fue fuerte, pero que han tenido otros peores. “Por lo visto era cuestión de tiempo. Los bomberos al llegar se sorprendieron porque no tenía cimentación”, comenta por teléfono B., uno de los residentes que da su testimonio bajo anonimato por temor a represalias. Sin embargo, Vivienda asegura que todo se construyó en regla. “El muro de cerramiento de bloques de hormigón está apoyado en el nivel inferior del forjado de la planta baja y está reforzado con armadura metálica de celosía de acero galvanizado en sus tendeles horizontales y cumple con las condiciones técnicas necesarias para su posición y uso”, responde la Consejería por correo electrónico.

La Consejería de Vivienda recuerda que está prohibido colocar elementos sobre las verjas exteriores. Este fin de semana, incluso, se pidió a los residentes de los bajos quitar las ocultaciones que habían instalado para ganar privacidad en sus terrazas, que dan tanto a la calle como a las zonas comunes del conjunto. El Manual de Uso redactado por la empresa Culmia y entregado a los inquilinos a través de una app se advierte de que “no se colgará de la verja ni se fijará sobre ella ningún objeto”. Sin embargo, los vecinos de la primera promoción entregada en Alcorcón―la de la calle Ocho de Marzo― recibieron un documento de la empresa gestora de los pisos de alquiler en la que sugerían materiales como las redes de cañizo bambú o de brezo natural para cubrir las verjas de los bajos. Los inquilinos de la calle de África imitaron a sus vecinos y también cerraron sus terrazas. Aunque han pasado más de tres meses desde que llegaron a los pisos, algunos vecinos de los bajos confirman de que la gestora no les había dicho nada por las ocultaciones instaladas.

Vista desde arriba de los daños tras la caída del muro en la promoción del Plan Vive de Alcorcón.
Vista desde arriba de los daños tras la caída del muro en la promoción del Plan Vive de Alcorcón. PSOE

Uno de mucho males

La caída del muro no es la única incidencia que han sufrido los residentes de la segunda promoción del Plan Vive. Los que se han contactado con EL PAÍS cuentan que tienen cucarachas en las zonas comunes y también en algunos pisos, que el garaje tiene goteras y que los suelos de los apartamentos tienen desniveles. Algunas de las quejas coinciden con otras incidencias que denunciaron a este diario los residentes de la promoción vecina de la calle Ocho de Marzo.

La empresa constructora da un año de garantía en el que “responderá de los daños materiales por vicios o defectos de ejecución que afecten a elementos de terminación o acabado de las obras”, según dice el Manual de Uso. Los inquilinos deben reportar esos incidentes o desperfectos a través de un app y, entonces, la empresa gestora los atiende. “Pero hay unas que aceptan y otras no”, denuncia N., otra afectada. N., por ejemplo, asegura que su plaza de garaje no tiene las medidas mínimas: 215 centímetros en lugar de 220 centímetros. “Otra vecina y yo también hemos denunciado que nuestro trastero debería tener 5,31 metros cuadrados, pero en la realidad tienen poco más de cuatro”, agrega N. “También tengo problemas grietas en el muro del piso que da a la terraza y problemas con esa puerta. ¡Una vez me quedé fuera de casa! Y dos meses después, siguen sin resolver esa incidencia”, critica la inquilina.

En otras ocasiones, ha sido peor el remedio que la enfermedad. B., por ejemplo, era uno de los vecinos con desniveles en el suelo y casi no da con la solución. “Me levantaron el suelo dos veces porque el primer arreglo quedó mal hecho”, resopla B., que espera que esperar no encontrar más “sorpresas” en los siete años que dura su contrato de alquiler.

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