Experiencias más allá del postureo: tres locales de moda para comer y beber de verdad
Bakan, En Bruto y Ultramarines del Coso son restaurantes en donde descubrir otros mundos a través del sentido del gusto
Si de experiencias que son tendencia se trata, Madrid está llena de ellas. Pero, ¿a qué precio? Una de las principales razones que tiene un madrileño para sentarse en una terraza en plena Puerta de Alcalá es el postureo. Es así y hay que aceptarlo. No hay otra razón por la que sea aceptable pagar ocho o más euros por una simple copa de vino. Al preguntar a varios clientes, todos coinciden en lo mismo: quieren ver y ser vistos.
La realidad es que todos quieren demostrar que tienen el dinero para ello. Con todo y con eso, entre tanta foto, aún es posible encontrar muy buena gastronomía. Es el caso de la propuesta del Bakan, un local que sorprende por su profundo conocimiento de la gastronomía mexicana.
Pero si de tendencias se trata, ninguna supera el café de especialidad, que ha llenado la ciudad de locales que cobran más de cinco euros por lo que siempre ha sido un cortado. En Bruto, sin embargo, se sale de la norma al apostar por la sencillez: cocina y café a precios razonables y a la vista de todos.
Por último, si de verdades se trata, últimamente, encontrar una terraza en Malasaña se ha vuelto casi un deporte de alto riesgo. El barrio está de moda y los tenderos se aprovechan de ello para cobrar extra por consumir fuera: solo dan una hora a los clientes y la atención deja mucho que desear. Sin embargo, Ultramarines del Coso abrió sus puertas hace tan solo unos meses y ha sorprendido a los vecinos con sus buenos vinos y comida.
México en plena Puerta de Alcalá
¡Bienvenidos a México! Bakan (situado en la plaza de la Independencia, 5) es un restaurante con vistas a la Puerta de Alcalá. Está rodeado de cactus y las paredes de su interior están decoradas con maíz criollo y artesanías típicas. El lugar se ha vuelto punto de encuentro para toda la jet set mexicana, la misma que disfruta de sentarse en su terraza a tomar margaritas y comerse unos buenos tacos como si estuvieran en su tierra.
El lugar destaca por su especialidad en platos con el maíz criollo y su nixtamalización, los asados a la leña y su propuesta de más de 250 mezcales. “Los granos los importamos directamente desde el Valle del Chalco, lo que nos permite garantizar la cremosidad en las tortillas, compuestas exclusivamente de maíz y agua”, aseguran los responsables del local mientras enseñan las pequeñas pepas azules de mazorca.
En Bakan hay que empezar con unas margaritas, pedir un guacamole para el centro de la mesa y unos esquites. De optar por los tacos, el de entraña es muy bueno. Para terminar, el volcán de chocolate.
Un ‘coworking’ con su propio obrador de pan
En Bruto (en la calle de San Lucas,13) es un nuevo local muy difícil de definir. Es una cafetería con café de especialidad en donde se puede ir a trabajar con el ordenador, pero también es un obrador de pan, pero también hacen su propia kombucha, la bebida de moda hecha a partir de té fermentado con hongos y azúcar. Por hacer, hasta se dedican también a dar sus propias clases de cocina. Todo en un mismo lugar. “Somos multidisciplinares”, intenta explicar su portavoz.
El sitio es ideal para pasar la tarde trabajando en sus grandes mesas si uno anda por el barrio de Salesas. Además, tiene un menú del día por 14 euros. Eso sí, suele estar lleno.
“Queremos impulsar cada vez más eventos en el local de team building y de after work para que nuestros clientes se conozcan entre ellos. Nos encanta el ambiente que hemos creado”, asegura el portavoz.
La taberna madrileña elevada otro nivel
Ultramarines del Coso (en la calle de San Joaquín,16) es la última apertura del Grupo Lamucca en la plaza de San Ildefonso, en pleno Malasaña. “El local nace con la intención de convertirse en el vecino del que todo el barrio habla”, dicen sus responsables.
El restaurante está dividido en cuatro espacios diferentes. La bodeguita es como las antiguas tiendas de ultramarinos: sirven muy buenos vinos acompañados de queso. La taberna es ideal para desayunar y tomar algunas cervezas. Finalmente, destacan la terraza, que siempre está llena, y el restaurante, en donde la especialidad de la casa es el brioche de mantequilla ahumada con anchoa, las alitas de pollo de corral al estilo koreano, las patatas bravas y la ensaladilla. El local cuenta con su propio ahumador y eso le da mucha magia a su comida.
“Queríamos hacer un restaurante con alma de tasca del siglo XX, a cargo del chef Andy Borman, El Flaco, que fusiona la esencia de la típica taberna madrileña con elementos de la cocina nórdica y viajera”, explican los responsables del negocio.
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