Los pactos secretos en Leganés: de la “Meloni pepinera” de Vox al cordón sanitario contra el PSOE

Habían pasado cuatro minutos de entrevista cuando la líder de Vox en Leganés, Beatriz Tejero, hizo un anuncio sorpresa. “Lo voy a decir ahora mismo aquí por primera vez”, avisó al locutor de LGN Radio este jueves, preparando el terreno para una noticia de impacto para este municipio madrileño de 190.665 habitantes. Tejero ha sido apodada la Meloni pepinera, una versión local de la presidenta italiana, Giorgia Meloni. Su gesto era de enfado. El día anterior habían tenido un pleno bronco. Se había votado destinar los 28 millones de euros del superávit del año anterior a ocho inversiones que iban a beneficiar a los vecinos, pero no salió nada adelante porque la oposición, incluida Vox, tumbó todas las propuestas de los dos partidos que gobiernan desde el año pasado en minoría, el PP y el pequeño partido local, Unión por Leganés (ULEG).

“Vox tiene un acuerdo firmado con el PP desde el 20 de marzo”, anunció Tejero al micrófono, disgustada porque presuntamente, en el pleno del miércoles, el alcalde, Miguel Ángel Recuenco, no había respetado ese pacto. La gresca estaba servida. No tanto por lo que pudiera decir Recuenco, quizá molesto por esa revelación, sino por el aparente compromiso en que ponía al socio junior de la coalición, Carlos Delgado, el teniente de alcalde y jefe de ULEG. Tras las elecciones de mayo de 2023, Vox quedó fuera del Gobierno local por el veto de ese partido vecinal que se autorretrata como progresista.

En la entrevista, Tejero había afirmado que Delgado conocía el acuerdo, así que la izquierda se lanzó a por él. El PSOE lo acusó de ser “cómplice” y Más Madrid, de haber abierto la puerta a los ultras. Aunque ULEG se presenta como progresista, la izquierda lleva tiempo asociándolo con la derecha. En la campaña de las municipales del año pasado, habían aparecido por las calles unos folletos anónimos que aseguraban que ULEG ocultaba a los votantes su intención de pactar el Gobierno con Vox y con PP. Finalmente, Delgado se alió únicamente con los populares y estos consiguieron una de las alcaldías más relevantes del cinturón rojo madrileño. Leganés había sido gobernada por el PSOE desde 2015.

Ahora, tras la revelación de Tejero, Delgado ha mantenido que desconocía ese pacto de marzo entre los dos partidos de derecha. Ha desafiado en un tuit a la Meloni pepinera, retándola a publicar ese acuerdo y comprometiéndose a dimitir si aparecía en ese documento su firma.

A Delgado no le ha molestado la alianza secreta de PP y Vox, le dice a EL PAÍS. De hecho, confiesa que ellos han hecho su propio pacto escrito con otro partido de la izquierda que no quiere desvelar por cuestión de lealtad. “Nuestro acuerdo de Gobierno con el PP supone que, por sintonía ideológica, ellos buscan apoyos de Vox y nosotros de Más Madrid o Podemos”, explica. Al PSOE lo deja fuera de la ecuación porque es bien conocida en Leganés su mala relación con ese partido. “El Gobierno es uno, pero entendemos que papá y mamá deben repartirse los papeles”.

Fuentes del PP de Leganés subrayan que se trata de un acuerdo de partidos, no de Gobierno. “Como Gobierno del Ayuntamiento de Leganés, estamos en la obligación de llegar a entendimientos con distintas fuerzas políticas de la oposición. De hecho, puntualmente hemos obtenido apoyos de Más Madrid y Podemos Izquierda Unida. El que nunca está en estos acuerdos es el PSOE, y no porque no lo hayamos intentado, sino porque ellos no quieren”.

EL PAÍS ha tenido acceso a ese pacto donde aparecen los logos de Vox y PP. Se trata de un “acuerdo programático” para “la estabilidad del actual gobierno durante el período 2024-2026″. El escrito de ocho páginas contiene una serie de inversiones y da libertad de voto en las mociones ideológicas y las declaraciones institucionales. También establece la creación de una comisión de seguimiento que se reunirá mensualmente. Las inversiones consisten en tres proyectos por 15 millones de euros canalizados a través de la Empresa de Suelo local (Emsule) y otras siete partidas para los siguientes presupuestos destinadas al deporte, la educación o el comercio.

Tejero contesta a este periódico que no reniega de su apodo, puesto por la izquierda: “No me lo tomo como un insulto”. Dice que la ocurrencia tiene que ver con el reciente protagonismo de la italiana en la política nacional. Aparentemente, ella no cultiva un perfil de radical. En sus careos con ULEG por el veto a Vox, ella les ha reprochado que en Leganés su partido da prioridad a los asuntos vecinales. “A nivel local no somos tan de extrema derecha”, dijo el miércoles en el pleno.

Asegura que Delgado, de ULEG, sí conocía su convenio con el PP: “No ha estado en ninguna reunión, pero se han modificado cosas [del acuerdo] a instancias suyas. Por ejemplo, se quitó la frase de que había ayudas para no abortar. Hubo un asesor suyo en alguna reunión. En el acuerdo no había nada de ideología. Él siempre se quiere separar de la ideología de Vox”.

La impotencia de este Gobierno causa una frustración evidente en su alcalde. Tras el pleno fallido del miércoles, Recuenco criticó que “los partidos de la oposición tienen secuestrados a los vecinos de Leganés”. Pero Delgado descarta que esta crisis vaya a suponer el fin de la coalición. Dice que no hay alternativa porque todos los pactos para derrocarles parecen improbables: “La que es débil es la oposición”. Apuesta por un matrimonio donde cada miembro juega por su cuenta a encontrar terceros.

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