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Madrid se vacía de árboles: pierde 3.532 ejemplares en un año

El Ayuntamiento ha plantado o trasplantado 5.128 árboles en calles y zonas verdes, pero casi el 90% de esa compensación se ha producido en Fuencarral-El Pardo y Hortaleza

Tala de árboles en los Jardines de Jimena Quirós en Madrid, por las obras de ampliación de la L11, el pasado 22 de enero.
Tala de árboles en los Jardines de Jimena Quirós en Madrid, por las obras de ampliación de la L11, el pasado 22 de enero.Jaime Villanueva
Mercedes Pedreño

El Ayuntamiento de Madrid ha publicado el recuento anual de árboles de 2023. Los datos de este año frente a los de 2022 muestran que Madrid ha perdido 6.225 árboles en sus calles y zonas verdes de los distritos y 2.699 ejemplares en los parques históricos, forestales y singulares, como Madrid Río y el parque lineal del Manzanares, que acumulan la mayor parte de las pérdidas. En total, 8.924 ejemplares menos. Estas talas le han dado fama al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, de talador. Aunque Almeida apela a la ley de reposición del arbolado para defenderse, los datos perjudican su discurso.

Solo siete de los 21 distritos han acabado el año con más árboles de los que tenían: el Consistorio madrileño ha plantado o trasplantado 5.128 árboles en calles y zonas verdes, pero casi el 90% de esa compensación se ha producido en los distritos de Fuencarral-El Pardo y en Hortaleza, en la periferia norte de la ciudad. En el caso de los parques, la mayoría se mantienen o pierden ejemplares, con excepción del parque forestal de Valdebebas, en Hortaleza, que ganan 264 árboles, y un árbol más en el parque del Oeste. Es decir, 5.392 plantaciones. Por tanto, la pérdida de 2022 a 2023 de árboles en Madrid es de 3.532 ejemplares.

Por otro lado, los datos estadísticos del Ayuntamiento de Madrid informan de que el arbolado recién plantado y no consolidado en 2023 asciende a 5.920 en los parques y a 61.063 ejemplares en los distritos. Esto significa que se trata de árboles que llevan plantados menos de cinco años y no se asegura su supervivencia. Este dato puede significar una pérdida bruta mucho mayor durante los siguientes años. La pérdida de arbolado maduro a lo largo de 2023 se sitúa en 896 ejemplares menos en parques históricos, forestales y singulares. Estos datos no incluyen los de los ejemplares de la Casa de Campo, que están en un proceso de recuento forestal.

El recuento de talas incluye el apeo de árboles que están enfermos o en mal estado del ejemplar, pero la asociación Ecologistas en Acción señala que muchas de las talas realizadas se han llevado a cabo durante obras y han sido amparadas en la Ley 8/2005 de Protección y fomento del arbolado urbano de la Comunidad de Madrid. “La protección legal del arbolado urbano fracasa”, han señalado en un comunicado.

“En los últimos años, han sido innumerables las obras y actuaciones que han resultado en talas de centenares de ejemplares. La dinámica habitual es talar y apear especímenes como primera opción”. Un ejemplo de ello, según señalan, son las obras de ampliación de la Línea 11 de Metro de Madrid. “Se ha conseguido salvar 676 árboles simplemente porque los técnicos han tenido a bien reconsiderar el uso de rampas inclinadas en lugar de túneles verticales para la evacuación de materiales tras las protestas vecinales”.

Los trasplantes por las obras de la Línea 11 son el ejemplo perfecto de la pérdida de árboles en parques como Madrid Río y las ganancias en Hortaleza. Los árboles que la Comunidad de Madrid consideró que podían trasplantarse se han llevado al parque forestal de Valdebebas, aunque en Ecologistas en Acción y las asociaciones vecinales detrás del movimiento No a la tala no hay mucha esperanza de que sobrevivan.

Ecologistas en Acción recuerda que, durante los últimos años, en la ciudad de Madrid han sido innumerables las obras y actuaciones que han resultado en talas de centenares de ejemplares. La dinámica habitual es talar y apear especímenes como primera opción. En las actuales obras de la línea 11 se ha conseguido salvar 676 árboles simplemente porque los técnicos han tenido a bien reconsiderar el uso de rampas inclinadas en lugar de túneles verticales para la evacuación de materiales. Ha quedado demostrado que existían alternativas técnicas a la tala y no se tuvieron en cuenta hasta la protesta ciudadana.

“El trasplante constituye una medida extrema, pues la tasa de supervivencia del ejemplar, especialmente si se trata de árboles maduros, de más de 10 años, y con diámetros de troncos superiores a 50 centímetros, es nula”, ha informado la asociación ecologista. Es el mismo caso que con las obras de la estación pasante de Atocha, operada por Adif, donde se van a trasplantar 246 árboles. Ecologistas en Acción critica que la empresa no estudie cambios en el proyecto que permitan la conservación de los ejemplares, la mayoría de ellos maduros y con pocas probabilidades de sobrevivir si son trasplantados.

La ley de protección del arbolado en Madrid establece que por cada árbol talado hay que compensar la pérdida con la plantación de un ejemplar adulto de la misma especie por cada año de edad del árbol eliminado. Ecologistas en Acción denuncia que, en cumplimiento de esta ley, los viveros de Madrid no dan abasto. “Los viveros no tienen espacio suficiente para plantar tantos árboles, se les almacenan y mueren”, comenta un portavoz de la asociación. De todas formas, la ley no especifica que haya que reponer esos árboles en las zonas donde han sido talados, por lo que estos nuevos ejemplares se colocan en zonas con difícil acceso como el monte de El Pardo, o en parques forestales alejados de la población.

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