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El Ayuntamiento de Madrid da por terminado el exterminio de cotorras tras reducirlas un 30%

La población de estas aves invasoras pasó de 13.000 a 10.000 en dos años de campaña y no se firmará un nuevo contrato para seguir reduciéndola

Cotorras en la Casa de Campo
Varias cotorras, en la Casa de Campo de Madrid en febrero de 2020.carlos rosillo
V. Torres

El Ayuntamiento de Madrid descarta, por el momento, seguir reduciendo el número de cotorras argentinas y de Kramer, ya que en la actualidad su población se encuentra “en un equilibrio estable”, ha asegurado este miércoles el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, en declaraciones a la prensa recogidas por Efe. En los dos últimos años, la campaña de exterminio, que estuvo rodeada de una fuerte polémica al llegar a usarse perdigones para matar a las aves, ha reducido la colonia de esta especie invasora de 13.000 a 10.000 ejemplares, lo que supone un 30% menos, una actuación que ha generado también un descenso “sustancial” de las quejas vecinales.

“El contrato, firmado a tal efecto en mayo de 2021 y de dos años de duración, finalizó en mayo del año pasado y cumplió su objetivo, al reducir la población lo previsto. A día de hoy, no se ha planteado la necesidad de reducir de nuevo la presencia de esta especie invasora y no hay previsión de firmar un nuevo contrato”, añaden fuentes de Medio Ambiente, que no detallan en cómo ha quedado la distribución de las cotorras por distritos ni dónde se han exterminado más.

La actuación del Ayuntamiento ha logrado mantener “los índices establecidos por los servicios técnicos para garantizar el descanso vecinal con la protección de la biodiversidad capitalina”, ha defendido el delegado. Carabante, que considera que su número ahora es “óptimo”, ha explicado además que, más allá del problema del ruido, la sobrepoblación de las cotorras era peligrosa para la integridad física de los vecinos al instalar esta especie nidos “voluminosos” en las ramas de los árboles, de hasta 200 kilos, lo que podía propiciar caídas de ramas. Por su comportamiento invasor, las cotorras desplazan a otras aves autóctonas como los gorriones y son vectores de transmisión de enfermedades, añade el Ayuntamiento.

Al anunciar el contrato, el Ayuntamiento explicó que Madrid era el territorio donde se encontraba la mayor concentración de cotorras argentinas de toda España. Según el censo de la Sociedad Española de Ornitología (SEO) Birdlife, en 2019 había 13.000 ejemplares ―la mitad de todas las que habitaban el país― frente a las 7.000 que había en 2015. Respecto a 2005, el vertiginoso aumento era del 665%. La colonia de cotorra de Kramer era de 770 ejemplares. A la par que iban colonizando la ciudad, aumentaban las quejas ciudadanas un 136% desde 2018, con Latina, Usera y Carabanchel como los distritos donde más número de quejas había.

Antes de comenzar las actuaciones, el barrio con mayor población de cotorras era Abrantes (distrito de Carabanchel), con 1.142 (8,8% del total), seguido de Ciudad Universitaria (Moncloa-Aravaca) con 1.031 ejemplares (7,9 %), seguidos de Las Águilas y Lucero (Latina), y Casa de Campo (Moncloa-Aravaca), con poblaciones entre 500 a 1.000 cotorras.

Las empresas adjudicatarias del servicio, Matinsa y Dypsa, tenían el encargo de revisar los nidos para volver a censar a las aves y facilitar así la planificación de los trabajos de control de puestas y de su población. En agosto, coincidiendo con el ciclo de puesta y nacimiento de las aves, se llevaría a cabo la esterilización de los huevos y la colocación de estos de nuevo en su lugar para evitar nuevas puestas. “Es la técnica más efectiva, ya que el control de las puestas reducirá la tasa de renovación e incremento de la población de cotorras”, explicaba el Consistorio.

También se iba a realizar la retirada de los nidos que supusieran un riesgo para el ciudadano o para el árbol. En la parte más cruenta, se iba a proceder a “la captura de ejemplares con jaulas-trampa y redes” y su exterminio “respetando la normativa de bienestar animal”. Sin embargo, en noviembre de 2021, los vecinos del parque de la Fuente del Berro, en el distrito de Salamanca, denunciaron que los estaban matando a perdigones de aire comprimido.

El Ayuntamiento confirmó a este diario que se trataba de “una actuación de recogida en el plan para situaciones excepcionales” y que se ceñía a la autorización de la Comunidad de Madrid para reducir estas aves exóticas invasoras. “El contrato suscrito establece el empleo de carabina de aire comprimido en circunstancias específicas y recintos acotados”, admitió un portavoz del área de Medio Ambiente. Este miércoles, una vez acabada la campaña de control, el Consistorio no ha aclarado cuántas de las aves fueron matadas a perdigonazos.

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Sobre la firma

V. Torres
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.
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