Los argumentos contradictorios de Ayuso sobre residencias: del “se ha peleado por cada vida” al “no se salvaban en ningún sitio”
La presidenta madrileña dijo este jueves que los mayores enfermos de covid no se hubieran recuperado en hospitales, una de sus muchas excusas a menudo antagónicas sobre el abandono a este colectivo en la crisis de 2020
Los expertos en propaganda han identificado una estrategia habitual que consiste en la “desinformación por bengala”, aludiendo a los señuelos que usan los aviones militares cuando buscan evadirse de un misil guiado por infrarrojos. Los políticos que emplean estos métodos llegan a diseminar decenas de teorías diferentes para defenderse, incurriendo en contradicciones que dejan de tener importancia. Lo fundamental, dicen, es confundir a las audiencias, en lugar de convencerlas de una única narrativa. Pasa algo parecido con los intentos de Isabel Díaz Ayuso desde 2020 para defender su gestión de la crisis del covid-19 en las residencias de mayores, que son una lista larga de excusas a menudo antagónicas.
Ayuso volvió a hacer uso de uno de los puntos de ese argumentario cuando afirmó este jueves en la Asamblea de Madrid que “los mayores no se salvaban en ningún sitio”. Su declaración ha provocado una fuerte indignación a las familias de las víctimas y llevó la palabra Ayuso a lo alto de los trending topics de España en la red X. Sin embargo, no era la primera vez que la mandataria madrileña recurría a ese pretexto. El 22 de junio de 2020 dijo durante una entrevista en Los Desayunos de TVE: “Ante el covid, si no se actúa a tiempo, es prácticamente imposible que se pueda solucionar nada. Cuando además las personas que viven en residencias, además de ser personas mayores, muy mayores que están sobre todo en los últimos meses o años de su vida, es que presentan patologías, demencias, todo tipo de dificultades que ante un virus tan agresivo como el que se ha visto es casi imposible hacer nada”.
Esta defensa se contradice con otras declaraciones de Ayuso en las que ha defendido que luchó por salvar a todos los enfermos. Días antes de aquella aparición en la televisión pública, la presidenta había asegurado eso mismo en la Asamblea de Madrid: “Desde luego no puede decir que a los mayores se les ha dejado morir. En la Comunidad de Madrid se ha defendido y se ha peleado por cada vida”.
Otra incoherencia bien conocida es su intento de echarle la culpa al Gobierno de Pedro Sánchez alegando que las competencias sobre estos centros de mayores habían sido asumidas por el entonces vicepresidente Pablo Iglesias. Este ardid se basa en una rueda de prensa del 19 de marzo de 2020 en la que Iglesias anunció ayudas millonarias para el sector y el apoyo de los militares para fumigar centros. Pero el Gobierno central nunca asumió la competencia de regulación y vigilancia de las residencias, un asunto que corresponde a las autonomías, igual que ocurre con la mayor parte de la gestión en sanidad, educación y otros ámbitos.
Esta defensa es muy endeble, pero se basa en la confusión de muchos ciudadanos sobre qué administración gobierna cada ámbito de nuestras vidas. Cualquier otra declaración de Ayuso sobre lo sucedido delata que fue su Gobierno el que tuvo el mando desde el primer día.
Ayuso destrozó ella misma esa línea de ataque cuando en una entrevista con Sonsoles Ónega, de Telecinco, en junio de 2020, reconoció por accidente que ella gestionaba las residencias. “Presidenta, ha dicho que usted gestionaba la sanidad y las residencias. O sea, que nos está diciendo que gestionó las residencias, ¿no fueron competencia entonces del mando único?”, le preguntó sorprendida la comunicadora, dejando a la presidenta con una cara que ha sido carne de meme.
A pesar de este desliz, Ayuso ha seguido culpando a Iglesias: por ejemplo, cuando se enfrentó a él en el debate de candidatos durante la campaña autonómica de 2021 o cuando en la Asamblea ha tenido careos con los dirigentes de Unidas Podemos.
Ayuso ha usado otras excusas como culpar al virus del desastre (“Lo que se ha vivido ha sido un infierno, una guerra sobrevenida de la que no tenemos la culpa nosotros como gobernantes autonómicos”) o que hubo “muertos en todas partes”. Ha señalado, por ejemplo, que en otras comunidades el porcentaje de muertos totales fue mayor en residencia (85,6% en Aragón frente al 32% de Madrid), pero esto es jugar a confundir con los números porque en números absolutos hubo muchas menos víctimas totales en esas otras regiones. El virus causó una devastación sin igual en Madrid en la primera ola, tanto en residencias, como en hospitales o domicilios. La verdad es que, según un análisis de EL PAÍS, en Madrid tenías una posibilidad de morir entre cinco si vivías en una residencia. Durante la primera ola (de marzo a junio de 2020) murieron 11.389 mayores que vivían en residencias, donde había unas 50.000 personas al principio de la crisis. De estas, 8.338 (el 73%) no fueron trasladados a un hospital.
La presidenta también ha negado lo evidente cuando ha reiterado una y otra vez que su Gobierno nunca envió los protocolos de triaje en residencias para impedir el colapso de los hospitales o que estos documentos eran solo borradores que se distribuyeron por error. Esta mentira ha seguido usándola a pesar de que los medios han demostrado que un alto cargo de Sanidad, Carlos Mur, envió cuatro correos (publicados por EL PAÍS) a otros miembros de su Gobierno, entre ellos el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, anexando los protocolos. Su intención era que llegaran a los geriatras de hospital que aplicaron el filtro y a las residencias que iban a soportar esa medida. Llegaron a su destino y su aplicación era obligatoria, como han dicho en sede parlamentaria y judicial los responsables de residencias.
Sobre la Operación Bicho (el intento fallido de medicalizar las residencias encargado a la hija de un ex alto cargo, Encarnación Burgueño), los colaboradores de Ayuso han dicho que Burgueño actuaba sin contrato público y por su cuenta, a pesar de que Mur le entregó un contrato con sello de la Comunidad y su firma digital en el que le encargaba “la gestión integral de la crisis del covid-19 en los centros sociosanitarios de la Comunidad de Madrid”.
Otra excusa habitual de Ayuso y su equipo es que la izquierda está retorciendo el dolor de las víctimas para hundirla a ella. La vez en que este pretexto desató mayor escándalo fue cuando lo usó el vicepresidente madrileño, Enrique Ossorio, en 2022, al decir en una rueda de prensa que “las familias ya lo han superado”. Esto generó dolor y rabia en los hijos de fallecidos, que siguen sin superar el duelo cuatro años después. Entonces, recordaron que ni Ayuso ni Ossorio se han reunido nunca con ellos.
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