Furia y colores en Madrid contra la reforma de las leyes trans y LGTBI impulsada por Ayuso
Cerca de 1.500 personas, entre ellas la ministra de Igualdad y representantes del PSOE y Más Madrid, protestan en Atocha contra la modificación de dos normas de 2016 que aprobará el PP en cinco días
La ronda de Atocha, en el centro de Madrid, se ha llenado este domingo de furia y colores. Unas 1.500 personas, según la Delegación de Gobierno, han protestado contra las reformas del PP de Isabel Díaz Ayuso a las leyes regionales trans y de LGTBIFobia. A la manifestación, convocada por la plataforma Ni un paso atrás, que agrupa a 35 organizaciones defensoras de los derechos LGTBI, han asistido familias con niños y niñas trans y dirigentes políticos como la ministra de Igualdad, la socialista Ana Redondo, así como diputados regionales y ediles del PSOE y Más Madrid. Quedan cinco días para la votación en el pleno de la Asamblea de Madrid, donde los populares, con su mayoría absoluta, aprobarán las modificaciones que presentaron el pasado 10 de noviembre a través de dos proposiciones de ley por la vía de urgencia.
Las reformas, consideras por las organizaciones como un retroceso en los derechos de este colectivo, obligan a exámenes médicos antes de que los menores inicien un proceso de cambio de sexo y eliminan la posibilidad de adecuar la documentación administrativa antes de la modificación el DNI, es decir, que si no se ha cambiado el nombre y género en el DNI, estos no se pueden cambiar en documentos del día a día, como el abono de transporte o el carnet de la biblioteca.
También se eliminan los artículos que creaban el Consejo LGTBI de la Comunidad de Madrid ―pensado para controlar el cumplimiento de las dos leyes de 2016― o el Centro de Documentación y Memoria Histórica LGTBI y se suprime la inversión de la carga de la prueba o el castigo de la discriminación por error. A su vez, desaparecen los conceptos de autodeterminación, reconocimiento de la identidad de género libremente manifestada y libre desarrollo de la personalidad de la normativa regional, y apartan a las organizaciones civiles de las campañas contra la discriminación en las instituciones. Los ajustes de las normas tocan incluso el deporte. “En Madrid se promoverá la participación de las personas transexuales, sin menoscabo de los derechos de los demás participantes, y en especial del deporte femenino en todas sus categorías”, dice uno de los nuevos apartados incluidos en la norma.
“Ayuso, escucha, seguimos en la lucha”, han coreado los representantes de las organizaciones LGTBI en la cabeza de la manifestación. Por ahora, sin embargo, la batalla está perdida en la Asamblea. El PP aplicó su rodillo el pasado viernes y aprobó en la Comisión de Familia 20 enmiendas a su propia reforma para darle “mayor seguridad jurídica”, según aseguró la portavoz del PP, Mónica Lavín. En esa misma sesión, los populares tumbaron las enmiendas presentadas por Más Madrid y el PSOE, que buscaban proteger y reforzar las leyes de 2016, y votaron en contra de las de Vox, argumentando que lo que proponían ya estaba en su proyecto.
A pocos minutos de comenzar la manifestación, la ministra de Igualdad ha dicho que “es lamentable que el PP más ultra y extremista enmiende al PP más moderado, más razonable”. Las leyes autonómicas trans (ley 2/ 2016) y contra la LGTBIfobia (ley3/2016) fueron aprobadas durante el Gobierno de Cristina Cifuentes (PP) tras un largo proceso en el que intervinieron el PSOE, Podemos, Ciudadanos y las organizaciones civiles LGTBI. Redondo ha recomendado a Ayuso ver la película 20.000 especies de abejas que trata sobre las infancias trans: “Para mentalidades de ultraderecha es interesante ver la realidad en su conjunto, una realidad mucho más rica, que necesita ser protegida”. Redondo resaltó que las instituciones estatales y autonómicas deben ir juntas en la protección de derechos. “Cuando hay decisiones que suponen una marcha atrás, al final salimos perjudicados en toda España”, concluyó.
La diputada y senadora Carla Antonelli (Más Madrid), que abandonó el PSOE en 2022 por los retrasos de la tramitación de la ley trans estatal, ha comentado la presencia de Redondo en la manifestación: “Me alegra que la ministra haya estado hoy aquí, porque lo que se defiende hoy en las calles es la despatologización y la autodeterminacion de las personas trans”. Antonelli ha insistido en que, aunque en la votación del 22 de diciembre, el mismo día del sorteo de la Lotería de Navidad, se aprueben las reformas del PP, tocarán todas las puertas. “[Estaremos] en las calles, en los tribunales, en el Constitucional, en Europa”, detalló.
El PSOE, por su parte, viajó a Bruselas a finales de noviembre para reunirse con la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (PES) y con representantes de Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA, por sus siglas en inglés) que reúne a más de 1.900 asociaciones LGTBI alrededor del mundo. Tras esas entrevistas, los eurodiputados socialistas Javier Moreno, Laura Ballarín y Marc Angel pidieron a la Comisión Europea que tomase medidas ante las reformas del PP madrileño.
Mientras los políticos se mueven, los ciudadanos salen a las calles. En esta segunda manifestación ―la primera fue el 13 de noviembre― han participado familias de todos los rincones de España. Carmen María, por ejemplo, han viajado a la capital con su esposo, su madre y su sobrina desde Murcia para apoyar a su hijo, un niño trans de 11 años. “Si sale esta reforma en Madrid, probablemente los partidos políticos que gobiernan Murcia [PP y Vox] hagan lo mismo. Esto que ocurre aquí puede empezar a suceder en el resto de comunidades”, ha explicado.
De acuerdo con Encarni Bonilla, presidenta de Chrysallis, una asociación que representa a más de 2.000 familias de infancia y juventud trans en España, han acudido a Madrid comitivas de Aragón, la Comunidad Valenciana y Andalucía. Entre la multitud también han ondeado banderas de Canarias. “Venimos a demostrarle al PP de Madrid que no vamos a dar ni un paso atrás. No contaban con las familias, pero estamos aquí para que no hagan más daño a nuestros niñas, niños y niñes”, ha asegurado Bonilla, que ha criticado en varias ocasiones que en la redacción de las proposiciones de ley no se tuvo en cuenta a las organizaciones LGTBI.
Esmeralda Fariña, madre de un chico trans de 17 años, ha explicado que asociaciones como Chrysallis han sido claves en los procesos de las infancias trans. “Hay mucha desinformación y ellos nos han enseñado demasiado”, ha dicho sosteniendo un cartel en alto en el que se podía leer: No tenemos ‘transexualidad’, no es una enfermedad.
Según ha dicho en varias sesiones de la Asamblea la diputada Mónica Lavín, las leyes de 2016 pretenden implantar “ideología de género” y mantener el “monopolio” y “oligarquía” de las organizaciones sociales LGTBI. Las asociaciones rechazan esas etiquetas y ponen en valor su trabajo de acompañamiento. Ronny de la Cruz, presidente del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales de Madrid (Cogam), se ha defendido y ha señalado que las organizaciones son “la punta de lanza de un movimiento social”. “Esto es mucho más grande que nosotros. Las personas que estamos en las organizaciones liderando somos unos poquitos miles, el grueso de los que vienen a protestar son las familias”.
Tras la marcha, que ha bajado desde la ronda de Atocha hasta de Embajadores en un recorrido que ha durado unas dos horas, los representantes de las organizaciones han leído un manifiesto en el que han enumerado las principales críticas a las reformas. “Queremos dejar claro a Ayuso que su irrespeto a los derechos tendrá consecuencias”, han dicho por un altavoz. En las aceras y en la calzada, madres, padres y niños han escuchado atentos. Al final de la manifestación, el presidente de Cogam ha sentenciado: “Vamos a seguir movilizándonos y tocando las puertas que haya que tocar. Trataremos de movilizar al Defensor del Pueblo, plantearemos al Gobierno central que intervenga, las fuerzas parlamentarias de la Asamblea pondrán recursos de inconstitucionalidad...”. La votación en la Asamblea está perdida, pero todo apunta a que se abrirán nuevos frentes de batalla.
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