Miles de madrileños se oponen al recorte de Ayuso de los derechos de las ‘leyes trans’ y contra la LGBTIfobia

Esmeralda Álvarez ha viajado este lunes desde Fuenlabrada hasta la Puerta del Sol en Madrid con un enorme cartón bajo el brazo. Va pintado con los colores de la bandera LGBTI y lleva un mensaje: “Mi hijo no está enfermo”. Su hijo, Christopher, levanta otro cartón pintado con la bandera trans y con su mayor miedo trazado con pincel: “He/Him. No quiero que me maten por ser quien soy. Solo tengo 14 años”. Esmeralda y Christopher son dos de los miles de personas [1.200 según los cálculos de la Delegación del Gobierno; 15.000, según los convocantes] que asistieron a la manifestación convocada este lunes por la recién nacida plataforma Ni un paso atrás que se opone a las reformas exprés que promueve la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso a dos leyes regionales que hasta ahora, habían sido una forma de protección a la población LGBTI de la Comunidad de Madrid y que, de hecho, habían sido aprobadas en 2016 por el Gobierno de Cristina Cifuentes, también del Partido Popular.

El PP de Díaz Ayuso ha presentado el 10 de noviembre dos proposiciones de ley para reformar, por vía de urgencia, la Ley 2/2016 de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación y la Ley 3/2016 de Protección Integral contra LGTBIfobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual. Ambas normas, recuerda Luis Rosales, coordinador general de Arcópoli, uno de las más de 30 organizaciones que conforman Ni un paso atrás, fueron redactadas en consenso con los colectivos LGBTI de Madrid e, incluso, fueron apoyados por Ayuso en su momento. “Es una ley empujada desde las asociaciones conformadas por personas LGBTI. Nosotros, nosotras y nosotres hablamos en ese momento y construimos leyes que nos representaban y nos generaban derechos”, afirma Rosales, “era muy ambiciosa y Ayuso la defendía en Twitter”.

La modificación a las normas de 2016 significa cambiar las reglas de juego de forma radical, como ha denunciado Ni un paso atrás en la protesta este lunes. Uno de los efectos más sonados será que los menores trans de la Comunidad de Madrid solo podrán iniciar su tratamiento de transición previo examen de un pediatra y, si obtienen su aprobación, deberán recibir apoyo de “profesionales de salud mental infanto-juvenil” durante todo el proceso. Además, habrá otras consecuencias por la supresión de varios artículos relacionados con la educación, la protección en entornos escolares, las sanciones por discriminación, entre otros elementos.

Con la mayoría absoluta de su lado, el PP podrá sacar adelante la reforma, que deroga el derecho al reconocimiento de la identidad de género libremente manifestada, al igual que al libre desarrollo de la personalidad y a ser tratado de conformidad a la identidad de género. También desaparecen de un brochazo los artículos relacionados con la oferta de planes y contenidos educativos que hablen sobre diversidad, identidad y expresión de género. Se eliminan, asimismo, los artículos que creaban el Consejo LGTBI de la Comunidad de Madrid o el Centro de documentación y memoria histórica LGTBI. Incluso, los ajustes de las normas tocan el deporte: “En Madrid se promoverá la participación de las personas transexuales, sin menoscabo de los derechos de los demás participantes, y en especial del deporte femenino en todas sus categorías”, dice uno de los nuevos apartados incluidos en la norma.

“Por culpa de Ayuso, mi hijo no podrá ser quien es”, asegura Esmeralda Álvarez, en medio de la protesta. “No me parece normal que quieran quitar los libros que hablan de personas trans y gays. No me parece normal que mi hijo no pueda acceder a su tratamiento con fármacos. Él no tiene una enfermedad mental, es una persona atrapada en el cuerpo que no es”. Esta preocupación la comparten asociaciones como Chrysallis, que representa a más de 2.000 familias de infancia y juventud trans en toda España. Encarni Bonilla, presidenta de Chrysallis y una madre afectada, asegura que el cambio propuesto por Ayuso en esta nueva legislatura “es la mayor pérdida de derechos en materia LGBTI que se ha producido desde la democracia”. Bonilla explica que se pierden avances como la formación en diversidad que debía recibir el profesorado y el alumnado: “Pierden también el protocolo de acoso. Si no previenes, aumenta la violencia contra nuestres hijes”.

El coordinador general de Arcópoli explica que el componente educativo de las dos leyes de 2016 fue asumido por los colectivos y voluntarios que lograron sensibilizar al alumnado en materia de diversidad y de género y dotar a las familias de herramientas para luchar contra la LGBTIfobia en el ámbito educativo. “Si cambian la norma como quieren hacerlo, regresarían a la niñez de hoy y del futuro a la misma situación que los adultos vivimos cuando éramos pequeños: invisibilidad y falta de referentes. Volvemos a ser los raros”.

Partidos como el PSOE y Más Madrid han asistido también a la manifestación, que ha llenado la Puerta del Sol, y han dicho que recurrirán a la “vía judicial” si es necesario. “Vamos a plantar cara en la Asamblea de Madrid, pero, a continuación, a donde haya que llegar”, ha dicho este lunes la senadora Carla Antonelli (Más Madrid), “Madrid se va a convertir en la capital de la transfobia y la LGBTIfobia. Ayuso va a tener el dudoso honor en convertirla en la primera capital que va a involucionar en derechos civiles”. La presidenta de la Comunidad había acusado a la oposición, en la mañana del lunes de no leer los textos de las reformas y les ha retado a que le digan “un solo derecho que se les ha quitado” a las personas LGBTI. Antonelli, solo por citar algunas de las afectaciones, ha dicho que la reforma les vuelve a patologizar: “Además de pasarnos por médicos y psiquiatras, no podemos protestar ni considerar que eso atente contra nuestros derechos y nuestra dignidad”.

“Le vamos a demostrar a la Señora Isabel Díaz Ayuso que este atropello a los derechos humanos y el maltrato al colectivo LGTBIAQ+ le va a pasar factura, tarde o temprano”, ha leído una de las integrantes de Arcópoli del manifiesto que ha firmado “Ni un paso atrás”. La lectura ha sido acompañada por aplausos y gritos de apoyo de niños, familias, hombres, mujeres y personas diversas que, aseguran, se verán afectadas por los cambios en la norma. “Los derechos trans son derechos humanos”, “Si no hay ley trans habrá furia trans”, “Volver al armario es un puto calvario”, son algunos de los cantos que han entonado los manifestantes. Entre banderas del orgullo LGBT, trans y bisexual, destacaba una pequeña pancarta de cartón: “No os veo putodefendiendo esto”. No solo en Ferraz hay jaleo.

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