Ayuso cambia a 22 diputados en cinco meses: ascensos al Ejecutivo, dimisiones y representantes que duraron 13 días
El PP usa la Cámara como cantera y recupera para el Gobierno a miembros del núcleo duro de la líder que fueron elegidos solo para votar su investidura
Igual que Julio Cesar llegó, vio y venció, un grupo de tres diputados del PP en la Asamblea regional arrancó la legislatura, votó a favor de la investidura de Isabel Díaz Ayuso como presidenta, e inmediatamente renunció a su acta para volver a su antiguo trabajo en el núcleo duro gubernamental de la líder conservadora. La operación apenas consumió 15 días de su tiempo, los transcurridos entre el 13 y el 29 de junio. Ese récord de brevedad en el escaño ha tenido efectos más allá de los estéticos en la institución. Así, aquellos cambios supusieron el pistoletazo de salida para elaborar una lista inusitada: en los apenas cuatro meses y medio transcurridos desde las elecciones del 28-M, que Isabel Díaz Ayuso ganó con mayoría absoluta, el PP ya ha cambiado a 22 diputados. Ese dato, unido a ocho renuncias voluntarias a asumir el acta como sustituto de un diputado saliente, ha derivado en que el número 100 de la lista electoral de Díaz Ayuso sea hoy uno de los 70 diputados con los que cuenta el PP en la Cámara regional. En medio, dimisiones, premios y ascensos.
“El pasado viernes, la dirección de grupo me ha comunicado que dejo de ser el portavoz de sanidad para ser el presidente de la comisión de cultura”, escribe el diputado Eduardo Raboso en una carta dirigida a Díaz Ayuso en julio, a la que tuvo acceso EL PAÍS. “Lamentablemente, considero que mi trayectoria personal no justificaría ese nombramiento, dado que nada puedo aportar en este campo, y, por tanto, sería irresponsable hipotecar una parte sustancial de mi actividad clínica en aras de un cargo meramente representativo en un mundo al que no pertenezco”, añade. “(...) Creo que es un acto de responsabilidad renunciar a mi escaño”, explicita. “Quedo a tu disposición y la del partido si en algún momento se vuelve a necesitar mi experiencia en política sanitaria”.
La despedida de este representante conservador, diputado desde 2011, y que se fajó en defensa de las políticas del Gobierno durante lo peor de la pandemia, resume los múltiples cambios que introduce Díaz Ayuso en los equipos del PP aprovechando el resultado electoral. La renovación es total en el Gobierno, donde no repite ningún consejero. Y casi absoluta en el grupo parlamentario. Nada lo resume mejor que otra salida voluntaria, la de Javier Fernández-Lasquetty, faro ideológico de los dos primeros gobiernos de Ayuso, que se despide de la política y el escaño en octubre para irse a trabajar con Alicia Koplowitz.
“Los movimientos se han debido en su mayoría a nombramientos para el Gobierno o empresas públicas madrileñas”, afirman en el grupo parlamentario popular, cuya tasa de renovación de diputados no tiene parangón. Si en el PP han salido 22 diputados en los pocos meses que se han consumido ya de legislatura, la mayoría para irse al Ejecutivo, algunos de ellos para entrar en el Congreso de los diputados tras las imprevistas elecciones generales, y en un caso para asumir el acta de eurodiputado, el PSOE, Más Madrid y Vox mantienen a todos los representantes que estuvieron en la sesión inaugural del Parlamento regional.
Los conservadores, además, daban muchas salidas por descontadas desde el mismo día en el que se conocieron las listas electorales.
¿La razón? En esta ocasión, el equipo de Díaz Ayuso afrontó para su elaboración algo más que el delicado juego de equilibrios que supone premiar y castigar a todas las corrientes internas de la formación. La presidenta decidió hacerle un guiño a su núcleo duro. Tras cuatro años de gobierno marcados por el desgaste de la difícil coalición con Ciudadanos y de la gestión de la pandemia, Díaz Ayuso incluyó en la lista a aspirantes a diputados que difícilmente mantendrían el escaño una vez arrancara la legislatura, pues sus responsabilidades debían estar en la Real Casa de Correos.
“Lo que querían era tener la oportunidad de votar sí a la investidura de la presidenta, porque creen en su proyecto y en la persona”, resume una fuente conocedora de los detalles de este viaje de ida y vuelta vivido al esprint, en el que la Asamblea fue una simple meta volante y la sede del Gobierno regional el punto de salida y llegada.
Así, Oliva García, Juan José Murillo o José María Ortiz apenas fueron diputados durante una quincena. Accedieron al cargo el 13 de junio. Ese día votaron en la constitución de la Mesa del Parlamento, que incluyó que Enrique Ossorio accediera a su presidencia. El 22, apoyaron de la investidura de Díaz Ayuso como presidenta. Y al poco, el 29 de ese mismo mes, dejaron el escaño. Cumplido el sueño de estar en aquella sesión, volvieron a sus trabajos con la líder conservadora en la Puerta del Sol. Un viaje de ida y vuelta que en esta ocasión no completó Rafael Núñez: tras seguir un camino parecido la pasada legislatura, cuando estuvo en la lista electoral de Díaz Ayuso en 2021, el inventor de la marca Vox, y antiguo asesor de discursos de la presidenta, sí se ha mantenido en la Cámara como portavoz adjunto del grupo popular.
“Son miembros del gabinete de la presidenta y decidieron dejar el acta para seguir trabajando ahí”, resumen en la Real Casa de Correos, sede del Ejecutivo.
De esta manera, García y Ortiz vuelven a ser asesores de la presidenta en el Gobierno con un sueldo de 85.909,84 y 75.667,02 euros, respectivamente, según consta en el portal de transparencia. Murillo, por su parte, ejerce como asesor del consejero de Presidencia, especializado en protocolo por 66.953,14 euros.
Pero no son los únicos casos de récord. Ha habido diputados que cogieron el acta como sustitutos de los originales, y luego fueron nombrados por Ayuso para algún cargo incompatible con el escaño. Por ejemplo, Elena Mantilla, hoy directora general de la Fundación Madrid por la Competitividad, apenas estuvo 13 días en el cargo, del 13 al 26 de julio. Lo mismo pasó con Encarnación Rivero, hoy directora de la Agencia Madrileña para el Apoyo a las Personas Adultas con Discapacidad (93.855,00 euros al año).
De todas las bajas en el PP, una provocó una jornada de luto. El jueves 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, los diputados regionales lloraron la muerte de su compañero Jorge García, fallecido a los 43 años en accidente de tráfico. Antes y después, los plenos de la Asamblea han convertido en rutina dedicar el inicio de la sesión a que un nuevo diputado del PP jure o prometa su cargo: van 22 en apenas cuatro meses y medio.
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