Ayuso inicia una reforma total de su Gobierno con decenas de salidas en todos los niveles

La cuenta atrás para cerrar el diseño del nuevo Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid arranca condicionada por las listas municipales del 28-M, que estuvieron cuajadas de cargos de la Administración, y por la elaboración de las listas de Alberto Núñez Feijóo para las elecciones generales del 23 de julio. Los nuevos consejeros de la baronesa tomarán posesión el 26 de junio. Un mes después se celebrarán los comicios. Y eso deja más que en el aire la continuidad de la única consejera que parecía tener posibilidades de futuro en la Comunidad, Paloma Martín, titular de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, pues Feijóo la ha incluido como número tres al Senado por Madrid. ¿Qué hacer? ¿Mantenerla como consejera para que deje el puesto solo unas semanas después si sale elegida? ¿O dejarla sin cargo con el peligro de que no obtenga el escaño y se quede simplemente como diputada regional si el PP no llega a La Moncloa? Todo parece dirigido en una dirección: que Díaz Ayuso renueve al completo su consejo de gobierno, prescindiendo de los nueve consejeros que la acompañan desde 2021, para esculpir un Ejecutivo a su imagen y semejanza. Una labor que ya ha comenzado con decenas de cambios en su núcleo duro y los niveles intermedios de la Administración.

“Si entra en el Senado...”, dice sobre Martín una fuente gubernamental, que da por hecho que es incompatible ser consejero y senador, pero no aclara si la titular de Medio Ambiente esperará a los comicios en su actual puesto (un refugio en el caso de no ser elegida) o se lo jugará todo a conseguir el escaño o quedarse como diputada rasa.

Así, la oficialización de las listas del PP para el 23-J solo deja en pausa un proceso de fichajes de políticos madrileños que se puede reactivar en el caso de que Núñez Feijóo llegue a La Moncloa y tenga que buscar “talentos del partido”, como los define una fuente conservadora, para la Administración central.

Hasta que llegue ese momento, si llega, las salidas del Gobierno regional se acumulan igual que una fina lluvia que acaba mojándolo todo. La semana pasada, cesaron cuatro directores generales que debían dejar sus responsabilidades gubernamentales por ser incompatibles con su nueva condición de diputado autonómico (se trata de los de igualdad, juventud, reequilibrio territorial, e información y salud digital). El lunes llegó el turno de Rafael Núñez, llegado a la Asamblea como portavoz adjunto tras inventarse la marca Vox, asesorar a Díaz Ayuso para sus discursos y ser nombrado en mayo de 2022 como responsable de la estrategia del PP de Madrid. El miércoles, finalmente, fue el momento de que dejaran la Administración regional hasta siete cargos, pues el sábado se convertirán en alcaldes o ediles con motivo de la constitución de todos los ayuntamientos de España.

Es el caso del viceconsejero de organización educativa, Manuel Bautista, que aspira a ser alcalde de Móstoles; de la viceconsejera de Medio Ambiente y Agricultura, Paloma Tejero, que cogerá el bastón de mando en Pozuelo de Alarcón; y de la directora general de Humanización y Atención al Paciente, Dolores Moreno, que hará lo mismo en Majadahonda.

Abundan también los casos de cargos intermedios que abandonan el Gobierno autonómico para ser ediles. Así ocurre con el director general de Autónomos y Emprendimiento, Alberto González, que será concejal en la capital; con la directora general de Promoción Económica e Industrial, María del Mar Paños Arriba, que lo será en Alcorcón; con el director-gerente de la Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor, Diego López del Hierro, nuevo concejal de la capital; o con el director general de Infraestructuras Sanitarias del Servicio Madrileño de Salud, Andrés Gómez, que será concejal fuera de la región.

Próximamente, además, llegará el cese del viceconsejero de Transportes e Infraestructuras, Carlos Díaz-Pache, elegido el martes como nuevo portavoz del grupo parlamentario del PP en la Asamblea regional.

Antes incluso de la constitución del nuevo Gobierno, los cambios afectan previsiblemente a los nueve consejeros, y a cargos intermedios de múltiples departamentos. Como lo habitual es que el grueso de las destituciones se concentre después de la formación del Ejecutivo, todo apunta a que Díaz Ayuso ha emprendido una reconstrucción total de la Administración.

La primera vez que llegó al poder, en 2019, la líder conservadora estaba en una posición de máxima debilidad: convertida en la primera candidata conservadora en perder unas autonómicas madrileñas desde 1987, gobernaba gracias a Ciudadanos, había tenido que dividir su Ejecutivo en dos, y la dirección nacional de Pablo Casado había influido para que fichara como consejeros a Enrique López, Javier Fernández Lasquetty o David Pérez. Dos años después, tras las elecciones adelantadas de 2021, la baronesa privilegió la continuidad en los equipos de gestión para una legislatura corta frente a la posibilidad de emplear su triunfo electoral para remozar el Gobierno. Ese momento llega ahora, cimentado, además, sobre una mayoría absoluta que permite a Díaz Ayuso hacer y deshacer como considere, y sin más intervención de Génova que la de rescatar para la política nacional a cargos que han trabajado con ella.

Se trata, por ejemplo, de su exconsejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, a la que Díaz Ayuso había enviado al Ayuntamiento de la capital; de la expresidenta de la Asamblea, Eugenia Carballedo; o del exportavoz parlamentario en la Cámara, Pedro Muñoz Abrines. Curiosamente, el Congreso sirve en su caso como reparación de una destitución decidida por Díaz Ayuso. Pero no solo para eso.

El PP aspira a conseguir entre 13 o 14 diputados por Madrid en las próximas generales, pero pueden llegar a entrar en el Congreso nombres situados por debajo de esos puestos en la lista si Núñez Feijóo gana La Moncloa y elige para la Administración central a algunos de los políticos que los preceden. Esa sería una oportunidad para políticos que no lograron sus objetivos en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Ocurre, por ejemplo, con Noelia Núñez, la número 15, que no logró la alcaldía de Fuenlabrada, o con Antonio González Terol, el número 17, que se quedó a decenas de votos de conquistar el bastón de mando en Alcorcón.

Esas decisiones son una pista más de la sintonía entre la líder autonómica y el nacional, pues esos nombres difícilmente hubieran llegado hasta la lista que encabeza Núñez Feijóo sin haber sido sugeridos por la presidenta regional. Lo próximo, sin embargo, son decisiones de mayor calado: diseñar un Ejecutivo a imagen y semejanza de Díaz Ayuso.

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