La pugna política por la Presa de Los Peñascales
El Ayuntamiento de Torrelodones es el responsable del mantenimiento y seguridad de la zona o, por el contrario, de derribar la estructura, pero no existe notificación de demolición
A finales de 2022 al Ayuntamiento de Torrelodones, en la sierra noroeste de Madrid, le llegó un aviso de demolición para la presa de Los Peñascales, una parte del municipio que colinda con Las Rozas. Esta zona ahora urbanizada fue propiedad de la Marquesa de Montealegre, que vendió el terreno en los años cincuenta para poder construir. Sin embargo, en aquel momento no había agua corriente por lo que se erigió el embalse. La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) señala que en 1955 se concedió el derecho de explotación del Arroyo de Trofas para el abastecimiento de agua para el consumo humano y el riego de casi seis hectáreas de terreno. Sin embargo, Víctor Ibáñez, secretario general del PSOE en la localidad, indicó a este periódico que nunca se llegó a destinar para ese uso, ya que en el transcurso de los años el agua llegó a las casas. Esto supuso la falta de mantenimiento de la construcción y, en 2013, la CHT avisó al Ayuntamiento, formado por Vecinos por Torrelodones (VxT), de que o se ponía solución a los problemas o se tendría que derribar. “El estado en el que estaba la presa era tal que planteaba problemas de seguridad”, cuenta Ibáñez.
A principios de agosto de 2023, la alcaldesa de la zona, Almudena Negro, recriminó al antiguo consistorio liderado por Alfredo García no haber actuado ni presentado alegaciones para evitar la inminente demolición de la presa de Los Peñascales. Poco después, Negro se reunió con el viceconsejero de Medio Ambiente para solicitar la protección medioambiental del embalse. Sin embargo, fuentes cercanas a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) confirman que la resolución de derribo no existe. Aunque sí que existe una notificación que informa de que el derecho de aprovechamiento de aguas ha caducado. Un documento, al que ha tenido acceso este periódico, que avisa de que al no usar la presa para regadío y agua potable, se tendrá que acondicionar la zona para que sea segura o, efectivamente, proceder al desmantelamiento. Algo que está exclusivamente en manos del Ayuntamiento.
Además, la Subdirección General de Espacios Protegidos de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, se dio prisa y emitió un informe favorable, el 24 de agosto, en el que se indica que este espacio tiene un valor ambiental relevante, algo con lo que Ecologistas en Acción no está de acuerdo y alega que la Zona Especial de Protección Medioambiental no existe.
La Comunidad de Madrid confirma al EL PAIS haber recibido la solicitud de Torrelodones en el que instaba a un análisis del entorno. “Desde el Consistorio nos pidieron que evaluásemos si había valor ambiental alguno”, informa la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, que dictaminó que la zona era de interés por la existencia de nutrias y para su uso para la extinción de fuegos.
Insisten en que la nomenclatura no ha sido designada por la Comunidad, sino que ha sido el propio Ayuntamiento quien lo ha denominado así. “Que la terminología no sea correcta es una cosa, pero la Consejería no ha dotado a la Presa de una protección. Simplemente, hemos respondido a una solicitud”, sentencian.
Foco de especies exóticas invasoras e irrelevancia para la nutria
Actualmente, la decisión de conservar o no la presa está en manos del Ayuntamiento de Torrelodones, que tienen diversas opciones. Reacondicionar la zona para que sea segura, solicitar una nueva concesión para un uso lúdico, por ejemplo, o directamente devolver el cauce al río y demoler la presa, informan fuentes cercanas a la CHT. “Hace unos años se detectó en la Presa de Cenicientos la presencia de anfibios y unas colonias de murciélagos en los cimientos, por lo que el Canal de Isabel II propuso hacer una adaptación de la zona para que los animales pudiesen permanecer en el embalse y, por otro lado, dejar solamente los muros laterales para no afectar a las colonias”, ejemplifica María Ángeles Nieto, coordinadora de Ecologistas en Acción para la Comunidad de Madrid.
La ONG muestra diferentes focos de preocupación en cuanto a la presa de Los Peñascales. En primer lugar, afirman que no tiene relevancia ambiental alguna, ya que es un foco de especies exóticas invasoras, que desplazan a todas las especies autóctonas. Estas especies se describen en un informe de 2017, del Grupo de Investigación del Agua del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Según el informe favorable de la Comunidad de Madrid, el embalse es importante porque acoge a la nutria, sin embargo, los ecologistas explican que “esta especie se ha recuperado en toda España”. En la Comunidad de Madrid “se puede encontrar por todos los ríos (Manzanares, Jarama, Henares, Tajuña, Guadarrama y Tajo) y ha alcanzado el 57,73% del territorio regional”. En el caso concreto del ámbito del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, el plan de gestión de la Zona de Especial Conservación (ZEC) muestra que desde 2010 y 2011 se constató la presencia de este animal en la mayor parte del río. “Incluso se ha visto en la ciudad de Madrid”, reafirma Nieto.
Proteger una zona ya protegida
En cuanto a la Zona Especial de Protección Medioambiental, los grupos Ecologistas alegan que no es posible. Por un lado, Nieto explica en una llamada telefónica que “la Comunidad de Madrid no tiene la capacidad de otorgar protecciones, ya que no cuentan con ese tipo de leyes y se rige por la de biodiversidad estatal y patrimonio natural”.
Por otro, embalse está localizado en una zona que cuenta con dos figuras de protección. Ya forma parte del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares (declarado por ley en 1985) y también es parte del espacio protegido Red Natura 2000, la ZEC Cuenca del río Manzanares, declarada en 2014. “Esto es indiscutible. Está dentro de lo catalogado como zona protegida”, corrobora Alfredo García, exalcalde de la localidad.
Ecologistas en Acción añade y denuncia que, aunque esté en una zona protegida, en ninguno de los documentos de gestión y planificación el espacio ha sido señalado como un enclave de relevancia natural. Por el contrario, sale mencionado como responsable de los procesos erosivos en los márgenes del cauce del arroyo de Trofas. Además, defienden que una presa en desuso, como es la de Los Peñascales, no es protegible “a no ser que por alguna circunstancia hubiese que conservarla”.
Desde el PSOE de la localidad y Vecinos por Torrelodones, así como el actual gobierno del PP y Vox, abogan por la conservación. “Lo ideal y la idea que manejábamos era incluir el embalse dentro de la protección, como un añadido. Igual que la presa del Gasco está bajo el amparo de la Cuenca Media del Guadarrama”, aclara Alfredo García, actual portavoz de VxT.
Para los partidos políticos de la zona este embalse es un complemento para Torrelodones, donde los vecinos pasean y disfrutan de la naturaleza. También se reafirman en la importancia medioambiental de la zona. “Si la lamina de agua no es algo limpio, sino que son aguas contaminadas, llenas de lodo, pues no les faltaría razón, pero al final si queremos preservarla habrá que hacer el trabajo para conservar la biodiversidad de la zona”, subraya García.
Altos niveles de contaminación
Otro de los motivos por los cuales Ecologistas en Acción defiende el derribo de la presa es la contaminación del agua. En el informe del CSIC, de 2017, se señalan diferentes fuentes. La principal es el vertido de aguas urbanas residuales, pero también el orín y defecaciones de los perros que pasean por el entorno.
Además, el embalse recoge los sedimentos y las aguas procedentes de la Estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Hoyo de Manzanares. Estos vertidos explican las concentraciones elevadas de fósforo y nitrógeno, lo que reduce la presencia de fauna acuática al disminuir el oxígeno en el agua. Para Almudena Negro, estas declaraciones son “un absoluto despropósito” y afirma que “no es verdad que se viertan las aguas de las viviendas de los alrededores desde hace más de 30 años”.
Aunque por el momento el derribo de la Presa no es inminente, el antiguo gobierno de Torrelodones y el PSOE coinciden en que para que no lleguen a ese punto, “el siguiente paso es trabajar sobre la depuración de las aguas residuales que, a todas luces, necesitan una mejora de su tratamiento para elevar su calidad”, pone en palabras Ibáñez.
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