Por qué tan pocos aprueban el examen para ser profesor de matemáticas en los institutos de Madrid

No salen las cuentas. La Comunidad de Madrid ofertaba este año 419 nuevas plazas para ser profesor de matemáticas en algún instituto público de la región, pero de las 1.580 personas que se han presentado al examen de oposición, solo han aprobado 150, menos del 10%, según un informe publicado por Comisiones Obreras (CC OO) este miércoles. Eso significa que 269 puestos, casi el 65%, se quedan sin cubrir. Desiertos. “Las pruebas son muy difíciles, no tienen nada que ver con lo que vas a impartir en clase y nunca llegan a cubrir las plazas. Llevamos así muchos años”, resume Merche Gila, de 51 años y profesora interina de matemáticas en la comunidad desde hace 12.

El examen se divide en dos partes: una primera teórica y práctica, donde los opositores tienen que preparar 71 temas para defender uno y resolver problemas matemáticos de todo tipo; y una segunda evaluación en la que los examinados defienden una propuesta de programación didáctica de la materia. La primera prueba es eliminatoria y ahí se da la mayor criba. Gila lo sabe bien. Es una de las casi 1.600 personas que se presentó al examen el 17 de junio y estaba convencida de que lo pasaría. “Salieron dos temas de mi especialidad en la carrera, que domino y me gustan”, cuenta. Luego llegó la nota: una décimas por encima del uno. Suspendida.

Uno de los problemas, opina la docente, es la alta exigencia de las pruebas. Coincide con ella Beatriz Ballesteros, que quedó la número 22 en el examen de 2021 y, desde entonces, es preparadora de oposiciones de matemáticas. “Es un nivel muy elevado con un temario excesivamente teórico. Tienes que memorizar teoremas y demostraciones, algo que no se hace durante la carrera [de matemáticas]. Ni siquiera es viable llevar todo el temario preparado. Normalmente, vas con 35-40 temas estudiados. No conozco a nadie que lleve más”, comenta.

Para preparar una prueba tan compleja, señala la matemática, hace falta mucho tiempo y la mayoría de los que se presentan al examen carecen de él. Gila, por ejemplo, tuvo que compaginar el estudio con su trabajo como docente en un instituto de Majadahonda. “Clases de lunes a viernes, incluidas las tardes que hacemos evaluaciones al final de curso. Ha sido muy estresante. Una locura”, recuerda. Tampoco está claro qué van a evaluar en la corrección. Ballesteros explica que solo tiene el nombre de los temas como guía y que lo exigido por tema cambia de convocatoria en convocatoria. “En Madrid, te permiten llevar una copia del examen a casa y mucha gente, que se ha presentado dos veces seguidas, ha redactado un mismo tema igual cada vez y las notas les han variado hasta cuatro puntos”, añade.

El bajo número de aprobados no es algo nuevo, indica Isabel Galvín, secretaria general de la federación de enseñanza de CC OO de Madrid. Año tras año, matemáticas es una de las especialidades donde más problemas hay para cubrir las plazas. En las anteriores oposiciones de secundaria, las de 2021, un 42% de los puestos de la región quedó desierto, según datos del sindicato. Esto también ocurre en otras comunidades. Por ejemplo, ese mismo año en Castilla-La Mancha la mitad de huecos no se cubrieron; en Castilla y León, el 45%; y en la Comunidad Valenciana, el 40%.

“Los opositores no conocen los criterios de evaluación, no saben qué les va a bajar la nota y qué no, los casos prácticos no están en concordancia con el temario que van a impartir, es demasiado extenso”, enumera Galvín. El sindicato lleva años criticando el modelo actual de examen, dividido en fases y donde se le da más peso a la parte puramente académica. Héctor Adsuar, secretario general de enseñanza de CC OO en España, defiende que es necesario un cambio de formato. “Con la cantidad de aspirantes que hay, no tiene sentido que siempre queden tantas plazas vacías. Hay que darle una vuelta al diseño de la oposiciones: qué miden y cómo lo miden”, señala.

La propuesta histórica del sindicato es acabar con las pruebas eliminatorias y poner el foco en la parte didáctica: si los docentes saben transmitir el conocimiento y cómo lo hacen. “Pasar un examen dificilísimo no te garantiza tener los mejores profesores”, critica Adsuar. Este año, además de la oposición ordinaria ―llamada de reposición y a la que se ha presentado Merche Gilda―, en Madrid se ha celebrado la convocatoria de estabilización, un proceso extraordinario donde se ofertan plazas adicionales para reducir la temporalidad. La profesora también se presentó a este examen, que no es eliminatorio y se asemeja más a lo que propone CC OO. Aprobó y no han quedado vacantes sin cubrir. Para el sindicato, eso demuestra que con oposiciones sin cribas, los resultados mejoran y las plazas se llenan.

Los matemáticos, a la empresa

Otra de las razones por las que el número de plazas vacantes no deja de aumentar, es que la docencia ya no es la principal salida profesional de los matemáticos, cada vez más cotizados en el mundo de la empresa. Ahora, abundan en las oposiciones arquitectos, químicos, físicos o ingenieros, entre otros. La preparadora Ballesteros lo ve entre sus alumnos. “El porcentaje de matemáticos en la oposición es cada vez menor. Entre una quinta y una sexta parte de la gente a la que preparo lo son. La mayoría viene de otras ramas”, cuenta.

Jesús Escribano es profesor de matemáticas en la Complutense y señala que el cambio de tendencia se observa ya en la universidad. “La nota de corte está muy alta [la más baja es un 10,6 en Cantabria y la más alta un 13,2 en Cataluña] y hay mucha demanda, que viene sobre todo del sector privado y de las empresas, lo que hace que muchas menos personas se presenten [a la oposición]”, comenta. Muchos no se arriesgan a quedarse sin plaza y optan a sectores como la banca, la informática o el análisis de datos, añade. “Ya durante el grado, muchos alumnos hacen prácticas en empresas y al acabar, les ofrecen buenos contratos muy rápido. Eso en mi época no existía y nadie se lo planteaba”.

Matemáticas no es la única especialidad con puestos vacantes en Madrid, aunque sí en la que más hay. De las 2.761 plazas ofertadas para secundaria, escuelas de idiomas y profesores de música, arte y diseño, 502 han quedado desiertas, un 18%, según el recuento de CC OO. Las materias de la ESO con peor situación son Informática con el 63% de los huecos vacíos, Formación y Orientación Laboral con el 43% y Tecnología (38%).

Aunque más del 65% de plazas de matemáticas hayan quedado desiertas en Madrid, no significa que en los institutos vaya a haber escasez de profesores. Los huecos se cubren, y cada vez más, tirando de la lista de interinos. Elsa Campano, de 50 años, imparte esta materia en un instituto público de Majadahonda, y después de 12 años como interina, este verano por fin es fija. Ha conseguido la plaza por el concurso de méritos, sin examen, y no entiende por qué se ponen tantas trabas para aprobar la oposición, si luego los puestos se van a cubrir sí o sí con quienes han suspendido: “Genera mucha inestabilidad en el profesorado. A los centros, sí, no les faltan profes, pero cada año la bolsa cambia y nos incorporamos a un sitio nuevo. A la Comunidad esto le da mayor flexibilidad. Que un año no hacen falta tantos, pues nada, llamamos a menos. Así tiene más juego y pueden hacer lo que quieran con nosotros”.

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