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Ángela Hernández, secretaria general de Amyts: “Es más difícil negociar con Ayuso que operar el aparato digestivo”

La líder del sindicato que ha convocado la huelga de atención primaria, paralizada hasta el 11 de enero, desgrana los entresijos de una negociación compleja y tensa

Angela Hernández, secretaria general del sindicato Amyts, el miércoles en la Puerta del Sol, delante de la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Angela Hernández, secretaria general del sindicato Amyts, el miércoles en la Puerta del Sol, delante de la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid.Olmo Calvo
Berta Ferrero

Ángela Hernández empieza a asumir ya que se le ha acabado el anonimato. Es la secretaria general del sindicato médico Amyts desde principios de año. Madrileña de 46 años, cirujana general con nervios de acero, una timidez que ha ido borrando a fuerza de salir en los medios de comunicación en los últimos meses y las ideas cristalinas para defender a los médicos de familia y pediatras que llevaban un mes en la huelga que fue suspendida temporalmente el jueves, hasta el 11 de enero. Ahora la saludan por la calle o en el supermercado. Desde el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso (PP) la han catalogado de militante de extrema izquierda y lo cierto es que al único partido al que ha estado afiliada en su vida ha sido al del extinto UPyD. Le da igual servir de parapeto contra las críticas, también con ese pasado.

Mientras el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha declinado desde hace meses la repetida invitación de este periódico para explicarse en una entrevista, ella se sienta en una cafetería junto a la Puerta del Sol para desgranar durante un par de horas las interioridades de la sanidad madrileña y de las negociaciones que tienen a los médicos en vilo.

Pregunta. ¿Está siendo especialmente difícil negociar con este Gobierno?

Respuesta. El color político en la Comunidad de Madrid no cambia desde hace mucho tiempo. No fue fácil negociar con Esperanza Aguirre. No fue fácil con Ignacio González. No fue fácil con Cristina Cifuentes. Y no, no es fácil negociar con Isabel Díaz Ayuso. Lo que sí que hemos visto es un progresivo alejamiento de lo que es la gestión de la Comunidad de Madrid. Es la primera vez que el Gobierno de Madrid no está tanto por gobernar la sanidad, por escuchar a sus médicos, como por hacer oposición al Gobierno central. Eso los hace muy inalcanzables. Que, en un mes entero de huelga indefinida, el consejero no haya acudido a ninguna de las reuniones con el comité de huelga es extraño. No es un ministro. No es el presidente de la Organización Mundial de la Salud. Es un consejero de sanidad autonómico.

P. Desde el Gobierno regional han dicho que Amyts es una especie de sindicato radical de izquierdas, que en realidad no quiere negociar, que se levanta de la mesa o que pide cada vez una cosa diferente. ¿Qué es lo más radical que ha hecho usted?

R. Bueno, sin lugar a dudas, lo más radical ha sido lo de quedarnos sentados [y encerrados] en la reunión del pasado 15 de diciembre. El consejero llevaba toda la semana asentado en su discurso de la posverdad, que llamo yo, de que nosotros nos habíamos levantado unilateralmente [de la reunión] el viernes 2 y que no queremos negociar. Y que tenemos estas posturas radicales que para nada nos representan como sindicato médico profesional. Pues cuando el día 15 se presentaron con la misma postura, surgió ahí lo del encierro y ellos no volvieron. Lo que no esperábamos era el cariz que tomaron las cosas. Es la primera vez que veo ―desde 2012 que llevo en esto― que se trata así a otro ser humano. Al fin y al cabo, nosotros éramos 10 personas de un comité de huelga, 10 médicos: ocho de familia, una pediatra y una cirujana. ¿Es radical?Más que eso yo diría que no estamos acostumbrados a no dejar nada sin intentar.


No hay un plan para salvar la Atención Primaria, que resuelve entre el 85% y el 90% de los problemas de salud”

P. ¿Cuál es el principal fallo de este sistema sanitario?

R. Que no atrae profesionales. Como cirujana, sé la importancia de que se detenga una hemorragia, en este caso la de médicos de familia y de pediatras. Es decir, ante un paciente crítico, cuando hay un accidente, lo primero es el control de daños, ver si respira. Y lo segundo es que deje de sangrar. Porque si no respira o no deja de sangrar, no hay paciente que tratar. Y ellos llevan mucho tiempo planteando soluciones a 10 años vista. Llevamos mucho tiempo explicándoles que no va a quedar atención primaria para cuando den resultados.

Ángela Hernández, delante la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Ángela Hernández, delante la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Olmo Calvo

P. ¿Cómo es una negociación con el Gobierno de Ayuso?

R. Pues cada negociación es diferente, depende de quién viene. Las formas y la actitud de la directora general de Recursos Humanos [Raquel Sampedro] nos resultan muy chocantes y muy complicadas, porque llegan a rozar la grosería. Interrumpe constantemente. Está constantemente poniendo palabras en boca de los demás. Tú le dices una frase y ella te devuelve lo que tú has dicho con palabras tergiversadas y, al principio, cuando no la conoces, te quedas pensando: ‘¿He dicho eso?’. Luego, en otra [reunión] conocimos por primera vez al director general de Proceso Integrado, a Juancho, que es como él se presenta, Juancho Fernández Ramos. Bueno, se lo ve más experimentado en procesos de negociación y ahí lo que es curioso es que ves diferentes Juanchos, el amiguete conciliador, el Juancho enfadado, el distante, el Juancho que hace caso a la directora general o el que calla a la directora general. Es la escenificación de un proceso de negociación en el que por desgracia nunca ha habido una auténtica negociación. En la tercera reunión, lo que hubo fue una exposición de posturas. Y en lugar de haber una escucha activa y un auténtico diálogo, al salir de esa reunión nos encontramos con que el consejero transmitía lo que no había pasado. A mí no me cabe duda de que los presentes transmiten lo que ha pasado, con lo cual, lo que hay es una estrategia para contar lo que quieren.

P. La Comunidad de Madrid defiende que es la encargada de elegir sus interlocutores. Teniendo en cuenta que el comité elige a los suyos, ¿por qué no les sirven los contrarios?

R. No es que no nos sirvan esas tres personas, vaya por delante que las respetamos siempre. Lo que no nos sirve es que ellos mismos dicen: ‘No, nosotros solo podemos llegar hasta aquí’. Cuando les preguntamos que por qué no pueden, nos dice la directora general, con estas palabras, que ella no va a firmar nada. Lo ha hecho en el pasado, pero ahora ya dice que no va a firmar nada, que luego Hacienda puede no refrendarlo.

P. ¿Por eso piden la presencia del consejero de Hacienda?

R. Eso es. Ni siquiera hace falta que venga el consejero. Necesitamos que se siente gente de Hacienda y de la Consejería de Sanidad, que se comprometan a un acuerdo, porque así ya no podrán incumplirlo tan fácilmente diciendo que es que Hacienda ha dicho que no, como en 2020, algo que por cierto está judicializado. Eso está camino del Tribunal Supremo, y si hace falta llevarlo más arriba, lo llevaremos más arriba: a Europa, adonde sea.

P. La huelga se ha interrumpido temporalmente, ¿en qué os habéis acercado hasta ahora?

R. El primer acercamiento se produjo en esa tercera reunión en la que apareció por primera vez el director general de Proceso Integral, Juancho. Ya me da cosa llamarle Juancho. Y en ese ofrecimiento había una cosa interesante que creo que ya es un éxito ganado en esta huelga. Se ha acelerado algo que en realidad ya venía impuesto por Inspección de Trabajo, que ordenó que se limitase la carga de trabajo de los médicos y hubiera un número razonable de pacientes: 10 minutos a cada paciente y 15 minutos a los niños. De ahí es de donde sale el famoso número de los 31 [pacientes por día] y el de los 21 [niños por día].

P. ¿Y cuál está siendo el principal escollo?

R. El escollo es que no hay un plan para salvar la esencia de la atención primaria. Los estudios demuestran que la atención primaria resuelve entre el 85% y 90% de los problemas de salud de la población. Y hay estudios que demuestran también que tener un mismo médico de familia a lo largo de los años supone disminuir un porcentaje cercano al 20% del número de ingresos mortales. Son cosas tan potentes que a lo mejor estamos gastando dinero en fármacos y en robots para hacer cirugías que mejoran nada, un 0,01% los resultados, respecto a lo previo y a lo existente. Y estamos descuidando algo como la atención primaria. Yo no soy médico de atención primaria, soy cirujana general, pero me doy cuenta de eso y un gerente, un gestor, debería darse cuenta también.

P. La Administración se ha comprometido a rebajar la carga asistencial a 34 pacientes por médico de familia, y 24 por pediatra. ¿Por qué eso no es suficiente?

R. Ellos dicen que a partir de esos números los pacientes irán a una agenda única, que no nos preocupemos de ella y que esos pacientes serán vistos en menos de 72 horas. Pero cuando preguntamos por quién, si serán vistos por su médico, si aumentarán el número de médicos de familia y el número de pediatras… nos dicen que no, que ellos quieren pagar más a los que hay ahora para que hagan más cosas. Y les explicas que los que hay están cansados y no van a sobrecargarse.

P. ¿Detrás de eso hay un plan para trabajar con la sanidad privada como prevén muchos médicos?

R. Nosotros somos un sindicato médico profesional y cómo se gestione la sanidad no es nuestro problema, si se gestiona bien. Pero si en esa gestión están pensando meter un concepto que desvirtúa la atención primaria, ahí sí tenemos que actuar, porque desde el punto de vista del código deontológico tenemos que explicar que eso supondría un empeoramiento de la asistencia. No lo sabemos. Esa pregunta hay que hacérsela a ellos. Yo soy cirujana y siempre digo que uno más uno es dos. Y en Hacienda está la misma persona [el consejero Javier Fernández-Lasquetty] que en 2012 apostaba por la gestión privada. Además, hay fondos de inversión. Ellos tienen derecho a organizar como ellos quieran. Pero creo que nosotros, como profesionales, como sindicato médico y los ciudadanos, tenemos que tener derecho a que nos cuenten cómo quieren hacerlo y hacia dónde va la sanidad madrileña.


Como cirujana sé la importancia de que se detenga una hemorragia, en este caso la de médicos de familia"

P. ¿Cree que se va a alcanzar un acuerdo o se reactivará la huelga en enero y puede durar hasta las elecciones?

R. No sería hasta las elecciones. Sería hasta conseguir un cambio en la gestión de la atención primaria. La respuesta aquí es muy fácil. Lo que los médicos de familia y los pediatras nos pidan. Aquí hay que ser muy responsables. Los que están perdiendo dinero son ellos.

Ángela Hernández, en la última manifestación en defensa de la atención primaria.
Ángela Hernández, en la última manifestación en defensa de la atención primaria. Olmo Calvo

P. La Comunidad de Madrid argumenta que no hay médicos y que eso pasa en toda España.

R. Eso es cierto, pasa en toda España. No hay médicos que quieran trabajar en condiciones de excesiva sobrecarga asistencial y retributivas que oferta España. No es de antes de ayer que entramos en la Unión Europea y hay libre circulación de profesionales y de trabajadores. ¿Cómo convencemos a un médico de familia para quedarse aquí en un centro de la Dirección Asistencial Sur, en un turno de tarde, repartiéndose la consulta de cuatro compañeros que no están y viendo 70 pacientes por tarde y cobrando lo que cobramos aquí, que estamos a la cola? Esto es un hecho. No pasa nada por hablar de dinero. Los médicos españoles estamos los cuartos por la cola en cuanto a retribuciones respecto a los países de la UE.

P. ¿Y en Madrid?

R. En Madrid la cosa ya es peor, estamos en la penúltima posición en cuanto a retribuciones médicas respecto a las 17 comunidades. Sé que en Murcia están en el top, arriba de todo. Y los gobierna el PP. A mí me encantaría poder negociar con el PP de Murcia, pero me ha tocado Madrid.

P. Hablando de dinero, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha repetido que con el plan de mejora de atención primaria se ha producido una subida de 3.800 euros al año de media para los médicos de familia y de 3.300 para los pediatras.

R. Para empezar, no es verdad. Porque está hablando de pagar la carrera profesional de los médicos de familia y pediatras que son interinos.

P. ¿Está mezclando conceptos?

R. Está mezclando conceptos, sí, porque eso se debería cobrar desde 2018, que es cuando él mismo firmó un acuerdo que incumplió un mes después y en el que se recogía la carrera profesional de los no fijos. Eso es algo que viene de una normativa europea y por la jurisprudencia española, y que dice que no puedes discriminar a dos médicos solo por el carácter fijo o temporal de su contrato. Así que venden como un mérito algo que debería estar cumpliendo desde un mes después de julio de 2018. Ya llueve sobre mojado. ¿Cómo les explicas esto a los ciudadanos, cuando ellos están oyendo a una figura de autoridad decirlo una y otra vez? ¿A quién van a creer? Van a creer al consejero.

P. Como cirujana y como sindicalista, ¿qué le resulta más difícil, operar a un paciente del aparato digestivo, que es su especialidad, o negociar con este Gobierno?

R. Es mucho más difícil negociar con este Gobierno que operar el aparato digestivo, porque los médicos sabemos con qué equipo contamos, en qué hospital estamos operando y de qué medios disponemos. Y con todo eso, sabemos si podemos operar un tipo de pacientes u otros. Eso se echa de menos en la gestión sanitaria. Que no se sienten a ver qué posibilidades tienen para hacer las cosas. Lo que no puede ser es que los políticos prometan a la población una sanidad gratuita y que luego no la financien y que no den los medios ni pongan los suficientes médicos para darla. En ese caso, lo que hacen es ponernos a los profesionales a los pies de los caballos y para mí es uno de los motivos por los que están aumentando las agresiones a los sanitarios. Aquí hay que gestionar. Es como gestionar la casa de cada uno de nosotros. Si tú sabes que cada mes estás gastando más de lo que ganas, sabes que se lo vas a tener que devolver al banco. Pues la sanidad madrileña lleva engañando con los presupuestos de forma continua. No me quiero meter mucho ahí, pero incluso aunque se hubieran aprobado los presupuestos que llevaban para el 2023, habíamos calculado que estábamos 750 millones por debajo.

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Sobre la firma

Berta Ferrero
Especializada en temas sociales en la sección de Madrid, hace especial hincapié en Educación o Medio Ambiente. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Cardenal Herrera CEU (Valencia) y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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