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Segundo día de huelga de los médicos de atención primaria en Madrid: “Se ha producido un acercamiento de posturas”

La Consejería de Sanidad calcula un 29% del seguimiento de los profesionales a los paros y en la negociación con el Comité de Huelga se acercan al acuerdo. Amyts contará este miércoles los avances a los implicados

Huelga de médicos en la atención primaria en Madrid. Foto: MOEH ATITAR

Colas, salas de espera llenas, lloros, carteles reivindicativos, urgencias que se acumulan, médicos de familia y pediatras desbordados y alguna que otra queja fuera de tono. El segundo día de huelga de los médicos de familia y pediatras de atención primaria de la Comunidad de Madrid ha sido otro éxito rotundo para los convocados. Según datos de la Consejería de Sanidad, el seguimiento en el turno de la mañana ha sido del 29%. Por la tarde no ha dado números. El sindicato Amyts asegura que está siendo masiva. Histórica. Y que la información de la Administración no puede ser más positiva, acostumbrados como están a que Sanidad ofrezca números de seguimiento que rondan, por norma, el 8%. Sea mucho o no, los miembros del Comité de Huelga ―formado por cuatro miembros del sindicato― notan que la consigna del Gobierno regional es clara: deben acabar cuanto antes con los paros. Hay nerviosismo. La reunión de este martes, la segunda para desencallar el conflicto, sigue en punto muerto. Tras cinco horas y media, ambas partes se han emplazado para seguir hablando al día siguiente a las cuatro de la tarde. “Las posturas están muy alejadas”, explicaba Ángela Hernández, secretaria general de Amyts, en un receso de la reunión. La Consejería de Sanidad aseguraba al finalizar el encuentro que se había producido un “acercamiento importante de posturas”. Hernández lo corroboraba poco después. Este miércoles explicarán a los afectados en qué consisten esos brotes verdes.

“Hay puntos de acercamiento, aunque tampoco podemos generar unas expectativas tremendas. La situación de la atención primaria en Madrid está muy complicada, sobre todo durante los últimos diez años y lo que estamos intentando es intentar encontrar formas de volver a hacerla atractiva para los médicos y para los pediatras y hay que tener en cuenta que esto supondrá mucho trabajo a partir de ahora. No podemos pensar en términos de ‘había problemas y con esto deja de haber problemas’. En eso somos realistas y sabemos que no estamos tan cerca de eso”, insistió Hernández a última hora de la noche. Lo que sí pudo avanzar es que no habrá mejoras económicas, o al menos ese punto está muy complicado. “No decimos que eso no sea importante, pero de lo que se trata aquí es de poder ejercer la medicina de una manera digna”.

Mientras en los despachos se intentaba llegar este martes a un pacto, el día en los centros de salud ha pasado de nuevo entre la desesperación de los sanitarios y los pacientes afectados. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ya había avisado por la mañana que quiere un acuerdo y que para llegar a él en la mesa de negociación se iban a proponer varias medidas: contra la precariedad de los contratos temporales que encadenan los médicos; un sistema que racionalice las citas para evitar extensas horas de trabajo; el pago de horas extraordinarias; e intentar, con incentivos, que los Médicos Internos Residentes (MIR) no se vayan cuando acaban su formación. Promesas antiguas que ya sirvieron al Gobierno de Ayuso para convencer a los médicos hace dos años para que desconvocaran otra huelga, también en atención primaria.

Aquel acuerdo evitó sobre la bocina todo lo que está pasando con esta huelga. En el centro de salud La Ventilla, en el distrito de Tetuán (157.433 habitantes), los pacientes se amontonaban este martes frente a las dos únicas salas con facultativos en servicios mínimos. “Tiene que esperar el orden de llegada, solo atendemos de urgencia y hay cuatro personas delante de usted”, le espetaba uno de los profesionales a una mujer que daba golpes en el suelo con su bastón para que la atendieran. Escenas similares se han vivido en los centros de Bustarviejo, también en Tetuán, y de Fuencarral, ubicado en el distrito de Fuencarral-El Pardo (246.281 habitantes). Los cambios de cita y la sorpresa por la falta de médicos, especialmente pediatras ―en los cuatro centros visitados por este periódico han secundado la huelga al 100%―, han sido la tónica habitual a lo largo de toda la mañana.

Las quejas de los facultativos que han tenido que prestar servicios mínimos también eran compartidas: sobrecarga de trabajo (desde hace años), dejadez institucional (desde hace años), agotamiento emocional (desde hace años, acrecentado por la pandemia), pocos incentivos (desde siempre), instalaciones precarizadas e incomprensión (que se ha convertido en rutina). Pero la más repetida era la falta de tiempo para atender a los pacientes como es debido (según organismos internacionales, no deben sobrepasar las 25 citas al día y en Madrid se atienden una media de 50 o 60), y para otras actividades que normalmente pasan inadvertidas, pero que enriquecen la atención primaria. Por ejemplo, formarse. “Si todo lo gasto en las consultas y urgencias, poco me queda para ampliar conocimientos y ofrecer un mejor servicio”, se ha quejado una de las médicas del centro La Ventilla. Como otros compañeros, para evitar posibles represalias, prefiere no decir su nombre. Se refiere, en concreto, a tener tiempo para formarse más a fondo en el campo de la ecografía y el diagnóstico por imágenes. La Comunidad de Madrid anunció el mayo pasado, como figura en su página web, que había “culminado la implantación de la ecografía en centros de salud de la región”. En total, 450 aparatos que deben ser manejados por médicos de familia o pediatras y sirven para diagnosticar distintas patologías en consulta.

Pero este servicio supone, en muchos casos, una carga añadida a los facultativos, que carecen de tiempo para utilizar los aparatos, ampliar sus nociones o acudir a cursos de formación. “Y eso que somos profesionales muy preparados”, matiza médico del centro de salud General Ricardos, en el distrito de Carabanchel (255.514 habitantes).

Todas esas quejas las ha recogido Amyts durante varios años y, en especial, en las últimas semanas. Hernández respondió a las propuestas que había anunciado Ayuso que todas las promesas se convierten en papel mojado si luego no se negocia de verdad con el Comité de Huelga. Por eso, invitó a la presidenta a que se presentara en la mesa de negociación junto al consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty y al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, para hablar en condiciones “y dar legitimidad” a las propuestas. “Ya que por desgracia venimos de un incumplimiento de una huelga de atención primaria en septiembre de 2020 firmado por la actual directora general de Recursos Humanos que se incumplió en su práctica totalidad”, insistió Hernández.

Falta de tiempo

La falta de tiempo, el principal problema de los médicos, se ve reflejado también en que los centros no pueden realizar tantas actividades vinculadas a la promoción de la salud como les gustaría. “La medicina de familia son más cosas que atender a los pacientes”, indica el doctor de General Ricardos. Por ejemplo, talleres sanitarios para la comunidad, visitas a colegios, charlas sobre salud sexual o encuentros y debates.

Lo mismo ocurre con el tiempo que pueden destinar a formar médicos residentes en atención primaria o a quienes rotan en los centros de salud. El año pasado, este ambulatorio, como otros de la capital, decidió no acoger a profesionales en formación por no tener tiempo para atenderles correctamente.

“¿Le importa lo que está sucediendo en la Comunidad de Madrid? ¿Le importa lo que está sucediendo en la sanidad? Es un momento estupendo para demostrarlo. Esperamos a la presidenta esta tarde”, reiteraba la secretaria general de Amyts a mediodía para responder a las palabras de Ayuso. Lo cierto es que unas horas después, ni ella, ni Fernández-Lasquetty ni Ruiz Escudero aparecieron en la reunión con el comité de huelga.

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